¿Quedarme o ir a la realidad? © #RequiAwards

~CAPÍTULO 4~

"Toda familia tiene sus grietas"

A veces estamos tan adentro de nuestra burbuja, que no podemos ver lo que está pasando a nuestro alrededor, ya sea porque no podemos o no queremos ver la verdad.

Yo creía que tenía una familia perfecta, pero hasta ahora me doy cuenta de lo que ilusa que fui al creer eso. Toda familia tiene sus grietas, ¿eh?, pues la mía también las tenía.

No sé, si no veía la realidad porque nunca me di cuenta o porque no quería verla, supongo que fue por lo segundo. Primero fueron las discusiones entre mis padres, luego días sin ver a mi papá, después escuchar llantos por la noche de mi mamá.

Pobre niña que tuvo que escuchar cada pelea, cada insulto de parte de sus padres; que tuvo que ver como la alegría de su madre se iba consumiendo a cambio de lágrimas que siempre acompañaban su precioso rostro, que tuvo un padre que ya casi no veía, que creía vivir en un mundo de ensueño mientras su realidad la estaba destruyendo.

Un noche de tormenta hace 14 años...

Estoy metida entra las sabanas temblando de miedo por cada trueno que se escuchaba que caía cerca de la casa, a mí de niña siempre me dieron miedo las tormentas y más en la noche, porque me recordaban a la oscuridad, y eso es algo que siempre he preferido evitar.

Cae otro trueno, grito del susto y me levanto de mi cama, para buscar a mi mamá que es la única con la puedo dormir más tranquila y segura cuando son días así. Me pongo mis zapatos y salgo de mi cuarto, camino por el pasillo para llegar a la habitación de mis papás; abro la puerta de su habitación sigilosamente tratando de no hacer ningún ruido y encuentro la cama tendida y sin ningún rastro de ellos.

Cierro la puerta, desganada camino de vuelta a mi habitación y al pasar por las escaleras escucho voces que provienen de abajo, volteo y me asomo por el barandal para ver de donde provienen esas voces.

< De seguro son mis papás que están hablando en el estudio > pensé.

Bajo las escaleras lentamente, aún se sigue escuchando la tormenta muy fuerte, al llegar al final de las escaleras, busco el estudio y veo una luz salir de ahí.

―Sí ahí están.

Camino hasta llegar ahí, me detengo asustada al escuchar un vidrio estrellándose contra la pared; me quedo afuera pegada al marco de la puerta para que no me vean y poder escuchar lo que sucede ahí.

Escucho sollozos de mi madre. ― Escúchame bien Calantha, última vez que me vuelves a reclamar algo, ¿escuchaste? ― Le decía mi padre con una voz fría que nunca había escuchado de él.

Me asomé con cuidado de que no me vieran.

Hubiera preferido nunca haberlo hecho...

Ella está de rodillas, su cabello rubio alborotado y pegado a su cara, lágrimas saliendo de sus ojos, ¿qué es lo que te sucede mami?

Él se acercó a ella por detrás y la agarro del pelo jalándola con fuerza. ― No te escuché, ¿te quedó claro?

¿Qué estás haciendo papi?, ¿Por qué lastimas a mamá?

Ella gimió del dolor. ― Ahhh... por favor, Delmer... suéltame, me estás lastimando...

Soltó una risa diabólica y la jalo más del cabello. ― Ah si, ¿pensé que te excitaba cuando lo hacía?

Le dio una mala mirada. ― Suéltame ―le ordenó entre dientes.

―Primero dime si entendiste.