Capítulo 80: Comienza el caos

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“Hermano mayor, ¿crees que el Gran Maestro me creyó?” Lin Fan miró a su hermano mayor luego de que el Gran Maestro los despidió. Meng Yangquan estaba muy preocupado por la crisis que se acercaba y no podía calmarse en lo más mínimo.

“Lo hizo”. Meng Yangquan finalmente asintió.

“¿Por qué el Gran Maestro no dijo nada como” ‘Hay que unirnos ante la crisis'”?” Lin Fan preguntó en voz alta. El Gran Maestro no sabía cómo unificar la fuerza, siempre trataba de actuar solo. La unificación traía más poder, y eso era algo en lo que Lin Fan creía firmemente.

“Hermano menor…”

“¿Sí?” Lin Fan miró a su hermano mayor confundido. No tenía idea de lo que le diría su hermano mayor.

“En realidad, el Gran Maestro piensa que el concepto de'la unión hace la fuerza’ es inútil. Esta vez, muchas sectas nos van a atacar. Ellos enviarán a personas que están por encima del nivel pericelestial. Los discípulos de la secta externa, incluso los discípulos post celestiales de la secta interna, son prácticamente inútiles. Enviarlos a todos ellos es sólo desperdiciar vidas. La diferencia entre sus niveles es demasiado grande. Por lo tanto, la unidad es inútil”. Dijo Meng Yangquan.

La secta del Santo Demonio era más fuerte que la mayoría de las sectas, cuando se las comparaba una contra otra. Sin embargo, si muchas sectas se unieran en su contra, la secta seguramente quedaría destruida.

“¿Cómo?” Lin Fan había estado en este mundo durante mucho tiempo, pero aún no lo entendió del todo.

Un hombre pericelestial podría derrotar a cientos, e incluso miles, de hombres postcelestiales. Este fue el gran cambio que se produce en los niveles superiores. Aumentar la cantidad era prácticamente inútil.

Cuando Lin Fan estaba en el nivel postcelestial, intentó matar a Mo Yi, que estaba inconsciente. Pero Lin Fan no pudo destrozar su cuerpo en lo más mínimo. Esa era la diferencia entre los niveles.

Si uno realmente quisiera lastimarlo, tendría que usar un arma de nivel Xuan.

“Más tarde, el Gran Maestro le informará a toda la secta.” Meng Yangquan suspiró.

“Hermano mayor, eso no está bien. Si hay espías en la secta, el informe que le va a decir a toda la secta será escuchado por el Emperador Yan”. Lin Fan dijo.

Meng Yangquan movió su cabeza, “No importa si se enteran o no. Ellos saben que el Gran Maestro no abandonará la Secta del Santo Demonio.”

“Hermano mayor, aún existe un futuro. ¿Por qué el Gran Maestro no lleva a toda la secta a que se esconda? Él puede esperar hasta que seamos lo suficientemente poderosos.” Lin Fan continuó con sus preguntas.

Si no puedes luchar, escóndete. Si puedes luchar, entonces lucha. ¿Por qué no cambian su forma de pensar?

En este momento, Meng Yangquan se puso muy serio. “Hermano menor, el honor de la Gran Secta no puede ser destruido. Recuerda, este mundo es como una cadena alimenticia. Ahora, ve a buscar al hermano menor Ni y prepárate para irte”.

“Hermano mayor, ¿qué hay de ti?” Lin Fan vio la cara de preocupación de Meng Yangquan y comenzó a inquietarse.

“Soy un discípulo de la secta interna. Fui adoptado por la secta cuando tenía dos años. Si la secta va a desaparecer, moriré defendiéndola. Si la secta sobrevive, viviré para verlo”. Dijo Meng Yangquan con una firme voz mientras miraba hacia delante, y se alejaba.

“Hermano mayor…” Lin Fan miró la espalda de Meng Yangquan mientras se marchaba. No sabía qué decir. De repente, Lin Fan experimentó problemas para respirar debido al entorno y a las circunstancias.

Tal como dijo el hermano mayor Meng, el Gran Maestro ordenó a todos los discípulos que estaban por debajo del nivel precelestial que se fueran de la secta. Todos los discípulos, después de escuchar esta noticia, estaban obviamente impactados. Sentían que la secta los iba a abandonar.

Sin embargo, cuando se enteraron de la llegada de un ataque, se callaron. Algunos discípulos que estaban debajo del nivel precelestial regresaron a sus dormitorios y comenzaron a empacar en silencio. Pero hubo otros que se negaron a irse y deseaban defender a la secta.

“Hermano mayor Ni, hermano mayor Yin, ¿qué van a hacer?” preguntó Lin Fan.

Yin Mochen movió su cabeza, “¿A dónde puedo ir después de irme? He considerado a la secta del Santo Demonio como mi hogar. Me quedaré y lucharé hasta que mi vida termine”.

“Si el hermano mayor Meng no se va. Yo tampoco me iré. El hermano mayor Meng me cuidó desde que me uní a la secta. Me quedaré junto a él y lucharé hasta el final”. Ni Mingyang mostró sus sentimientos con voz seria.

“Hermano menor Lin, deberías irte. Es una gran hazaña que hayas traído esa noticia. No es necesario que mueras aquí”. Ni Mingyang trató de convencer a Lin Fan.

Lin Fan dudó por un momento: ¿Debería irse o quedarse? Después de todo, cada uno tenía una sola vida. ¿Le tenía miedo a la muerte? Por supuesto que sí.

Sin embargo, a veces las circunstancias eran diferentes.

“Hermano mayor, ya que ustedes no se van a ir. Yo tampoco me iré”. Lin Fan finalmente habló con gran firmeza.

“Hermano menor, por favor, vete. No queremos irnos a causa de los recuerdos que tenemos aquí. Tú te acabas de unir a la secta hace poco. Aunque te vayas, no diremos nada, porque queremos que sigas viviendo”. Ni Mingyang dijo.

Si las otras sectas realmente atacaran a la secta del Santo Demonio, todos aquellos que se quedaran seguramente no vivirían.

No había ninguna esperanza.

“No hay necesidad de que digas una palabra más. Sólo se puede vivir una vez. La muerte puede llegar a ti antes o después durante tu vida. No seamos tan pesimistas. ¿Y si el Gran Maestro puede hacer que esta situación cambie?” Lin Fan dijo.

Lin Fan era un hombre muy emotivo. Entendió el motivo de la orden de esos discípulos se vayan del Gran Maestro. El Gran Maestro quería que tuvieran una razón para escapar. Mientras la secta estaba en problemas, los discípulos huyeron. Eso era algo que sonaba repugnante y desleal. Así que la orden era crear un pretexto para que se fueran.

“Hermano menor…” Ni Mingyang y Yin Moche miraron a Lin Fan con sus ojos llenos de agradecimiento y cariño. Le golpearon en su hombro sin decir nada.

Edificio Qingxin…

“Hermana menor Mu, deberías irte con los demás.” Meng Yangquan miró gentilmente a Mu Chenyu.

La secta se encontraba en crisis. No podía mantenerla cerca de él, porque ni siquiera podía protegerse a sí mismo. Tenía que decirle que se fuera para que pudiera vivir.

“Hermano mayor, ¿realmente le crees? Son sólo unos rumores. Hermano mayor, quiero hablar contigo. Tal vez puedas cambiar de opinión”. Mu Chenyu dijo con una voz llena de frialdad y odiando a Lin Fan en su corazón.

“Hermana menor, no digas nada. Deberías irte ahora. Si sigo vivo, iré a buscarte”. Meng Yangquan y Mu Chenyu se conocieron hace mucho tiempo. La primera vez que la vio fue en la secta externa y comenzó a interesarse en ella. Después, Meng Yangquan abandonó la secta interna y se unió a la secta externa. Él pensó que necesitaría buscar a la hermana menor. Sin embargo, un día, ella apareció detrás de él y le hizo una pregunta.

Ese fue el comienzo, y hoy podría ser el final.

“Hermano mayor, no me iré si tú no te vas.” Mu Chenyu movió su cabeza con determinación.

“¡Fuera de mi vista!” Esta vez, Meng Yangquan se enfadó y le gritó.

Mu Chenyu estaba sorprendida y asustada por su repentino cambio de actitud.

“Hermano mayor, tú… ¿qué has dicho?” Mu Chenyu no podía creer lo que había escuchado y miró a Meng Yangquan, buscando algunas señales que contradijeran sus palabras.

“¡Dije que te fueras de mi vista!”

The Strongest System [Volumen 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora