Naruto en Kimetsu no Yaiba

Capítulo 7

NT: Aún sigo vivo, no he muerto y puedo decir con seguridad que voy a emborracharme esta noche, pero eso solo me corresponde a mi, a ustedes les corresponde leer el capítulo, así que sin más...los dejo ;3

Posdata: Créditos a su respectivo autor (tanto historia, personajes, imágenes u otra mierda que me reprochen :3).

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- Hey, Tanjiro, reacciona... Nezuko-chan me puedes ayudar a que tú hermano deje de estar en shock -sin embargo cuando el rubio volteó a ver a su joven amiga se topo con que la mujer tenía la misma cara exagerada de su hermano, casi pareciendo que se les saldrían los ojos y algo de sudor- jejeje, no me quiero imaginar si alguna vez llegan a visitar Konoha.

El rubio mientras se burlaba de sus amigos y sus graciosas caras hizo un leve repaso de lo que sucedió, si, se había equivocado y de gran manera, el dijo que tal vez con suerte podrían llegar a esta pequeña ciudad antes del anochecer, pero todo fuera de la realidad, les había tomado tres días llegar hasta el lugar donde actualmente estaban parados y hubieran tardado más si no fuera porque la chica no quería dormir en el piso de nuevo, así que literalmente arrastró a los dos chicos un par de kilómetros, y aunque habían avanzado muy rápidamente gracias a qué Naruto insistió en avanzar saltando árboles cosa que los hermanos no estaban acostumbrados, pero todo eso ya era historia. Lo importante es que al fin llegaron a Asakusa.

- "Oh mis cielos, está ciudad es muy avanzada y grande, ¿cómo es que después de anochecer sigue siendo tan brillante? -siguió pensando Tanjiro sin prestar ninguna atención a el rubio frente a el- "todos los edificios son muy altos, ¿por qué todos los edificios son muy altos? ¿acaso las grandes ciudades son igual de grandes? Solo de pensarlo me estoy mareando, tengo que salir de aquí" -reaccionando pobremente el chico por instinto tomo la mano de su hermana y empezó a caminar, pasando antes que un tranvía se acercara o entrando a un callejón donde una pareja estaba besándose y alejándose de ahí lo más apenado y alterado posible, todo bajo la atenta mirada del Uzumaki que los miraba divertidos siguiendo su paso- "vamos, vamos, vamos, tenemos que salir de aquí Nezuko".

Emprendiendo su caminata, el par de hermanos caminaba de forma torpe y rápida por la calle chocando con gente o provocando más escenas bochornosas para los hermanos que ya no sabían ni por dónde escapar, por su parte, Naruto caminaba tranquilo, riéndose de las cosas que Tanjiro provocaba en su huída, el se encontraba perfecto, Konoha tenía mucha más gente aunque siempre daba la sensación de estar libre para el paso y eso se debía más a qué las calles eran muy anchas, además de que era enorme la aldea no como esta pequeña ciudad con calles muy angostas; al final, Tanjiro por fin se adentro a una calle que poco después de caminar por ahí un poco se deshizo de la gente al estar desierta.

Mirando perezosa mente por el lugar se encontró con un pequeño puesto estacionado a un lado de la calle con las luces prendidas y al acercarse encontró a su vendedor fumando despreocupado.

- Me gustaría ordenar un tazón de fideos yamakake.
- Claro.
- "Es la primera vez que estamos en un lugar como este...hay mucha gente" -se dijo en sus adentros Tanjiro, pero de la nada una mano se poso en su hombro asustando al chico que incluso pegó un pequeño grito.
- Viejo, a mi me puedes dar dos platos de ramen de miso de puerco.
- Claro -volvió a responder el señor sin realmente prestarles demasiada atención.
- Sabes Tanjiro, dejar a tus amigos tirados es malo, pero no te culpo, yo también llegue a dejar atrás a varios de mis amigos sin que me diera cuenta -recordo el rubio mientras sonreía por todas las veces que actuó precipitadamente.

Ya pasado el tiempo y con los platos de sus ordenes en mano se fueron a sentar junto a una Nezuko recostada en una banqueta, al ver a su hermana así recordó que cuando la había arrastrado junto a él no volteó a mirar su condición y claramente era mas delicada que la suya: Nezuko podría ser una demonio con grandes capacidades musculares y de regeneración, pero sobre todo ella seguía siendo la chica de catorce años con un camino inmenso del cual aprender, por lo que, al ver la gran ciudad ella a diferencia de su hermano que solo le dio un pequeño ataque de ansiedad, a ella se le sobrecargaron los circuitos de su cabeza, ya era un nivel que sobrepasaba sus defensas mentales, asi que su cuerpo solo se apagó de forma natural. Y con eso regresamos donde se quedaron nuestros protagonistas, disfrutando su comida, por no decir que el rubio se estaba atragantando con su plato de ramen, fue cuando Tanjiro iba a dar su primer bocado un olor nauseabundo, putrefacto y lleno de ese hedor de hierro tan característico de la sangre entro en el radio de detección que podía sentir con su nariz y con solo eso el mundo para Tanjiro paro, soltando su plato que fue de lleno al suelo.