siete.

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Maratón 1/3

¿no podía estar pasando aquello, cierto?

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¿no podía estar pasando aquello, cierto?

Desde que era pequeño, aquel sentimiento de autosuperacion gobernaba completamente su mente, controlaba sus impulsos y guiaba sus pasos, siempre tratando de ser mejor, siempre queriendo ser mejor en todo lo que hacia.

Pero siempre fallando en hacerlo, cada paso, cada día, cada momento lograba tropezar con aquel sentimiento estúpido. Miedo.

Solía siempre pensar las cosas muchas veces antes de hacerlas, quedar quiero mirando y analizando la situación era algo que lo caracterizaba. Aunque solían siempre regañarlo por no tomar las decisiones rápidamente, el trataba de hacerlo mejor.

Pero extrañamente desde que había conocido a jimin.

Aquellos pensamientos iban disminuyendo con el paso del tiempo, aquel sentimiento extraño se instalaba en la parte más profunda de su ser y ardia en una crudad necesidad cada vez más y más y más con más fuerzas hasta que se volvía algo difícil de controlar.

Aquellos orbes avellanas de pronto les parecían tan peligrosos e ilegibles de leer, aquellos labios gruesos tan atractivos al hablar y crueles que quería besarlos, ahogarse en ese sentimiento abrumador hasta que su cuerpo no pudiera respirar, no pudiera vivir sin el, pero lo que mas llamo su atencion no fueron las tiernas actitudes ni aquella forma tierna que tenia cuando se equivocaba si no fue en el hecho de que aquel cuerpo era tan perfectamente satisfactorio de mirar lo hacía querer sólo una cosa.

Que lo consumiera completamente. No consumir, si no ser consumido.

El quería ser destruido por aquel omega. Abrió sus labios con fuerzas y dejo que su cabeza se recostara hacía atras, casi sin fuerzas, sus orbes de pronto brillosos y desenfocada miraban atentamente el pulcro techo del baño, aquello parecía irreal, mas que irreal, no deberia estar sintiendo aquello, no deberia volver a estar sintiendo aquello, pero de pronto en el fondo de su mente queria que aquello sucediera, si tenia que ser honesto consigo mismo, lo ansiaba con todas sus fuerzas, su cuerpo tembló violentamente cuando sintió aquellos labios pegarse a su garganta, aquellas pequeñas cosquillas tratar de quemar la parte sensible de su cuello, hormigueando cada centímetro que esos gruesos labios tocaban su piel, volviendolo aquel sentimiento fastidioso y necesitado, como si todo su sistema raccionara y se sintiera de alguna forma completa, con solo los leves toques de aquellos esponjosos labios Aterciopelados en su sensible y cruda carne, aquello era estúpido, un gemido, aquellos suaves roces que iban perdiendo la delicadeza a cada segundo para tratar de convertirse en algo más profundo, en algo más aterrador, en algo tan posesivo y desagradable que trataba de adueñarse y meterse debajo de su piel.

Sus párpados se cerraron con fuerzas cuando de pronto una extraña y aterradora necesidad de sentir más contacto envolvieron a su lobo y nublaron completamente sus sentidos en algo completamente confuso y estupido, sus delgados labios se abrieron en respuesta cuando su espalda toco la fría pared y su corazón comenzó a palpitar deslocadamente cuando los labios de su omega succionaron de una forma totalmente hambrienta. Queriendo más que sólo besar y sentirlo, el quería más. Y más. Y más. Y aquello de alguna forma lo estaba comenzando a fastidiar.

⭐Hilo Negro⭐JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora