Capítulo 15: de verdades y realidad.
JungKook se consideraba a sí mismo un hablador, incapaz de cumplir sus propias promesas y palabras. Eso es lo que pensaba mientras se recargaba tranquilamente en la pared de su apartamento, con los ojos cerrados y las manos en sus bolsillos. Había dejado sus llaves dentro de la casa justo al salir después de, estúpidamente, robar un beso a TaeHyung. Parte de sí mismo se felicitaba por tomar una acción tan llena de impulso, pero la mayor cantidad de su conciencia se sentía culpable y avergonzada. Además, siempre decía que iba a irse, pero jamás tomaba la iniciativa de hacerlo.
Es más, ¿de verdad decía eso? Cuando ni siquiera se podía imaginar guardando que cosas, y no volver a ver nunca más a TaeHyung. Estaba cayendo lentamente en una costumbre que comenzaba a pegársele en su punto débil: su alma. De pronto, TaeHyung era un centro indispensable de su día a día, ¿irse de la casa? Para nada. JungKook amaba vivir con TaeHyung.
— Oye —escucha una voz hablarle.
JungKook alza la cabeza, encontrándose con un chico de lentes redondos y gorro de lana, quien lo observa de arriba abajo, casi sin conocerlo. JungKook rara vez se topaba con los vecinos del edificio, así que no reconocía al joven de ojos que lo juzgaban con interés.
— Tú eres JungKook, ¿no?
— Eh... —murmura el pelinegro sin saber qué sucede—. ¿Sí?... Sí, ¿y tú eres?
— Aaaah, NamJoon... Vivo enfrente —responde el chico recargándose en la pared—. Lamento si te estoy molestando, es sólo que jamás te he visto en las reuniones del edificio. TaeHyung te ha mencionado un sinfín de veces, pero casi nadie te ubica. A excepción del portero.
— ¿Hay reuniones de edificio?
Para vivir ahí y querer pasar "tanto tiempo" en su casa, JungKook rara vez se enteraba de ese tipo de cosas. Se sintió, de inmediato, un maldito irresponsable, y de nuevo se cuestionó si tenía la suficiente cabeza como para vivir por su cuenta, sin depender de sus padres.
— Seeeeh —responde Nam—. ¿Qué haces afuera? El pasillo está algo desolado, da miedo.
— Mm... Dejé mi llave adentro.
De repente, NamJoon asiente sorprendido y suelta una risita extraña, aunque obvia a la vez. De pronto, el chico abre los ojos confundido y apunta hacia el departamento de JungKook.
— ¿Dices que TaeHyung no está dentro?
— Oh... Eh, creo que no...
— Vaya, eso es extraño. Él no sale a ningún lugar aparte de la escuela —el pensativo NamJoon suspira sin mucho más y le sonríe a JungKook—. Como sea, tengo que entrar, nos vemos luego.
No lo pensó hasta ese momento, pero lo que dijo NamJoon tenía un poco de sentido y razón. Habían muchas posibilidades: TaeHyung podría no estar, o estar durmiendo, o duchándoso con sus audífonos, o simplemente no quería verlo por sus acciones desprevenidas y extrañas al besarlo. JungKook llevó nuevamente las manos hasta su rostro, rascándose la mejilla en una intensa forma de sacar y barrer su vergüenza. Decidió que podría volver a intentar.
El pelinegro dio un par de toques a la puerta, el sonido sordo fue captado por sus propios oídos, y hasta quizá demás gente del piso, pero nadie abrió. Se mantuvo al borde de la entrada, recargado sobre el marco de la puerta y cerrando los ojos por un momento.
Pensó en el sentido del acto; estaba a punto de hacer algo de lo que no estaba seguro, que fue el método que más rápido ideó para dejarse de juegos. Era una cosa seria, todo tenía que ir bien porque de lo contrario las cosas se volverían más incómodas. Abrió los ojos una vez, más, y observó de lado a lado, palpando su celular en su bolsillo y mirando su reloj justo después. Era tarde, había frío ahí. No tenía la llave, y probablemente su compañero estaría en su mundo en cuanto le abriera. Volvió a cerrar los ojos.

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REPLAY | kooktae
FanfictionKim TaeHyung sufre la pérdida de un ser amado. El aire melancólico y deprimente a su al rededor tan sólo son el reflejo de un corazón roto. Jamás tuvo esperanzas de arreglarlo, pero cuando JungKook es quien llega a vivir junto con él, éste le enseñ...