Epílogo.

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­– La verdad no pensaba que en serio volverías – mencionó la castaña a su hermano – ¿Cerraste todo por allá?

– Sí, hablé con mi jefe y fui transferido a la oficina que está aquí. – Pasó a buscar sus maletas, sonrió – Yo solo iba a renunciar y por el seguro, terminó mejor de lo que esperé.

– ¿Te ofrecieron un aumento?

– No, vine hasta aquí por mi cuenta prácticamente así que no hay más dinero del que gano ahora – se encogió de hombros.

– Una mierda.

– Básicamente. – A la salida del aeropuerto estaba el auto de su hermana, puso su maleta en la parte de atrás y subió al asiento del copiloto. – Pero estoy feliz ¿Sabes? Siento que por fin puse algún orden en mi vida.

– Y yo estoy muy orgullosa de ti Calum – Echó a andar el auto y salió del aeropuerto. El viaje duró al menos treinta minutos debiso al tráfico que había en la ciudad, era pleno verano y había turistas que llegaban como locos y gente que se iba también.

O también algunos que volvían a su hogar después de mucho tiempo.

– ¿Nadie sabe verdad? – preguntó el moreno una vez llegaron a la casa de Mali, donde ambos vivirían hasta que el otro se instaka como es debido en la ciudad.

Ella negó.

– Absolutamente nadie, de hecho – bajó del auto y ayudó a descargar el auto – Ashton tenía una idea y casi acierta con lo que harías pero perdió algo de esperanza a medida que pasaban los días.

– Bueno, quizás se moleste un poco conmigo.

– Es que yo también lo estaba al principio, te fuiste como lo hiciste la primera vez. – Regañó su hermana – Ni siquiera una nota, si yo fuera Ashton te dejaría

– ¡Mali! – Exclamó exaltado – No me digas eso, estoy pensando lo peor.

– ¡Lo siento! Pero sabes que eso de las despedidas es algo que debes mejorar jovencito.

– Soy un hombre adulto Mali.

– Sí claro. – Rodó los ojos – Por eso es que tienes miedo de ver a Ashton.

– Tardé un mes hermana – suspiró – él va a querer golpearme. – Aseguró.

– Y no lo culparía.

– ¡Ya basta de asustarme!

La morena reía mientras Calum era un manojo total de nervios.

Tres semanas atrás en Londres.

Calum estaba feliz, sentía que por fin estaba haciendo las cosas bien y por un bien mayor.

Su plan era simple y constaba de cinco sencillos pasos:

1. Hablar con Matthew y romper con él.

2. Dejar que se quedara con el departamento para evitar drama que no necesitaba.

3. Ir hasta su oficina a hablar con su jefe para ejecutar su renuncia.

4. Esperar a que su jefe le ceda su seguro de cesantía.

5. Volver a Sydney.

Se podría haber reducido a tres pasos, pero hay detalles que es apropiado mencionar, cubrir y ejecutar para que el plan funcione.

¿Matt? – Preguntó en cuanto entró a su departamento, había un silencio sepulcral. – ¿Estás en casa?

¿Calum? ¿Volviste? – Apareció el rubio por una de las habitaciones vestido sólo con una camisa – ¡Pensé que volverías en unos días más! – Dijo en voz alta algo nervioso.

Camera [Cashton]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora