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La casa de los centrales estaba, tranquila, o bueno sí “tranquilo” se significará desorden, algo de gritos, y más de alguna que otra pelea, pues entonces sí, estaba todo muy tranquilo.

Como antes fue dicho una parte de los centrales se encontraba hablando... De una forma completamente abusiva, ya saben con las típicas y famosas “malas palabras”.
Otros en especial peleaban por temas completamente estúpidos, como “¡¿Quién se comió mi cereal?!”, en este caso El Salvador y Honduras.

Pero ignorando todo el desorden que estos provocaban habían dos países en específico cuales estaban ya estresados, claro uno lo demostraba y el otro solo fingía que todo estaba normal, aunque de vez en cuando sus hermanos lo sacaban de sus casillas ese día no se encontraba de tal ánimo, aunque casi nunca lo estaba, pero esto no era el caso, el caso era la inacabable incomodidad entre Guatemala y USA.

Desde el desayuno tal americano no dejaba de ver al chapín, claramente poniendo nervioso al central, pues no sabía el porque tanto lo miraba, ¿Acaso era por las pastillas?, ¿Solo lo quería molestar?, ¿Acaso sí la había visto?, ¿Por qué no lo dejaba en paz?

Ahora mismo el de quetzal estaba afuera del interior de la casa, para aclarar, el patio. Era un lugar espacioso, tranquilizante, lleno de árboles pequeños, flores y obviamente césped. El Chapín estaba sentado cerca de uno de los árboles, tenía su cabeza en el tronco y entre sus manos había una libreta, junto con este un lápiz dentro de esta, todo era tranquilo y refrescante, pero no por mucho.

Solo pasaron unos minutos más y apareció el americano, cual al notar al chapín en aquel patio sonrío victorioso, se fue acercando al menor con sigilo, al llegar con el se sentó frente a este y posiciono sus manos a su costado.

El de quetzal no había sentido el acto de presencia del cincuenta estrellas, así que continuó ahí quieto, bueno hasta que el americano tosió para llamar la atención de su contrario, haciendo que este abriera los ojos y dirigierá su mirada hacia el mayor, claro al ver quién era soltó un suspiro pesado «y tenía que ser él» pensó mientras tomaba su libreta apartándola del americano.

-¿Que pasa ahora? -pregunto cambiando su posición para sentarse mejor y ver fijamente al mayor-

-I want you to tell me the truth [quiero que me digas la verdad] -dijo en forma de respuesta, el menor solo asintio esperando las palabras del mayor- Do you take any medicine? [¿Tú tomas alguna medicina?] -de nuevo la misma pregunta, el menor negó con la cabeza, esto hizo que el cincuenta estrellas frunciéra su ceño- Don't lie! Answer with the damn honesty! [¡No mientas!, ¡Responde con la maldita honestidad!] -exclamo fuerte, sabía que estaba fuera de la casa y que nadie los escucharía-

-¡Que no estoy mal de la cabeza, maldición! -exclamo de la misma forma mientras cerraba sus puños con fuerza y los pegaba al suelo-

-Guatemala...I never said it out of the head ... [Guatemala...Yo nunca dije que fuera de la cabeza...] -dijo bajo mientras su mirada se perdía analizando todo-

El menor quedó quieto, no dijo nada solo bajo lo mirada encogiéndose de hombros, ¿Ahora que había hecho?, Sí que era un estupido, ¡tontos impulsos!

El silencio hizo acto de presencia dejando un una gran incomodidad a los dos, mientras el mayor miraba fijamente al chapín, el chapín quedaba con la mirada clavada al suelo.

-no escuchaste nada... No pasa nada, no me pasa nada -río nervioso mientras dibujaba una sonrisa en su rostro, también fingida como todas...-

-How did nothing happen? Are you telling me that ... [¿Cómo que no pasó nada?, Me estás diciendo que...]  -su mirada seguía clavada en el chapín, no estaba totalmente sorprendido, mas bien lo que sentía era un tipo de, ¿Preocupación?, No lo sabía, pero a la vez sí, que gran problema-