Inconmensurable
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la sonrisilla a centímetros de la boca es divina tentación
.Mirarla se ha convertido en su pasatiempo favorito. No sabe exactamente desde cuánto tiempo, pero ha sido el suficiente para aprenderse cada expresión —su favorita es cuando arruga la nariz y frunce el ceño concentrada— y cada manía —jugar con sus dedos cuando está nerviosa—; además, le ha servido también para darse cuenta de pequeños detalles, como el pequeño hoyuelo izquierdo que se le forma cuando sonríe de oreja a oreja o el tímido lunar que tiene bajo su clavícula, ahí donde su traje y camisa cubren.
Y si mirarla se ha convertido en su pasatiempo, tocarla se ha convertido en una adicción. Desde la primera vez que su piel probó la suya, no hubo vuelta atrás y cuando la tiene cerca, sus dedos pican suplicando el roce. Le gusta acariciar su mano, ver cómo sus dedos encajan tan bien que parecen haber sido hechos para ello. También le gusta peinarla y jugar con su largo cabello. Le encanta pasar sus dedos por todo su cuerpo, tanteando poco a poco, provocándola, porque eso la hace sonrojar y poner esa expresión que le agita por dentro.
Y si hay algo que le fascina de verdad es acariciar su mejilla, suave y mullida, justo como lo está haciendo ahora, y notar cómo su corazón se vuelve eufórico —no por alguna patología cardíaca, por suerte— cuando ella se acurruca contra su mano mientras le sonríe, con esos ojos impresionantes y centelleantes, mirándole.
A él y solo a él.
— Eres preciosa. —Murmura ronco y perezoso porque son las seis de la mañana y no han dormido durante la noche, consumiendo las horas en el futón, hablando de todo incluso sin hablar de nada.
La habitación está tenuemente iluminada con un tono anaranjado por los rayos matutinos que chocan con los cristales de la puerta corrediza del balcón. Bajo esa luz, se ve incluso más bonita.
Las mejillas de Momo se calientan, lo nota bajo la palma de su mano, y eso le arranca una pequeñita sonrisa mientras sus dedos se pierden en su cabello suelto. Ella hunde un poco más su rostro en la almohada, tímida y dulce.
— Tú también. Eres precioso, por dentro y por fuera. —Susurra, ampliando su sonrisa y cerrando el universo que tiene como ojos cuando él, ligeramente sonrojado, choca suavemente sus frentes y sus narices rozan, disfrutando del gesto.
Todoroki cree firmemente que el quirk de Yaoyorozu ha evolucionado en los últimos dos años. No solo crea objetos, crea algo en él que le hace sentir increíble, que fluye por sus venas como la adrenalina, ardiente y latente.
— Ya te lo he dije a media noche, pero... —oye de nuevo su suave voz y observa cómo sus ojos se abren, mostrándose cristalinos y puros; están más cerca, sus respiraciones entremezclándose y las ganas de comerse aumentando— feliz cumpleaños, Shoto.
Ganas que, al escucharla pronunciar su nombre con ese tierno tono, ya ni hace el esfuerzo de retener por más tiempo. La empuja con delicadeza para que se tumbe bocarriba y apenas se inclina sobre ella, alza su mentón y la besa con el amor de un Dios y la picardía de un demonio. A Yaoyorozu se le escapa una sonrisa, acunando su rostro entre sus manos cálidas, respondiendo al beso, dejando que sus lenguas se diviertan entre ellas.
Notan el toque cítrico que persiste en su paladar de las manzanas verdes que han degustado a las cuatro y treinta minutos de la mañana, cuando todos se encontraban profundamente dormidos. Fue divertido para Shoto y una experiencia emocionante para la ejemplar Momo bajar hasta el comedor, tomados de la mano entre la oscuridad y un apacigüe silencio, en busca de algo para comer.
— Mmh... —Gime bajito Momo cuando sus bocas se separan y Todoroki, todavía hambriento, baja por su mandíbula a besos mientras su mano delinea la peligrosa curva de su cadera—. Pfft... —Y se encoge un poco de hombros por inercia cuando siente las caricias en la base de su cuello, dejando escapar una pequeña risa que eriza la piel del héroe—. Eso hace cosquillas.
Shoto muerde con suavidad, reteniendo la sonrisa, antes de continuar bajando solo un poquito más, con las manos de la Yaoyorozu despeinándole. Llega hasta su clavícula, que asoma sobre la sudadera que le regaló hace un par de meses, y besa el lunar que la decora. Fue lo primero que descubrió cuando exploró por primera vez el cuerpo de Momo, el que considera una de las ocho maravillas del mundo.
Vuelve a ascender, rozando su piel con su nariz hasta regresar a sus labios, donde pertenece. Esta vez se regalan pequeños besos, dulces y repletos del cariño que han hecho florecer en el otro.
— Momo —la llama entre beso y beso, casi borracho por su sabor, pero nunca satisfecho—, te quiero —confiesa, profundo y real, antes de que ella tome las riendas, empujándole suavemente por los hombros para tumbarlo sobre el futón y recostarse sobre él; vuelven a besarse, sintiendo sus piernas enredadas—, te quiero. —Repite mientras sus manos se aferran a su cintura, apretándola contra él, buscando sentirla más cerca porque a veces no es suficiente.
— Y yo —oye su entrecortada voz después del último beso y abre lentamente los ojos, topándose con su rostro entre su revuelto cabello, tímidamente ensombrecido por la luz del amanecer, sus mejillas sonrojadas, sus ojos cristalinos tanto por lo acabo de vivir como por la emoción de haber escuchado esas palabras en boca de Todoroki dedica a ella y solo a ella—, te quiero. Mucho. —Responde y esta vez, Shoto le sonríe, una pequeña curva en sus labios antes de fundirse en un abrazo.
Es su cumpleaños número 18 y lo está empezando con su persona favorita, con quien quiere compartir el siguiente cumpleaños, y el siguiente a ese, y el siguiente, y el siguiente, y el siguiente. Con quien quiere compartir una vida entera porque Yaoyorozu Momo es lo mejor que le ha pasado al mundo después de la soba. Lo mejor que le ha pasado a él, al menso que con 16 años creía seriamente que podría matar a las chicas con su sonrisa o que tenía la maldición del hand crusher.
La quiere. Y aunque digan que es demasiado joven todavía para afirmar que Yaomomo es el amor de su vida, que no sabe lo que depara el futuro, le da igual, porque ya aguantó suficientes años conteniendo sus emociones como para acallarlas de nuevo.
Está enamorado y lo que venga, vendrá, pero ahora solo piensa en el presente y en la increíble chica que tiene entre sus brazos que no quiere soltar.
...
hiii!
omg, siento que hace un siglo que no actualizo, espero de corazón que se encuentren geeenial 💛
he desperdiciado una tarde de estudio adelantando mis otros fics y escribiendo este pequeño cortito que se suponía que sería para el 11 de enero por el cumpleaños de miniño Shoto pero la vida universitaria es dura ahre
feliz cumpleaños atrasado bandera canadiense ❤️
¡ojalá les haya gustado! :') y lamento muuucho la lentitud de actualización, la época de exámenes es una gran aventura repleta de peligro para quienes nos organizamos como la mierda xd
¡AH, CASI LO OLVIDO! muchas, muchas, muchas, muuuchas gracias por las más de 6800 lectura, maldición, sois fantásticos ;u;
si están en exámenes también, ¡muchiiiisima suerte, denlo todo y cuídense bien! 🍀
asdfsa vale creo que he escrito suficiente
¡que la vida les tenga guardadas muuuchas sorpresas!
un abrazo pluuuuuus ultra,
💚
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Inconmensurable; todomomo
FanficImposible medir las sensaciones que Todoroki Shoto y Yaoyorozu Momo se provocan mútuamente. || Colección de one shots todomomo ▫️◾▫️ Como ya saben, las imágenes que se utilice pertenecen a sus respectivos artistas, de igual modo que la idea y todos...