Celestine Wilson es una enfermera que trabaja en la clínica de Denver, Colorado.
Un día, por los pasillos de aquella clínica entra alguien en una camilla en estado critico; había pasado un incendio en los bosques cerca de una carretera y había solo...
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Observaba en el comedor la televisión, tome un sorbo de mi café y después le di una mordida a mi sandwich de mermelada.
El sonido de las sirenas me interrumpió por lo que guarde rápido mis cosas y por las prisas las tuve que dejar ahí; me acerque hacia la entrada de urgencias.
Y pude observar como entraba en la camilla un chico en estado en gravedad; venía con múltiples quemaduras y la sangre abundaba en la camilla, el chico estaba inconsciente.
Me acerque a la camilla y me dirigí con los camilleros al quirófano donde el chico sería atendido y después de eso, internado hasta que sus heridas sanarán.
El chico al ser reposado en la mesa de operaciones, se le removía rápidamente la ropa para poder examinar las áreas donde más gravedad había como quemaduras de segundo y tercer grado.
Empezamos por intentar reanimarlo con un desfibrilador y con éxito continuamos con lo demás; debía coserse una parte del abdomen ya que tenía una gran herida y también presentaba varias costillas rotas...
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Al terminar la operación se me asignó cuidarlo en su habitación; mientras despertaba estuve sentada y podía observarlo detenidamente, su cabello era marrón, su piel era muy pálida, tenía una barba muy pequeña y una gran cicatriz a lado derecho de la comisura de sus labios.
Vi como el chico abría lentamente los ojos y solo le dediqué una ligera sonrisa para decirle.
—Hola...soy Celestine, y seré tu enfermera mientras te recuperas—.
—¿Que pasó?— la voz del joven sonó como si de un chico se tratará pero no era así.
—Tuviste un accidente terrible...¿Te gustaría contarme lo que pasó?—.
El chico solo tragó un poco de saliva y desvío su mirada hacía otro lado que no fuera mi cara.
