David Berkowitz.

53 6 0
                                    

Asesino en serie.

El asesino del revólver calibre 44 que aterrorizó a la ciudad de Nueva York. Mataba mujeres a las que elegía al azar «siguiendo las órdenes de una voz de seis mil años, que recibía a través de un perro».

El primer ataque
Los asesinatos comenzaron una noche de verano. El 29 de julio de 1976, dos chicas jóvenes, Donna Lauria, de 18 años, y Jody Valente, de 19, estaban despidiéndose en la calle cuando un hombre joven se les acercó, metió la mano en una bolsa de papel marrón, sacó un revólver y sin mediar palabra comenzó a disparar. Donna solo pudo decir «¿pero qué quiere ese tipo?», y entonces una bala le alcanzó en la parte derecha del cuello. La chica levantó la mano para protegerse la cara, pero otra bala le atravesó el codo. Un tercer proyectil impactó en la cadera de Jody.

El padre de Donna, que salía de casa en esos momentos, escuchó los disparos y salió corriendo. Rápidamente trasladó a su hija y a su amiga al hospital, pero Donna murió en el trayecto.

La primera hipótesis de la policía fue que el ataque estaba en relación con la Mafia, ya que la zona donde vivían los Lauria, el norte del Bronx, es un área predominantemente italiana. Parecía ser un caso de asesinato a sueldo que había salido mal; un caso de equivocación de víctima. La investigación reveló que el arma del crimen era un revólver Charter Arms Bulldog del calibre 44, un arma de tambor de cinco disparos. De cerca puede hacer un gran agujero en una puerta, pero tiene mucho retroceso, y a más de cinco metros resulta un arma muy poco certera.

El segundo tiroteo
El segundo ataque se produjo en un lugar tan alejado del primero que nadie pensó que tuvieran conexión alguna. El 23 de octubre, tres meses después del asesinato de Donna Lauria, una pareja de jóvenes salía de un bar en la zona adinerada de Queens. Se montaron en un coche y condujeron hasta algún sitio donde pudieran estar solos. El coche pertenecía a Rosemary Keenan, una estudiante de 18 años y su acompañante era Carl Denaro, un vendedor de discos de 20 años.

Carl tenía pelo largo que le llegaba hasta los hombros y estaba sentado en el asiento del copiloto. Por ello, la persona que se acercó sigilosamente hasta el Volkswagen rojo pensó que era una chica. Esta vez llevaba el revólver del calibre 44 enfundado en el cinturón. Lo sacó y disparó cinco veces a través de la ventanilla. Pero, el retroceso le estropeó la puntería; sólo una de las balas alcanzó la parte trasera del cráneo de Carl, sin llegar a penetrar en la cabeza. En el hospital le pusieron una placa de metal y en dos meses se recuperó totalmente de la herida.

El tercer asalto
El siguiente tiroteo también tuvo lugar en Queens. El 27 de noviembre de 1976, alrededor de la medianoche, dos escolares, Joanne Lomino, de 18 años, y su compañera de clase Donna DeMasi, de 16, estaban sentadas en los escalones del portal de la casa de Joanne, en la calle 262.

De pronto, un desconocido se les acercó y dijo: «¿decidme, cómo se llega a...?»; antes de terminar la frase sacó un revólver de la cintura y disparó sobre ellas. Donna sufrió una herida en el cuello, de poca gravedad, pero Joanne fue menos afortunada, ya que la bala que le atravesó la columna le obligaría a pasar el resto de su vida en una silla de ruedas.

Esta vez la policía barajó la posibilidad de que se tratase del mismo hombre que había asesinado a Donna Lauria y herido a Jody Valente. Pero parecía improbable, porque tanto Joanne Lomino como Donna DeMasi dijeron que la persona que les asaltó tenía el pelo largo y rubio. Sin embargo, Jody Valente estaba totalmente segura de que el pistolero del Bronx tenía el pelo negro y rizado.

Continúan los ataques
Dos meses después, el 29 de enero de 1977, una joven pareja fue a ver la película «Rocky» a un cine de Queens y al terminar se dirigieron al coche dando un paseo. Eran John Diel, de 30 años y Christine Freund, de 26. Nada mas entrar en el automóvil, la ventanilla del asiento derecho voló por los aires y un estruendo ensordecedor inundó el vehículo. Pocos minutos después, la chica fallecía en el hospital de Saint John, víctima de una herida de bala en la cabeza.

Casos macabros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora