Día 4.

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Día 4: Separación.

Quedan 3 días.

Perspectiva: Himawari Uzumaki.

—¿Papá? —susurró—. Debería haberse ido hace horas al trabajo.

Vio el reloj que estaba sobre su mesita de noche y notó la hora que era. Estaba más que claro que algo había sucedido.

Una discusión que, probablemente, se había alargado más de lo normal. De ser otra situación, Himawari hubiera seguido descansando en su cama ya que su resfriado la mantenía así, pero podía escuchar los murmullos hasta a su habitación.

No eran muy claros, pero podía saber que estaban molestos.

Himawari se levantó con dificultad de su cama y se abrazó a sí misma, mientras trataba de llegar a la puerta.

No le gustaba meterse en las discusiones de sus padres porque era algo privado de ellos y tampoco tenía la autoridad para hacerlo, después de todo, eran sus propios problemas.

Sin embargo, hace apenas unas horas su fiebre había bajado y por supuesto, quería avisarle a su madre para comprobar si no había subido o ya estaba bien, pero no estaba segura si lo correcto era interrumpir.

—¡Nunca estás en casa, Naruto-kun! —exclamó molesta—. Siempre lo comprendía porque estabas en el trabajo, pero ya no es como antes. ¡Es como si hubieras olvidado que tienes familia!

Himawari se detuvo a medio camino. Su madre nunca alzaba la voz y si lo hacía, podía significar que era algo sumamente grave.

Y si consideraba lo que sucedió ayer con su hermano mayor, sabía que su madre había perdido la paciencia.

Bueno, desde hace un par de años, el matrimonio de sus padres comenzó a decaer lentamente, ya fuera olvidando fechas importantes; como su aniversario de bodas, el cumpleaños de su madre o incluso, el de su hermano. Luego, Naruto dejó de estar tan presente en casa.

A veces, podían pasar dos hasta tres semanas seguidas en los que ni siquiera lo veía. Después de eso, su padre aparecía como si nada en la cocina de la casa y siempre parecía molesto.

Himawari comprendía que el trabajo mantenía a todos ocupados, son demasiadas horas y casi nunca se tiene tiempo libre, pero si uno quiere siempre se podrá. Al parecer, su padre mostraba un niño interés por su madre, ella y sobre todo, su hermano.

Boruto.

Cuando eran más pequeños, él era muy apegado a Naruto. Ella también lo fue.

Hasta que su hermano cumplió los 12 años y su padre dejó de estar presente.

Tocó la puerta, estaba dispuesta para regresar a la cama e ignorar la discusión. Sin embargo, eso no podía seguir así.

Muy pronto, el único desenlace posible sería el divorcio de sus padres. Sonaba una muy buena opción, puesto que su matrimonio iba de mal en peor y estaba segura que ninguno de los dos quería lastimarse.

Himawari recordaba muy bien el amor tan honesto que sus padres tenían.

¿Cómo es posible que se acabe tan rápido?

¿El amor tenía fecha de caducidad o algo así?

O quizá, solo dejaron de amarse por el tiempo y la lejanía.

Desde que su padre actuaba así, su madre también tenía su propia vida. El tiempo continuó pasando para los dos y aún así, parecían seguir amándose. Pero ya acabo.

Todo al final, siempre termina.

—¿Me crees idiota? ¡Por supuesto que pienso que me estás engañando! ¡Nunca estás, ni siquiera cuando tus dos hijos están enfermos!

Últimos 7 días. 「MitsuBoru」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora