CAP 3

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No respiro... No parpadeo ni intento mover una extremidad. Tan sólo veo un punto ciego entre la vaga oscuridad que me consume. ¿Donde estoy? Pienso sin tener noción de lo que pasa.

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Aine...

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Me llaman. Gesto frunciendo el entrecejo y la presión de estar ahogandome me consume en la desesperación. No...

- ¡No!

- ¡¿Aine?! -Exaltada, con la respiración irregular, lo veo correr hacia mi. Sollozo.

- ¿P-Papá?

- Oh, cariño... -Papá me abrazó y mi niña interior se refugió entre su pecho, en un desesperado intento de sentirse segura- Aquí estoy, papá está aquí. -Besó mi cabeza, frotando su mano en mi espalda para darme calor- Es un alivio que despertarás. -Musitó al rato, con la voz quebrada.

- ¿Qué fue lo que pasó?

- Volviste a desmayarte, cariño.

- ¿Y mamá? -Me removí, colocando mis manos en su pecho. Vi a papá llorando y me preocupé- ¿Dónde está?

- Durmiendo... -Secó sus lágrimas- Tu madre está asustada, no sabía qué hacer. -Masculló- Estaba muy nerviosa que le di calmantes para que descansara.

- Papá...

- Lo siento. -Se apartó, colocándose de pie para darme la espalda. No emití palabra alguna, esperé que calamara sus emociones y cuando lo hizo, volvió a verme más tranquilo- Estoy asustado. -Confesó- Y quería estar seguro de que no tenías nada, por eso llamé a un médico para que te revisara.

- ¿Y qué fue lo que te dijo?

- Nada de lo que podamos preocuparnos. Recomendó reposo y medicina. -Se acercó y acarició mi mejilla con calidez. Papá sonrió levemente- Iré a prepararte el desayuno, descansa mientras tanto.

Papá salió de mi habitación, me eché en cama y cerré los ojos tras un largo suspiro. Dos desmayos en tiempo récord. ¿Es eso normal? Pensar que lo es no es algo que me satisface. Existen tantos factores que causan estos sucesos pero ninguno es lo suficientemente certero como para tragarmelo. ¿Y si me hicieron brujería? Es lo que puedo creer ante mi situación con las pesadillas, una voz sofocante y pérdida de la noción.

- ¡Ah! Que desesperación. -Resoplé, hundiendo mi cara en mi almohada. Hacía calor y tener que estar bajo reposo no era lo mío. Me sentía angustiada pero el ligero viento de la primavera entraba a mi habitación con desdén. El clima era cálidamente fresco. Las aves cantaban y el poco tránsito del pueblo se le oía a la lejanía- Que tranquilidad. -Cerré los ojos, suspirando nuevamente.

Aunque todo dentro de mí era un lío, sentí paz por un momento hasta que mi mente insistió en recordar lo que había pasado. Mi último recuerdo fue oír a Ryu llamándome y luego... nada. Mi mente quedó en blanco en ese instante, hasta que sentí como me ahogaba. Tengo dudas pero mi mayor caos es el miedo que ha nacido en mí. Esto me resulta sofocante. Tanto que, llorar en silencio me resultó una debilidad autodestructiva.

Me sentía sola, agobiada y sin tiempo de repasar cada uno de mis temores. Pensé en mi funeral, en la familia y en los amigos que asistirían en mis noches de vela. Era estúpido imaginarme algo así, pero no tenía en mis manos la remota de idea de lo que me está pasando. Necesitaba respuestas, pero las necesitaba ya, o está situación me volvería completamente loca.

- Aine. -Abrí los ojos hasta el tope. Esa no era la voz de papá- Shh, oye. -Levanté mi cabeza y la giré lentamente hasta el portador de esa chillada voz.

未来 [mirai] (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora