Décimo Primer Secreto: Una canción por cada espina

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He vuelto gente. Perdón por el retraso, llevo unos días muy raros y extremos


Décimo primer Secreto: Una canción por cada espina.

El taxi se detuvo frente al Smithsonian y Lana bajó de él sin demasiado protocolo. Había quedado en pasarse por la noche de snacks y tequila destilado de Michael. Entró en el edificio y la seguridad la saludó como si fuera una habitual. Quizás lo era. Había estado en ese sitio unas cuantas veces y ya era la Señorita Parrilla que pasa a ver a la jefa de Antropología Lingüística. Por el pasillo se encontró a algunos de los internos de Joy que ya estaban de carácter festivo y, contrario a otras veces en que se mostraban tímidos, la saludaron efusivamente acompañándola con el resto.

-¡Ey! – una entusiasta Joy se acercó a ella y la abrazó – aquí está Lana – dijo.

-Y tú pareces un poquito más alegre de lo normal, ¿no? – la morena sonrió al ver a la mujer negar con poco convencimiento.

-Es que este tequila está muy bueno – le aseguró finalmente.

-El mejor de la ciudad – anunció Michael – ven Lana y compruébalo tú misma.

El hombre le sirvió un chupito y Lana tuvo que reconocer que era un muy buen tequila, uno muy puro – Entiendo por qué te han gustado estos tragos – le aseveró a Joy.

-Tú mejor come snacks y no bebas sin nada en el estómago como la jefa – Max puso delante de ella unas patatas.

-¿Por eso estás así de alegre? – le preguntó la morena a su amiga y ella sólo asintió – menos mal que hoy tenías que llevarme a casa.

-Yo te llevaré, Lana – le aseveró Max – no te preocupes, tú bebe con Joy todo lo que quieras.

-¡Muchachas! – anunció Cam, la jefa general de Antropología, entrando por la puerta –tenemos un desafío.

Todos empezaron a vitorear - ¿Quiénes se han atrevido? – le preguntó Vincent.

-El departamento de Investigación Industrial quiere la revancha de su fracaso de la última vez – explicó Cam y todos abuchearon – sábado por la mañana, he aceptado – todos vitorearon con ánimos.

-¿Revancha de qué? – le preguntó la morena a las mujeres.

-Béisbol femenino – contestó Michael – nuestras chicas y las becarias son las campeonas invictas del instituto.

Lana abrió los ojos y se quedó mirando a Joy - ¿Juegas béisbol? – la antropóloga asintió son una sonrisa- ¿Por qué no me lo habías dicho antes?

-Bueno, nunca hablamos – los jóvenes becarios y Michael comenzaron a hacer alusiones de doble sentido y la antropóloga agregó – de deportes – aclaró meneando la cabeza y la abuchearon llamándola aburrida.

-A veces no hablamos de nada – comentó Lana sabiendo que los haría celebrar y así fue.

-No les des alas – le sugirió la antropóloga – luego no cesarán con las indirectas.

-Podemos darles verdaderas alas cuando tú quieras, preciosa – comentó Lana asombrada de su propio atrevimiento y vio como Joy meneaba la cabeza. Fuera el alcohol o el jolgorio, o sólo la aparente belleza extrema que apreciaba en esta Joy desinhibida de hoy, pero si otra fuera la situación no volvería a casa esta noche.

Pasaron el resto de la noche bebiendo y tonteando la una con la otra. Al final ambas estaban sentadas en un sofá de la segunda planta, tomándose de las manos y conversando alegremente.

Secretos [Morrilla] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora