Jennie era hermosa. La recordaba perfectamente. Era una chica de actitud demasiado única, alegre, tierna. Una extraña combinación de cosas que, curiosamente, no solían llamar toda su atención. Desde que tenía memoria, estuvo presente en su vida. Eran hijos de personas con cierto poder o estatus en el comercio, sus padres vendían comida, los de Jennie comercializaban empaquetados variados y eran dueños de un montón de tiendas pequeñas. Constantemente se veían en reuniones familiares, el cumpleaños del otro, o cuando inesperadamente el grupo de tres amigos que pronto se convertiría en nada.
— Justo ahora, me siento confundido contigo.
TaeHyung le estaba hablando con seriedad, mientras lo observaba recargando su espalda en el refrigerador. JungKook no sabía qué decir, sólo se movía por la cocina sin mirarlo y sumergido en sus pensamientos. Sus manos tomaban algunas cosas como huevos y trozos de jamón, mientras pensaba en tomar agua o cualquier otra cosa. Superficialmente, quería lucir desinteresado. Sin embargo el que más se mató pensando durante toda la noche, fue él.
Estuvo recordando cosas, examinando algunas otras. Sus parámetros se expandían y luego regresaban a su lugar. JungKook por primera vez en mucho tiempo, comenzaba a asfixiarse con los sentimientos extraños que le provocaba TaeHyung. No fue de sorprenderse cuando esas palabras "Me siento confundido", lo hicieron tambalearse un paso antes de llegar al borde de la estufa, dejando caer uno de los huevos que llevaba en la mano.
— Ah... Hoy no es mi día.
— Déjalo ahí —dice TaeHyung, restándole importancia—. Luego lo limpio, solo toma otro.
— No... Lo haré ahora.
JungKook se agacho, enrollando en sus manos un pedazo gigante y abultado de papel de cocina y se dispuso a recoger el huevo, que olía realmente mal para su nariz. Estaba distrayéndose de su realidad, actuando como un niño patético que prefería ignorar sus problemas y actuar como si nada.
TaeHyung se dio cuenta de esto, así que rápidamente se hincó a la altura del chico y lo tomó de los hombros con suavidad, para que le prestara atención. El menor observó a TaeHyung sin problema alguno, recorriendo los ojos de lado a lado por todo su rostro.
— Escucha lo que te digo, acabo de decirte que estoy...
— Confundido. Sí. Ya lo sé, TaeHyung.
— Entonces... ¿Qué te sucede? ¿Por qué me miras con esos ojos?
Confusión. JungKook siempre ha tenido una relación cercana con esa palabra. No sólo por su propia persona, con otras también.
Era impresionante la cantidad de vueltas que da el mundo, como si las repeticiones y casualidades estuvieran destinadas. De pronto, JungKook se quedó estático en su cabeza. Una serie de recuerdos amargos comenzaba a surgir de su interior y recordó esa dichada frase: Siempre estuve confundida, pero ahora sé lo que es bueno para mí. Y eso...
—... no eres tú, JungKook. No eres lo mejor para mí —JungKook terminó en voz baja la frase que regresó inesperadamente a su cabeza.
TaeHyung dejó caer las manos sobre sus muslos, mirando pasivo a JungKook y escuchando sus palabras sensibles. Podía distinguir ese toque de dolor, porque lo conocía. Era un dolor romántico que se colaba en tu cabeza, te derretía los sesos y entonces tu corazón comenzaba a sentirse pequeño, tus manos se entunecen al igual que tus brazos, y tus dedos tiemblan. Un ataque de amor inútil que no fue más que una hoja cayendo, que su duración fue tal cual una puesta de Sol. Tae, entonces volvió a armarse del valor que jamás creyó tener y sostuvo las manos de JungKook.

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REPLAY | kooktae
FanfictionKim TaeHyung sufre la pérdida de un ser amado. El aire melancólico y deprimente a su al rededor tan sólo son el reflejo de un corazón roto. Jamás tuvo esperanzas de arreglarlo, pero cuando JungKook es quien llega a vivir junto con él, éste le enseñ...