8. Destellos

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-Nunca había visto tantas estrellas.

- El cielo está muy despejado y oscuro.

- ¡Es genial!¿Crees que nos dicen algo, que ocultan secretos, que nos observan?

La chica, ilusionada, esperaba la respuesta de su madre. No obstante, observó cómo desvanecía hasta desaparecer por completo.

Andra se despertó de golpe, había sido un sueño, una pesadilla. Estaba nerviosa, miraba a todas partes, Aunque, tampoco había mucho que ver. La pequeña habitación tenía dos camas más, que eran ocupadas por el resto de miembros de su familia. Aparte de eso, una pintura colgada de la pared, una mesa de noche y un espejo.

Sus inquietudes no cabían en aquel lugar y decidió ir fuera del castillo. Salió de su cuarto a hurtadillas, bajó las escaleras con sumo silencio y se dirigió a la puerta principal, que, por suerte, solo estaba entornada. Con un suave empujón la habría abierto.

Hacía frío, no sabía ni qué hora era, pero sí era consciente de que no faltaba mucho para el alba.

-La noché es más oscura justo antes del amanecer -dijo para sí misma.

Se sentó en la hierba y contempló, lo que era para ella, el tesoro más bello e inalcanzable del mundo, las estrellas.

Apenas unos minutos después, algo fuera de lo común le sorprendió. Había una luz en el bosque, una luz celeste. Era pequeña, pero intensa. A Andra le recorrió por el cuerpo una necesidad inefable de acercarse.

La luz se empezó a mover y mantuvo las distancias con Andra, que, sin darse cuenta, ya se había metido de lleno en el bosque. Decidió acelerar algo más pero no consiguió acercarse. Parecía que estaba huyendo ella, o tal vez, le estaba llevando a algún lugar. Tras un tiempo de persecución, la luz se detuvo al lado de un pequeño lago.

Cuando los ojos de la chica se acostumbraron a los constantes destellos, divisó una forma humana, de medio metro de tamaño, que brillaba y se mantenía en el aire.

-¿Qué es esto? -Pensó Andra.

-Soy luz -Una voz femenina salió de aquel ser, que parecía haberle leído la mente.

Andra no se lo podía creer. Pesó que era un sueño, pero su idea se derrumbó cuando un soplo de aire removió su melena. Tampoco sabía qué decir, los nervios la apresaban. Sin embargo, entre toda la incertidumbre había cierta curiosidad.

- Perdón por las horas, pero durante el día nadie me ve -Las palabras de aquella criatura calmaron a la chica-. Me llamo Irhit, y sí, soy luz. Quería hablar con alguno de vosotros.

- ¿Nosotros?

- Sí. ¿Habéis encontrado la carta verdad?

Andra recordó la imagen del pájaro que cayó en picado con la carta atada a una pata.

-Sí.

- ¡Genial! Tiene más importancia de la que pensáis.

- No entiendo nada.

- Será mejor que empiece desde el principio:

"Hace mucho mucho tiempo, cuando las primeras generaciones de humanos poblaban en El Gran Reino, existían cuatro criaturas mitológicas: El dragón, que dominaba la región de Nodinfer; El leviatán, sumergido en los grandes ríos de Elía; El pegaso, que volaba en los cielos de Sopheal; y el Grifo, oculto en las altas montañas de Osgentir.
Estas criaturas convivían en armonía, pero la maldad y codicia de los humanos corrompieron sus almas puras, dando lugar a una terrible guerra humana y mitológica.
La batalla de los humanos resultó insignificante frente al potente choque de las cuatro criaturas. El lugar donde convergen las regiones quedó asolado.
Misteriosamente, una piedra cristalizada se formó en medio de todo y todos: El Orbe Blanco, cuyo poder mágico era inmenso.

No se sabe bien cuál fue el desenlace de la guerra:
Algunos dicen que las cuatro criaturas murieron en combate, dejando como único recuerdo el orbe.
Otros apuntan a que los humanos fueron los que mataron a las criaturas al ver el peligro de la situación.
Incluso hay quien piensa que hubo otra criatura que puso paz de por medio. Aunque esta opinión es minoritaria.
Lo que sí se sabe es que el orbe existe, y que está en peligro. Actualmente se encuentra en Cifelia, una ciudad construida encima de lo que antaño fue un campo de batalla. Dicho lugar se levantó exclusivamente para proteger el Orbe Blanco.
Aunque la ciudad tenga una extraordinaria defensa, Kygeron, líder supremo de Osgentir, planea una ofesinva para conseguir ese objeto y obtener, así, un poder desmedido.
La dificultad de alcanzar el orbe no solo se basa en la defensa exterior de la ciudad, la sala donde está es indestructible, y además solo se puede abrir con una misteriosa llave.
El paradero de esta es desconocido. Por eso, las tropas de Osgentir van pueblo por pueblo, preguntando por ella. Lo que pasa después ya lo sabes.

Cuentan con ayuda del lejano Oeste, están formando un gran ejercito, me temo lo peor. "

Andra intentaba comprender todo lo que decía Irhit. Algo ya había leído, pero en ningún momento se imaginó que fuera real hasta ahora. Lo que no se esperaba era todo lo relacionado al plan de Kygeron.

- ¿Qué quieres de mí?

- Vosotros tenéis la carta, dad la noticia en La Ciudad De Nodinfer, y enseñarla, solo así os van a creer. Malas influencias hay acompañando a Xafor, el lider de la región. Una vez que él esté al corriente sabrá qué hacer.

- Entendido.

El plan de Thioren no iba a cambiar en nada, pero ahora había mucha más responsabilidad. Andra asumió con valentía, aunque con dudas, la misión que aquella simpática luz, en mitad del bosque, le había pedido.

- Tengo muchas preguntas.

- Lo siento, tengo que irme ya - le respondió Irhit con amabilidad-. Está a punto de amanecer.

- ¿Cómo voy a volver al castillo? No sé ir desde aquí, y está muy oscuro.

- Ah sí, Toma esto, se iluminará cuando más lo necesites.

Aquel ser cogió del suelo un pequeño frasco de cristal que aparentaba estar vacío. Andra lo observó durante un par de segundos y se lo colgó al cuello con la cuerda que estaba atada al frasco.

- Muchas gracias.

- Muchas gracias a ti Andra, por todo. ¡Suerte!

Y la luz fue haciendose menos intensa hasta quedarse todo a oscuras. Al instante, aquel objeto empezó a brillar con una luz celeste.

Andra descubrió que la luz era más intensa cuando miraba para un lado que para otro y echó a Andar.

Las preguntas que tenía en mente no le desaparecieron. Una de ellas le vino repentinamente e hizo que las otras pareciesen una tontería:

- ¿Cómo sabía mi nombre? -dijo en voz alta.

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2020 ⏰

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