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Al corto tiempo me fui acostumbrando.

Llegue a pasar ciertos días sin ti, llorando, y preguntándome ¿Porqué?

Llegué a no comer casi nada y dormir muy poco. Simplemente no tenia ganas de hacer cosas vitales.

Entré en una especie de depresión, no muy fuerte. Como una burbuja, con un oxígeno poco duradero.

Ya sabía cuándo serían los días que nos veríamos y cuánto tiempo lo hacíamos.

¿Tu enamorada?

Me odiaba. O por lo menos eso era lo que sentía. Y de alguna manera, me gustaba que me sintiera rencor.

Tenías que repartir tu tiempo en mi, ella y tus demás conocidos. Y siendo yo tu más fiel amigo, me llevaba casi la mitad.

Tú en ese momento decías que la amabas, que era lo mejor que te había pasado, que darías tu vida.

Simplemente lo dejé pasar, ya casi no dolía.

Y no es porque dejaste de gustarme, o porque haya dejado de luchar.

Lo dejé pasar porque te hacía feliz, y eso, bastaba para mí.




Always in my heart.

Cartas para Rubén [Rubelangel]®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora