-Unión improbable-

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Dicen que el bien y el mal no son caras de la misma moneda.
Que una esta oxidada, rota y hasta quemada, la otra es limpia, brillante, y casi imposible no querer acercarse a ella.

Es claro que cada una puede interpretarse de alguna manera diferente, no se dice explícitamente que la moneda pulcra simboliza el bien y la oscura el mal. 

Pero esa diferencia, línea, clase, categoría o lo qué fuera no detuvo a Bruce y a Selina para estar juntos.

De una o de otra manera el destino los unió, no por haber tenido infacias algo duras, o ser ante la ley, criminales.
Quizá fue el vestirse de negro o la atracción entre ambos. El juego del peligro entre policía y ladrona, la difícil conexión entré un gato y un murciélago.
Pero la única verdad absoluta era que se amaban, tanto como se puede amar a un ser humano, a un compañero, a un amante.

Selina había tenido malestares por varios días.

Corría el año de 1999.
Y ella fue a visitar a Bruce a su cueva para saber que era aquello que la hacía sentir pesada.

Llegó a la casa y tras que un mayordomo muy amable de nombre Alfred Pennyworth que solo conocía por historias de Bruce la guiara a la cueva donde Bruce con el traje de Batman puesto que usaba en esa época se encontraba, máscara y capa azul con guantes y botas del mismo color, armadura color gris algo dañada con un símbolo de murciélago pequeño rodeado de un emblema amarillo.
Con la cintura rodeada con un grueso cinturón con bolsas amarillas.
El la vio con esos ojos blancos de su máscara que parecían no tener expresión.
El se quitó la máscara al acercarse a ella, y le parecía impresionante que al quitarse la máscara se viera mas bajo.
Siempre pensó que eran las pequeñas orejas en la esquina de la mascara, precisamente en la parte de la nuca.

_Selina, no esperaba tu visita_ Dijo Bruce, un hombre de unos treinta y siete años con barba de tres días y un cabello negro bien peinado.

_No está en tu plan que yo venga, lo se, es solo que sabes que odio los hospitales y no me e sentido bien estos días.

Bruce procedió a quitarse los guantes y la capa, se acercó a Selina, le tomo la mano y la guió por la cueva.
Un lugar enorme, con muchas pantallas de computadora en una sala grande, que era lo segundo mas llamativo, un gran dinosaurio T- Rex al fondo, al lado de una gran moneda y un naipe igualmente enorme, claramente el naipe del comodín.

En otra sección había un gimnasio con armas blancas de todo tipo.
A un lado una rampa que llevaba al exterior con un auto estacionado, el clásico Batmobile, a su izquierda la Batpot, una motocicleta bien equipada.
Por otro lado había varias vitrinas con uniformes, varios que Bruce había utilizado, repuestos de Robin y el de Batgirl, a quien Selina conocía bien.

Lo que mas llamó la atención de Selina y no por nada era un avión en reparación y algo que notó era una vitrina con un arma al lado de una foto de lo que ella conocía como la familia Wayne. Thomas, Martha y Bruce.

Ella se recosto en una cama de rayos X, con una mirada de preocupación mirando a Bruce.

El estaba concentrado en una computadora al frente suyo, sentado a una izquierda de él.

Alfred no tenía mucho que habia traído el Té.
Entonces de las sombras, un niño caucásico de cabello negro con mirada un tanto psicotica para Selina se acercaba a Bruce. El niño tenía el disfraz de Robin típico.
Pantalonsillos verdes, antifaz color rojo en sus manos, guantes blindados color verde, capa color verde con cuello y un chaleco blindado color rojo con una R en el costado.

_Bruce, los Titanes y yo fuimos a la escena del robo_Dijo en niño.

_¿Y que encontraste?_ Preguntó Bruce con seriedad.
_Encontramos pistas que nos llevaron a Dr Light. Lo atrapamos.

HUNTRESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora