—Ese es tu lado y este el mío —aclara Joel señalando la cama.
Erick asiente y en seguida se recuesta sobre su lado de la cama. Joel hace lo mismo.
Ambos se mantienen quietos. Dormir no es una opción por los nervios que sienten.
El suspiro fuerte que Erick suelta sin querer hace que Joel voltee la cabeza para verlo.
—¿No puedes dormir? —pregunta tratando de empezar una conversación.
Niega ligeramente —Hace mucho frío, ¿no crees?
Carraspea un poco antes de hablar —¿Quieres un abrazo?
El Omega muerde su labio inferior y no contesta nada.
—Te ofrecería alguna manta pero no tengo más —se excusa Joel al sentir el rechazo.
Quiere darle la espalda a Erick para ocultar su vergüenza pero antes de que lo haga, siente como el pequeño cuerpo del Omega se pega hacia el suyo.
El ojiverde continua mordiendo su labio con nerviosismo, sus manos tiemblan y siente el sudor en su frente.
Jamás ha estado tan cerca de un Alfa.
Los fuertes brazos de Joel rodeándolo lo sorprenden pero no tarda en acurrucarse al medio.
Se siente tan seguro y calientito.
A su vez Joel no logra ver el rostro de Erick que está pegado en su pecho, pero se siente cómodo así.
Es la noche más tranquila que ambos tienen. Se siente conocido, como si no fuera la primera vez.
La mañana siguiente el Alfa despierta por la mano de Erick golpeando su rostro al estirarse.
—Buena forma de dar los buenos días —pronuncia con sarcasmo.
Erick simplemente ríe y se levanta de la cama siguiendo al Alfa hasta la cocina.
—Creo que puedo encargarme del desayuno hoy —propone Joel.
—¿Por qué no lo hacemos juntos? —habla sonrojado —podríamos arrancar algunas naranjas del árbol de atrás y hacer mermelada con las frutillas que trajiste ayer.
—¿Vas a enseñarme?
El Omega asiente con emoción antes de sujetar la mano de Joel y jalarlo hasta afuera.
Es de los últimos días en que el sol sale y las plantas florecen.
En qué los pajaritos cantan y no se oyen disparos.
En el que no hay nieve cubierta de sangre.
Es de los últimos días felices y por eso lo disfrutan.
—Mi abuela decía que todas las rosas tienen un significado —explica Erick recostandose en su lugar de la cama, junto a Joel.
—Entonces si te regalo una rosa, digamos blanca —pregunta —¿estaría diciéndote algo sin hablar por más que no lo sepa?
—Exacto. La rosa blanca significa, "yo te merezco" —mira sus ojos un instante.
El Alfa desvía la mirada al sentir su corazon acelerarse —Hoy hace frío también.
—¿Quieres un abrazo?
Es más que un impulso, es su lobo tomando las riendas de su cuerpo.
Joel se estira un poco y besa los labios del Omega.
Erick le corresponde porque su lobo también se ha apoderado de ese instante.
Es de las últimas noches en compañía.
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El día después de mañana >Joerick<
Fanfic-Te prometo que mañana volveré. Y estaremos juntos el día después de mañana y el siguiente día y el día después de ese y todos los días de nuestra vida. No se permiten copias, adaptaciones ni homofobicos.