₊်⸼̥🧷꒱ Operación: Odio | taekook ࿓᪶٬⸼°

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—¡Taehyung! ¡No has llamado para siempre!

Suspirando ante la muy entusiasta voz de Jackson, Taehyung se pellizcó el puente de la nariz—. Sí, lo sé. Lo siento, las cosas han sido tan-

—Oye, oye, oye, está bien. Bambam me habló de ese presidente. No te culpo, hombre —Jackson se echó a reír, sacudiéndolo como si no fuera gran cosa.

—Gracias —Taehyung sonrió, contento de que su amigo pudiera entender—. Entonces, ¿cómo va la Operación?

—Tengo nueva información ~ —Jackson cantó, sonando bastante satisfecho consigo mismo.

—¿Qué pasa?

—Solo te lo mostraré. No querrás perderte esto, Taehyungnie ~

—Jackson-

—¡Yyyyyyy envío! Muy bien, amigo, ¡ahora todo está en ti! Si realmente puedes tener éxito, entonces el paso final de Phoenix no será demasiado difícil. Cuanto más rápido termines con esto, más rápido volverás a los Estados Unidos, ¿estoy en lo cierto?

Taehyung solo suspiró—. Sí, supongo. No tengo ganas de quedarme aquí...

Jackson se rió a carcajadas a través del teléfono, lo que hizo que Taehyung casi retirara el dispositivo más lejos de su oído—. Estadounidenses.

–¿Qué se supone que significa eso?

—Nada, amigo, ¡buena suerte!

Antes de que Taehyung pudiera decirle adiós amistosamente, Jackson ya había colgado, ignorando por completo los sentimientos del agente. Taehyung se burló. Lo que sea. Podrían ponerse al día cuando Taehyung regrese a los Estados Unidos.

Correcto.

Tendrá que regresar tarde o temprano.

—Joder —gruñó Jungkook, frotándose las sienes con los dedos. Estaba empezando de nuevo. Justo cuando tuvo un sueño tranquilo anoche. Y ahora, el karma está siendo una perra. Al alcanzar el teléfono en la esquina de su escritorio, los dedos de Jungkook bailaron rápidamente en el teclado numérico. En el segundo timbre, la línea se levantó "Llamar a Jimin".

Unos diez minutos después, la puerta se abrió, Jimin entró rápidamente y se inclinó rápidamente antes de mirar a su joven maestro con preocupación—. Señor-

—Ve a buscar mis medicamentos. Te he enviado la receta de Yoongi —ordenó Jungkook con la cara arrugada por la incomodidad. Sus manos sostenían su cabeza ahora.

Cuando Jimin se fue, Jungkook se dejó caer sobre su escritorio, golpeando la cabeza contra la superficie. Cerrando los ojos, Jungkook apretó los puños contra su pecho. El dolor solo aumentaba con cada tic del reloj. Estaba surgiendo de su cabeza y se extendía lentamente. Repetidamente, se golpeó la cabeza contra el escritorio, gritando internamente mientras este parásito seguía comiendo su cerebro. Jungkook juró que haría cualquier cosa. Solo detén esta tortura.

La puerta se abrió de nuevo, Jimin entró con una pequeña bolsa, siguiendo detrás estaba Taehyung— ¿Esto sucede mucho? —preguntó Taehyung, mirando con simpatía al presidente que sufría.

—No sé acerca de Seúl —respondió Jimin, con la voz temblorosa con toneladas de preocupaciones. Colocó la bolsa sobre el escritorio y sacó una botella naranja de píldoras—. Pero aquí en Jeju, esto es normal —Jimin sirvió un vaso de agua y sacó unas tres pastillas rojas.