Tintes de arena y mar

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Evoqué todo mi pensamiento en aquella roca que se podía divisar a lo lejos,
se llama la roca de San Pedro me dijo alguien que paseaba de un collar junto a su perro.

Jamás había escuchado una voz tan melódica y pasiva a la vez,
la observé a sus ojos y me fulminó con su mirada,
si el mar estaba embravecido,
pues ella llegó a darle calma.

Esa calma que colma que anima y recita poesía aún sin esbozar palabra alguna. Disipe de mi mente aquella laguna y ella sonrió, su sonrisa doblegó al sol y de paso al horizonte enrojeció.

Esa tarde fue extraña y a la vez especial, aquella chica era diferente a las demás, tenía una mirada penetrante junto a una boca excitante que invitaba e incitaba a besarle,
pero como todo un caballero solo tomé de su mano para un beso dejarle.

Su mirada me llevó más allá de donde se veía la última ola de mar,
sus palabras eran tan aduladoras que provocaban esa sensación de querer una noche entera con ella pasar,
aunque sólo fuera para hablar.
No todo en la vida va a ser sexo y nada más, también tenemos esa chance para conversar.

Esa noche fue mágica,
ideal para tomar de su mano y junto a su perro caminar.
Aún recuerdo el beso de despedida entre tintes de arena y mar,
aún guardo ese sabor a sal con el cual la ví desaparecer entre la bruma que comenzaba a salir desde el más allá.

Desde ese día la busco y no la he podido encontrar,
sólo una flor se llevó de mi recuerdo y cada vez que visito ese lugar puedo ver en aquella roca los pétalos de aquella rosa dispersadas por la arena y el mar.

Todo quedó entre Tintes de Arena y Mar.

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POEMARIO: Ocultos PensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora