10. Epílogo

80 4 0
                                    

5 años después...

Al mirar atrás no puedo creer que estoy aquí, pocas veces lo imaginé pero nunca pensé que lo lograría, que estaría aquí y esto se haría realidad. 

Hace 5 años choqué de nuevo con la chica que no pensé volverme a cruzar en la vida y mucho menos en la universidad, para después enterarme que ese semestre había decidido cambiarse de recinto por inconvenientes que le daban la materias en su pueblo. Admito que en ese momento me decepcionó saber que no me llamó para decírmelo, y tampoco mi hermana lo había mencionado, alegando que a lo mejor yo ya la había olvidado. 

Admito que una vez intenté algo con una chica pero las cosas no resultaron porque otra chica ocupaba mi mente y así me encargué de hacérselo saber cada día a Gabriela. No la había olvidado y en ese momento que la  tuve en frente de nuevo no podía permitir que se me escapara de nuevo. 

Y aquí estamos 5 años después, y estoy lo suficientemente nervioso para creer que voy a hacer una zanja el piso de tanto caminar de un lado a otro. 

—¿Te puedes calmar?— la voz de mi primo me saca de mis pensamientos. 

No respondo y al ver una silla cerca tomo asiento para ver si logro calmarme pero el resultado fue comenzar a mover la pierna apenas toqué la silla. El celular de mi primo comienza a sonar y el contesta, mientras veo como mi madre camina hacia mi.

—¿Cómo estás hijo?

—Bien— es mi simple respuesta. 

—Ven, es hora de iniciar— dice después de dejar salir una risa comprensible. 

10 minutos después y por fin la veo caminar hacia mi con un hermoso vestido blanco que la hace ver como una verdadera princesa mientras la marcha nupcial se escucha de fondo y hace que me den ganas de llorar de emoción, nunca pensé que verla así causaría tanto en mi.



10 años después...

Mami ¿Cómo se conocieron tu y papi? 

Me recuesto del marco de la puerta para contemplar el hermoso momento que me brindan mi esposa y mi hija de 7 años. No es la primera vez que le hace esa pregunta, y Gabriela siempre le cuenta la historia con el mismo brillo en los ojos, y esa sonrisa encantadora. 

Sin duda alguna verlas así y con el pensamiento de que mi hijo de dos años está durmiendo en la otra habitación, me hace feliz. Si me preguntan no me arrepiento de nada porque todo eso nos trajo hasta aquí, ni siquiera del tiempo que pasamos separados porque eso me hizo dar cuenta de cuanto la amaba. 

Y hoy más que nunca estoy seguro que lo nuestro fue y es Más que un amor de verano.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

¡Hola!

Gracias por llegar hasta aquí, por leer y espero que les haya gustado

besos.

Más Que Un Amor De VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora