8

473 42 17
                                    

El comienzo de la segunda parte del plan. SiCheng ya sabia que tenia en mente el japonés, admitía que sentía un poco de celos pero no se negaría, se lo debía después de todo. Y también tenia en cuenta que Yuta nunca lo dejaría de amar, tampoco deseaba a nadie más que a el.

El sábado llegó. Llevarían acabo lo que habían planeado. SiCheng esperaba a Yuta en su cama, minutos después salió del baño perfectamente vestido, una camiseta blanca y simple, pantalón negro que era sostenido por unos tiradores y por último para completar su apariencia, una chaqueta llamativa de color rosa. SiCheng respondería hermoso como siempre, si se animará a decirlo. Solo pudo sonreír intentando dar una señal de que le parecía hermoso, Yuta lo entendió bien, después de tanto tiempo de estar juntos el japonés conocía perfectamente lo que SiCheng en realidad quería mostrar o dar a entender.

Entre besos intercambiados esperaban sin prisa a los traidores amigos de SiCheng. Fue lamentable el poco tiempo que tuvieron pues Doyoung ya había tocado su puerta. Ya estaban afuera. 

SiCheng salió de la habitación para recibir a sus amigos. Mientras el castaño organizaba la últimas cosas.

La mirada asesina con la que fueron recibidos no fue para nada agradable. Y posiblemente fue responsable de la ultima decisión de uno de ellos. Ya no quería seguir con esto.

Antes de decir algo espero la señal. Unos segundos más y escuchó el tono del celular.

— Pasen — Evitó decir cualquier otro comentario de enojo o celos. Sirvió de guía hasta la habitación de su novio. Abriría a la puerta si no fuera que uno de ellos habló. 

— No lo haré. SiCheng perdóname por llegar hasta este momento, tuve que negarme antes. El es tu novio, y tu mi amigo, prefiero no perder tu amistad. — El se sentía tan culpable y SiCheng un poco más aliviado.

— Gracias por eso — Le sonrió a su amigo y los otros dos lo miraban como si fuera un cobarde, pero eso no importó.

— Está adentro — Dijo y abrió la puerta; si que los miraba con odio, aún tenía que aguantar.

Pasaron sintiéndose ganadores y más al ver que el japonés los esperaba.

Sentado en una esquina de la cama, sus piernas cruzadas sin ningún miedo de provocar, levemente su cuerpo estaba inclinado siendo sostenido por sus brazos y una sonrisa divertida sobre sus labios. Si fue divertido ver ese par de miradas desesperadas por lo que pasaría en ese cuarto, pues nada de lo que sus cabezas imaginaban sucedería en realidad.

— ¿Están preparados?

No pudieron responder correctamente por lo que solo asintieron emocionados.

El mayor sólo podía reír a carcajadas en su cabeza.

— Por favor, vengan.










— Dime algo

— Lo que quieras

— ¿Que es lo que quieres? — Yuta pregunto mientras tomaba lugar en el regazo de Kang - que a este momento tenía un gran problema dentro se su pantalón, además de una venda en sus ojos por petición del mayor - y acercando a su oído haciendo temblar el cuerpo del menor — puedo hacer lo que desees. 

El otro joven que estaba justo al lado escuchaba todo y no podía estar más emocionado. Tenía la suerte de tocar la piel suave y hermosa de Yuta, solo eso era una dicha, un regalo del cielo.
Eso pasaba por las cabezas de los jóvenes, no tenían idea de lo que pasaría.

Kang tardo en responder por la situación en la que estaba, ¿como podía siquiera razonar cuando tenía a un hermoso, perfecto y provocador Yuta sentado en sus piernas? Era imposible.

α кιѕѕ ƒяσм чυтα  - Yυωιи/Wιичυ -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora