Sipnosis

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Una pareja con dos gemelas en brazos, trataban de escapar de su casa, corriendo por un bosque sin rumbo alguno.

–¿Los perdimos? –preguntó la joven con las niñas en brazos.

–Al parecer si cariño.

–¿Estaremos seguros?

–Claro que sí, estas niñas crecerán sanas y fuertes. –Sonrió el padre de las niñas.

Los jóvenes padres caminaban sin rumbo al estar más seguros de que nos seguían. Al caminar por un buen rato encontraron una casa, se miraron y decidieron tocar a la puerta.

–Creo que no hay nadie cielo.

–Entremos, estas cansada y las niñas no tardan en despertarse. –La chica asintió a lo dicho por su esposo, así que entraron en aquella casa.

Se sorprendieron al ver que tan grande era la casa, mientras más recorrían más se sorprendían al ver que no vivía nadie ahí, así que decidieron quedarse a vivir y poder criar bien a las niñas.

Pasaron los años y las pequeñas ya tenían seis años y estaban bajo el cuidado del padre, ya que su madre murió cuando apenas tenían cuatro años, así que el padre decidió entrenar las para que, cuando llegara el momento adecuado, ocuparán su lugar.

–Papá ¿Podemos descansar un rato?

–Está bien, fue todo por hoy, pueden ir a jugar con sus juguetes. –El padre les sonrió y las niñas empezaron a festejar haciendo que su padre se ría.

–Papi, ¿Hoy vas a salir?

–Si pequeña, pero les prometo que llegare temprano para la cena. –las pequeñas a sintieron a lo que dijo su padre y se fueron corriendo a su habitación. Mientras que su padre se fue a su despacho.

–¿Sabes que es posible que no vuelvas? –Preguntó su compañero al verlo entrar.

–Lo sé, pero, no pierdo la esperanza.

–Tus hijas están muy chicas como para que te pierdan a ti también.
>>Dejame hacerlo solo.

–No, este trabajo tengo que realizarlo yo, no puedo dejarte todo a ti solo. Además, si me pasa algo te dejaré a mis hijas a tu cargo, ellas te quieren como si fueras su tio.
>>Tú criaras a mis hijas como si fueran tuyas, junto a tu hijo Namjon.

–Sabes que no dejaré que vallas.

–Y sabes que hagas lo que hagas, no podrás retenerme.

–¿Tus hijas saben? –Preguntó rendido.

–Todo, dese qué lo saben entrenan sin parar. –Este se levantó de su silla y se asomo por la ventana.

–Está bien, si ese es tu voluntad, la cumpliré.

–Esa es mi voluntad. –Le sonrió a su amigo.

Pero lo que no sabían, es que las pequeñas estaban escuchando atrás de puerta, y a pesar de que no entendieron la mayoría, sabían que su padre no regresaría esa noche.

Las horas pasaron y el padre de las niñas no llegaba, quien consideraban su tío, estaba con ellas en todo momento. Se preocupaba de que su amigo no regresará.

En eso, la puerta es abierta y su amigo se alegro de volverlo a ver, pero su sonrisa desapareció al ver su estado.

–Logre escapar y los despiste del camino.

–No te vallas, tus hijas...

–Mis hijas, mis princesas, se que ustedes serán fuertes sin mi.

–Papá...

–Papi no... –Las pequeñas se acercaron a ver a su padre pero rápido se le humedecieron los ojos al ver a su padre al punto de morir.

–Sean fuertes sin mi, se parecen tanto a su madre las dos, las amo mis niñas.–Y así, el padre cerró sus ojos dando su último aliento.

–Cumpliré tú voluntad, las criare como si fueran mis hijas. –Dijo su compañero derramando lágrimas ante su muerte, abrazando a las gemelas quienes estaban destrozadas.

Ambas perdieron a su madre, y ahora a su padre, ese día, algo cambió en ellas, una juro vengarse y seguir su trabajo como les dijeron sus padres, sin embargo, la otra niña, juro protejerse a ella misma y a su hermana.

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¿Son de la mafia?  ||T.1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora