Capítulo 11: Alcance mínimo.
Siempre es doloroso desear algo, por más que tus intenciones sean buenas, por más que seas un ser puro lleno de luz. Desear algo es anhelar, y los anhelos se cuelan por tu alma hasta que te duele.
Eso era lo que pensaba JungKook al observar a TaeHyung moverse por todo el apartamento con una escoba, mientras sacudía con un rostro un tanto inexpresivo. No tenía la menor idea de ese cambio brusco de actitud, la cercanía y calidez se desvanecía de vez en cuando. JungKook tenía difícil el marcar sus parámetros para avanzar o detenerse con Tae, para hacerse su cercano y averiguar sus sentimientos, un completo embrollo crecía. La bola de estambre que antes estaba bien acomodada como un objetivo nuevo en su cabeza, iba desenredándose para volverse un nudo sin extremos. Cierta parte de sí mismo se sentía total y completamente al descubierto, sabiendo tan poco de él, a la vez que su compañero tendría un catálogo abierto de situaciones difíciles por las que él habría pasado.
JungKook se sentía como un libro abierto, de páginas ligeras y lectura interesante, donde el lector comía su vida sin necesidad de detenerse. Sin embargo, veía a TaeHyung como una portada, de un color sólido y título que te dejaba bastante a la imaginación.
— Ese tipo de rostro —escucha decir a TaeHyung, quien está de pie enfrente de sus estanterías—. Comienzas a molestarme.
— Sería extraño escucharte decir otra cosa.
— No esperes mucho de mí.
Ninguno de los dos entendía esa situación extraña. Era como coquetear, por alguna razón lo sentían así. Una serie de preguntas capciosas, palabrerías que no compartes con nadie todo el tiempo, sonaban a veces sugerentes, a veces simplemente bonitas, o terminaban por ser una simple frase curiosa que calaba en su interior.
Pero, ¿esa era la intención? ¿Realmente estaban jugando eso de empuja y aleja?
JungKook cerró los ojos, dejando caer la frente sobre sus palmas mojadas, a causa de lavar todo lo que se encontraba en la cocina, y suspiró con frustración.
— ¿Recuerdas cuando te dije que me iba a ir? —suelta JungKook—. Sabes, es algo extraño que han pasado unos meses pero casi me siento exactamente igual que ese día.
— ¿Cuánta necesidad tienes?
— Termina tus frases, TaeHyung.
— Quiero decir, de conocer todo de mí y curiosear.
En ese instante, sus ojos chocaron. De nuevo estaban enfrentándose contra sus peores versiones de sí mismos: ese insistente JungKook que buscaba entradas donde no las había, aunque sin duda alguna el peor era TaeHyung, retando con sus ojos y cerrando cada puerta, sintiéndose un truco barato.
JungKook se repetía constantemente que sabía muchas cosas de él, por ejemplo todo eso que BaekHyun le contó. El problema es que ni siquiera se lo contó bien, estaba dudoso. ¿Cómo Baek quería que ayudara si tan solo dio la mitad de la información? Cada vez que veía esos ojos cafés, estando en el límite de dos emociones opuestas, ¿qué se suponía que debía pensar? ¿Qué es lo que debía hacer? Si TaeHyung también pasó por una ruptura, y un abandono así como Baek lo plantó, ¿su propósito ahí cuál era?
De pronto, el menor de cabellos oscuros se sintió su propia marioneta al convencerse a sí mismo que eso era una buena idea. Peor aún, creía que podía superar a ese que TaeHyung tanto solía querer. No tenía idea de lo sucedido, pero se veía en la necesidad de convencerse de ser mejor, de ser el indicado. Supuso de inmediato que eso era un anhelo incesante porque para nadie, jamás, fue el mejor. Ni para Jennie, ni para sus novias pasadas. Siempre fue lasegunda opción, no importaba cuántas buenas acciones, corazón o bondad poseyera, o tampoco su rostro o dinero. Hay cosas que nunca son suficientes.

ESTÁS LEYENDO
REPLAY | kooktae
FanfictionKim TaeHyung sufre la pérdida de un ser amado. El aire melancólico y deprimente a su al rededor tan sólo son el reflejo de un corazón roto. Jamás tuvo esperanzas de arreglarlo, pero cuando JungKook es quien llega a vivir junto con él, éste le enseñ...