Capítulo O2: De un chico desconocido.
JungKook suspiró, levantándose por el sonido en la cocina. Sus ojos vagaron rápidamente hasta dar con el reloj que reposaba en el buró a un lado suyo; observó la hora, el día. Era domingo, a las 9:00 a.m. Demasiado temprano a su gusto, pero llevaba tres días ahí y sabía que su compañero tenía la suerte de levantarse temprano. No sabía si eso era bueno o malo; lo que sí sabía era que no debía darse el lujo de verse como un flojo.
Cuando se sentó, miró la puerta de su habitación entre abierta. Buscó a Ikar por todos lados, pero no lo encontró. Suspirando, se puso de pie, poniéndose cualquier par de zapatos y la primera camiseta que sus ojos divisaron. Al salir, pudo ver a TaeHyung, dándole un pedazo de masa a su gato.
Ese chico, TaeHyung, era más sombrío de lo que pensaba. Casi no hablaba, no comía, ni siquiera lo veía desayunar o tomar agua. Parecía un alma en pena incapaz de poder ingerir algo; además de BaekHyun, no había absolutamente nadie con quién lo observara hablar. Y tenía esa manía de sentarse en el sillón a ver sus vídeos. Jamás había prestado atención a lo que trataban, pero imaginaba que debían ser tan importantes como para verlos tan seguidamente.
— Parece que le agradas —le suelta al castaño, saliendo de su habitación y caminando para abrir un poco las cortinas.
TaeHyung lo mira despreocupado, y después de darle otra bolita de masa al gato, lo acaricia. Se voltea a lo que estuviese haciendo en la cocina y suspira.
— ¿Es así?
Esas respuestas tan vagas, era todo lo que recibía de aquel chico. Eso lo incomodaba. No era de juntarse con las personas de pocas palabras. Se sentía curioso por aquella persona, aquel cuerpo que se levantaba temprano y parecía dormir hasta tarde. JungKook lo miró un segundo, y terminó por mirar hacia la vista que aquellos ventanales le permitían divisar.
— A Ikar no le gustan las personas —admite algo distraído—. Además, lucr que también te agrada.
— Sí —dice el castaño—. Es un lindo gato.
JungKook siente el sol entrar, en su rostro. Cierra los ojos un momento, concentrándose en el aroma que provenía de la cocina. Dejando la ventana y la vista de lado, caminó un poco hasta llegar a donde TaeHyung estaba cocinando. Asomó la cabeza, del otro lado de la barra, procurando reconocer aquel olor curioso.
TaeHyung lo observó desde la estufa, pero no le prestó mucha atención. De todas maneras, estaba cocinando suficientes como para que los dos comieran. De hecho, esos días había estado dándole de comer a aquel pelinegro. JungKook agradecía eso, sus dotes culinarios aún no hacían aparición por simple hecho de tener flojera y pereza consigo.
— ¿Estás cocinando salchichas?
— Sí... Eh, son... Corndogs. ¿Comes eso, no?
— Bromeas—dice JungKook ligeramente emocionado. TaeHyung lo observa fugaz, antes de que el pelinegro se ponga de pie—. Jamás supe hacerlas, y son deliciosas.
TaeHyung mira al chico enfrente suyo comer de la masa que tenía sobre la mesa. No le incomoda que esté viéndolo cocinar; parece tan perdido en el recipiente con aceite que tiene enfrente suyo. Realmente, TaeHyung no sabía hacerlas hasta hace algunos años. Conocía a alguien a quien también le gustaban demasiado, así que simplemente aprendió a hacerlas por diversión. Pensó, de inmediato, en la cercanía de aquella situación. Lo que estaba pasando. Sentía como si todo estuviese regresando al inicio.
JungKook, por otro lado, miró al chico con paciencia. Ver cómo cocinaban otras personas lograba tranquilizarlo mucho. Pero no le bastaba eso. Tal vez era aquella sensación de inestabilidad que le brindaba su compañero; ese silencio, las pocas ganas de hablar o decir algo. Era irritante estar callados, esperando que una u otra cosa sucediese. Por fin, JungKook vio salir una de esas cosas que tanto le gustaban y metió mano al plato.

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REPLAY | kooktae
FanfictionKim TaeHyung sufre la pérdida de un ser amado. El aire melancólico y deprimente a su al rededor tan sólo son el reflejo de un corazón roto. Jamás tuvo esperanzas de arreglarlo, pero cuando JungKook es quien llega a vivir junto con él, éste le enseñ...