Parte 2
Los días después de aquél suceso fueron un desastre total para ella, se sentía estresada y todo parecía estar en su contra. Las misiones le eran eternas y no podía concentrarse al 100% en hacer su trabajo. Bucciarati estaba en todo momento dentro de sus pensamientos y odiaba no poder pensar en otra cosa que no fuera en sus ojos azules o en lo crueles que habían sonado sus palabras.
Estaba bien, ella comprendía sus motivos, él era alguien ocupado y no tenía qué cargar con los sentimientos de otros, ella era la única culpable ahí.
En esos días trató de mantenerse lo más alejada posible de su jefe, creando en él ciertas dudas y sospechas sobre su comportamiento.
Era jueves y ya habían cenado, todos en la mesa parecían ajenos a lo que sucedía entre Bucciarati y la única chica de la pandilla. Aquél día habían tenido una pequeña misión que no consistió en mucho, ella estaba demasiado distraída y como consecuencia se había caído de una altura considerablemente alta, Bucciarati y Narancia fueron los que corrieron a auxiliarla mientras los otros se encargaban del stand enemigo.
Ambos le ofrecieron la mano y ella solo tomó la de Narancia, dejándo a ambos sorprendidos al ver que prácticamente Bruno había sido rechazado.
Ahora tenía el tobillo inflamado y la pierna derecha vendada. Al llegar a la casa se había encargado de sus heridas, Narancia estuvo todo el día ayudándola a soportar su propio peso.
一 Si necesitas algo, solo toca la campanita y vendré corriendo.
一 Esto es algo exagerado, Narancia. Solo es una pequeña inflamación, en unas horas se irá一 soltó divertida. Gracias a su caída estaba recibiendo demasiada atención, particularmente por su adorable amigo y verlo preocupado por ella le parecía adorable一 Estoy bien, en serio, te lo agradezco一 trató de tranquilizarlo al verlo hacer un puchero, dedicándole una sonrisita que al final le contagio.
...
No podía dormir, la necesidad de tomar agua se hizo presente al sentir su garganta seca. Su tobillo aún dolía pero no quería despertar a Narancia. Tendría que ingeniarselas sola para poder bajar y subir nuevamente las escaleras. Al salir de la habitación trato de hacer el menor ruido posible y camino con dificultad hacia las escaleras, bajando con cuidado y procurando no chillar por el dolor que le ocasionaba asentar el pie en cada escalón.
Al bajar finalmente, se dirigió a la cocina por una botella de agua.
一 ¿Qué estás haciendo?
Casi le da un ataque al haberse asustado, por poco derrama la botella entera, tuvo suerte que solo se haya mojado los pies.
一 Abbacchio, te pido no volver a sorprenderme de esa manera, por favor
一 ¿Cómo está tu tobillo, mocosa?一 pregunto enarcando una ceja一Bucciarati ha estado preocupado
一 E-esta bien, no hace falta que se alarmen tanto, ya pasará一 murmuro con algo de bruquedad ¿Era necesario mencionarlo?
Después de haber platicado un buen rato, el gótico la dejó sola, no sin antes amenazarla con cuidar más en sí misma si no quería tener que estarlo soportando.
El tobillo le punzaba y la venda con la que lo cubría necesitaba una cambiada. Se dirigió a buscar el botiquín y una vez lo tuvo en las manos volvió a la sala topándose a quien menos quería ver en esos momentos.
一 ¿Qué estás haciendo abajo? ¿Dónde está Narancia?
一No quise despertarlo一 le respondió con la cabeza gacha, evitando todo tipo de contacto con él, sabía lo que se venía; un regaño de Bucciarati por su descuidada actitud
一 Puedes lesionarte más, tienes que estar en reposo, se supone que Narancia estaría contigo一 le irritaba que ella fuera tan terca
一 Está bien, él no tiene la culpa, yo no he querido despertarlo
Ambos se quedaron en silencio, sin saber qué más decir, la chica trató de pasar por su lado para poder atender su tobillo de una vez por todas, sin embargo Bucciarati detuvo su huida tomándola por el antebrazo. Fijo la mirada en su andar, su tobillo aún permanecía hinchado.
一 Me has estado evitando
一 ...
一 Quiero saber qué he hecho
El corazón le dolió, sus ojos se aguaron al instante y en su garganta se formó un nudo que le dificultó tragar. Él no tenía culpa de nada, no merecía éste trato.
一 Por favor suéltame一 susurró casi inaudible
Ni siquiera la escucho, su agarre pareció hacerse aún más fuerte
一 Aquél día... ¿Escuchaste mi conversación con Mista?一 hizo una pausa esperando oírla hablar pero al ver que no mostraba ápice para hacerlo, continúo一 ¿Estoy en lo correcto?
一 ...
El silencio se lo confirmo, desde ese día ella lo había estado evitando a toda costa, no le dirigía la palabra, no le miraba a los ojos, pasaba de él e incluso rechazaba su ayuda. Ella había escuchado todo.
一 ¿No me responderás?一 Volvió a indagar, trataba de controlar el tono con la que le hablaba pero no podía. Estaba molesto. Dejó salir un suspiró pesado al obtener otro incómodo silencio como respuesta. Hizo más suave su agarre en el antebrazo y le quitó el botiquín de las manos一 Sígueme一 le indicó.
La llevo hasta el sofá e hizo que se sentara junto a él. Con delicadeza tomó su pie y cuidando no lastimarla lo colocó cerca de su cuerpo. Al retirar por completo la venda, pudo observar lo rojo que se encontraba la zona hinchada, la pomada ya había perdido su efecto.
一 ¿Te duele?一 volteo a verla, ella solo asintió con la cabeza, rechazando el contacto visual.
Estaba reuniendo fuerzas para poder hablar sin echarse a llorar, después de unos minutos en silencio finalmente le dirigió la palabra.
一 Lo siento一 murmuro tímida, creyendo que hablar de esa manera sería mucho menos vergonzoso
Estaba a punto de responderle pero ella interrumpió su intento por lo que solo se limito a escucharla.
一 Yo creí... creí que ignorarte haría desaparecer mis sentimientos p-pero no lo he logrado
Frunció el ceño al oir su voz entrecortada, inmediatamente dejó de vendarle el tobillo y la miró, estaba llorando
一 Lo siento mucho B-bucciarati
Por primera vez después de tantos días lo miró a los ojos, las lágrimas caían empapandole las mejillas, empezaba a sollozar. Bruno se tomó el atrevimiento de acariciarle la mejilla, impidiendo que las gotas saladas finalizaran su camino.
Él sabía que no se estaba disculpando por haberlo escuchado a escondidas o por haber estado ignorando su presencia, no. Ella se estaba disculpando por sus sentimientos, por el amor que le tenía, le estaba pidiendo perdón por no poder controlar sus emociones teniendo en cuenta que la relación que ambos mantenían no era más que un tema de trabajo. Y eso lo hirió.
No paraba de llorar, quería decirle que no lo hiciera, quería decirle que no tenía porqué disculparse. Pero no lo hizo, sus labios estaban entumecidos. Solo podía verla hipar y tragar con dificultad.
Espero a que se tranquilizara en silencio, haciendo a un lado las lágrimas con su pulgar, la vio sonrojarse por la cercanía y sonrió por lo tierna que le parecía aquella reacción.
Los minutos pasaron, ninguno de los dos habló, él volvió a centrarse en su tobillo. Quería hablar pero no creía adecuado el momento. Una vez vendado el tobillo por completo, regresó su mirada a ella. Se había quedado dormida en ese pequeño lapso de tiempo, se encontraba apoyada en el respaldo del sofá y apesar de no estar en una posición correcta parecía disfrutar de su siesta, aunque cabeceaba y refunfuñaba entre sueños.
Bucciarati sonrió al verla de esa manera, llevando la mano hacia su cabeza, se mantuvo acariciandole el cabello como si fuera un cachorrito. Así estuvo un rato. Al pensar en las palabras que le había dicho a Mista se sentía un poco culpable. Era un gran mentiroso. Solo esperaba que el tiempo no cambiara los sentimientos de ambos.
一 ¿Podrías esperarme?... Solo un poco
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𝙨𝙪𝙧𝙧𝙚𝙣𝙙𝙚𝙧 ㅡ 𝘣𝘳𝘶𝘯𝘰 𝘣𝘶𝘤𝘤𝘪𝘢𝘳𝘢𝘵𝘪
Romance𝘴𝘦𝘳𝘪𝘦 𝘥𝘦 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 𝘺 𝘥𝘳𝘢𝘣𝘣𝘭𝘦𝘴 𝙗𝙧𝙪𝙣𝙤 𝙗𝙪𝙘𝙘𝙞𝙖𝙧𝙖𝙩𝙞 𝘹 𝙤𝙘 ©tsuki𝐝𝐚𝐢