⭐Hilo Negro⭐JIMSU

cinco

Sus pálidas mejillas poco a poco comenzaron a tener un color carmesí alojadas en ellas.

El calor de su pálido cuerpo descubierto fue tocado por unos cálidos dedos morenos, aquellos suaves toques que hacían estremecer su cuerpo, aquellos codiciosos y calientes toques hacían perder aquella pequeña racionalidad que le quedaba a su mente, seduciendo a su cuerpo, seduciendo a su piel, adueñandose de sus pensamientos, para convertirlo en alguien sumiso, en una tortuosa adicción, aquella adicción que la única cura son aquellos dedos morenos que lo tocaban con suavidad y osadía a su sensible piel.

- yoongi abrió sus ojos rápidamente, su mente captando la realidad de lo que estaba pasando - j-jimin... - lo llamo, sus palabras perdiéndose en el silencio de sus respiraciones

- unos calientes dedos se posaron en sus labios, impidiendo cualquier palabra, impidiendo cualquier sonido que no fueran gemidos de aquellos delgados labios rosas - tranquilo amor, sólo estoy pintando tu cuerpo como una hermosa obra de arte - susurro con voz suave y ronca.

Y su corazón se aceleró, podía sentir aquellas mariposas arder en su interior, aquellas mariposas cosquillear su piel con cada toque de aquellas manos.

Jimin apoyo sus codos a cada extremo del cuerpo de el pálido alfa, sus gruesas y tonificadas piernas metiéndose entre medio de aquellas pálidas y esbeltas piernas pálidas del azabache.

Sus pieles calientes tocándose como un pequeño rose enloquecedor, aquel rose caliente y adictivo.

No podía aguantar más, no podia seguir aguantando aquel deseo que consumía todo su cuerpo, aquel deseo que nublaba sus pensamientos y controlaba a su cuerpo.

Quería a su alfa.

Quería sentirlo.

No.

Quería que el lo sintiera.

Tan adentro y profundo.

Llenandolo.

Yoongi gimio al sentir aquella caliente piel tocar la suya, aquel ardiente cuerpo apegarse más y más al de él.

Aquella caliente respiración tocar suavemente como una brisa cálida su pálido cuello descubierto.

- j-jimin~ - gimio el alfa arqueando su pálida espalda en aquel pequeño espacio que los separaba, al sentir como aquella caliente lengua recorría su sensible pezón rosado, dejando rastros humedos ardientes - n-no muerdas - sus hinchados labios ahora rojos se abrieron en sorpresa al sentir aquellos colmillos de el omega delinear la sensible piel cerca de su pezón.

Sólo un pequeño trazo, aquel excitante trazo de los colmillos de su omega volviendolo loco. Haciendo gemir a su lobo, volviendolo esclavo de sus deseos,  adicto a sus impulsos.

Y quería más.

Más.

A sus pensamientos llegaron aquellas ideas de sentirse lleno, su entrada palpitaba, queria a su omega, lo queria ya. Lo quería sentir, lo queria tanto que le dolía admitirlo.

Las calientes gotas saladas comenzaron a resbalar por su cuerpo, comenzaron a dar rienda a sus pensamientos.

Jimin sonrió, una de sus morenas manos recorriendo aquel plano abdomen, bajando cada vez más y más con pequeños círculos hasta llegar a aquel pequeño pedazo de tela negra que los separaba de su piel con la de su gatito. Aquella tela negra que ocultaba lo que tanto hanciaba.

El alfa cerró sus ojos con fuerzas al sentir aquellos morenos dedos meterse posesivamente en su boxer, lágrimas de excitación recorriendo sus mejillas - j-jimin. No - susurró, con voz irreconocible, aquella voz perdida, perdida en sus más oscuros impulsos.