El peor error de la princesa fue escabullirse del castillo, en medio de esa gran fiesta.
Donde Millie es una princesa y Finn un simple chico.
#18 en Fillie 10/01/20
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CHAPTER FIFTEEN ℋ𝒶𝓅𝓅𝓎 ℋℴ𝓇𝓇𝒾𝒷𝓁ℯ 𝒯𝓌ℯ𝓃𝓉𝓎
Millie
Los aplausos me dejaron totalmente anonada, un zumbido en mis oídos era lo único que lograba apreciar. Y juraba que podía escuchar el suspiro de decepción que soltó Finn cuando pronuncie el "Aceptó". El pecoso sólo dio la media vuelta y se marchó sin más que decir o hacer, lo entendía, que otra cosa podía hacer. Ella estaba solamente ahí parada, mientras todo a su al rededor se movía lentamente, y la sonrisa falsa de André se dirigía hacia ella. A la espera de el momento que solo quería evitar, y que al final llegó, el beso.
Un beso amargo que se quedaría en su memoria para siempre, y la dolorosa mirada de un viejo amor que la había atravesado sin piedad. Solo podía recordar como los alborotados chinos se posaron frente al gran pasillo, y sus obscuros ojos la pentraron cual cuchillo. Pero ahora era tarde, estaba casada con André, sin nada más que hacer, o tal vez si había una solución, en ese momento no lo sabía.
—Princesa tenemos que pasar al salón principal, la fiesta será celebrada a la brevedad.
Giro mi cabeza encontrándome con mi madre, quien sonríe triste y con unos pasos logra posarse frente a mi.
—El estuvo aquí...
—Lo sé, lo vi cuando entro —un suspiro sale de su boca, mientras retiro la mirada.
—Se que es difícil, pero Millie, no estas haciendo lo correcto.
Cierro los ojos con brusquedad intentando entender sus palabras.
—¿De qué hablas?, madre, sabes mejor que nadie que mi padre jamás me dejaría estar con él, si quiero salvar al reino tengo que sacrificarme a mi, eso lo tengo muy en claro...
—No es necesario, lo amas, amas a Finn, no tienes porque atarte a este matrimonio.
—Ya no hay forma, ya no...
Camino rápidamente, alejándome de mi madre y sus fugases palabras. Las cuales lograron quedarse marcadas en mi mente, por el resto de la noche.
[...]
—¿Todo bien, mi 'esposa'?
La sonrisa burlona logró que cada parte de mi cuerpo se tensara, por lo que solo pude responder con una ligera sonrisa.
—No tienes que actuar conmigo, tienes lo que quieres...
—Aún no, mi princesa, cuando tenga la corona sobre mi cabeza sabre que lo e logrado, por lo mientras tendrás que soportar estas actuaciones, si no quieres que el rey se dé cuenta de todo lo que has echo —ignoro sus palabras, aunque su penetrante mirada siga sobre mi.
