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Jin alisó la arruga en el pecho de su camisa púrpura y luego se sacó unas cuantas pelusas de su hombro. Quería estar lo mejor posible para su cita en la cena. El apuesto hombre lobo puede que no supiese que fuera una cita, pero eso era exactamente lo que tenía planeado Jin.
Todo el asunto del hombre lobo versus vampiro no le molestaba a Jin. La forma en que los estrechos jeans de Jungkook se ajustaban a su culo, un culo del que quería un buen pedazo, le molestaba mucho más.
Así que tendrían una cena privada a la luz de las velas para dos en el cuarto de Jin, una buena botella de vino para disminuir la tensión, una chimenea, y Jin esperaba conocer más a su invitado, mucho más.
―Alteza, ¿Puedo hablar?
―Por supuesto, Baekhyun ―respondió Jin, sin dejar de mirar su reflejo en el espejo.
―¿Está seguro que esto sea una buena idea?―preguntó Baekhyun―.Los hombres lobos son peligrosos. No tienen restricciones. Están predestinados a perder el control y cambiar, atacándolo o… o peor.
Jin se rió. ―Jungkook no es una amenaza para mí, Baekhyun, pero aprecio tu preocupación.
―¿Cómo puede estar seguro, Alteza? ―se quejó el mayordomo―. ¡Él es un hombre lobo!
Jin escuchó el horror en la voz de Baekhyun. Suponía que el hombre creía lo que estaba diciendo. Baekhyun era demasiado joven para recordar el tiempo en que los vampiros y los hombres lobos convivían juntos. Sólo conocía el tiempo de lucha entre las dos especies.
Baekhyun no entendía que la guerra había empezado hacía tanto tiempo, que la mayoría de las personas no sabía por qué había comenzado. Jin era uno de los afortunados. Era lo suficientemente viejo para recordar.
―Estaré bien, Baekhyun.
―¿Está seguro, Alteza? ―preguntó.
―Lo prometo. Jungkook no representa ninguna amenaza para mí. ―dijo Jin.
―Aún así no me gusta esto, señor.
Jin se rió entre dientes. ―Estoy seguro de que no te gusta, Baekyun .
―¡Por favor, Alteza, por favor, sólo prométame que tendrá cuidado! ―le pidió―. No confío en ese hombre.
―Baekhyun, tú no confías en nadie.
El hombre le dio a Jin una de sus escasas sonrisas.
―Eso es verdad, señor. .
―Ahora ve y asegúrate de que mi cena esté lista, antes de que olvide por qué te contraté, y alimente contigo a un hombre lobo.
―Como desee, Alteza.
Jin negó con la cabeza, divertido, mientras Baekhyun salía corriendo de la habitación. A pesar de lo que había dicho, nunca sedesharía de Baekhyun. Hacía que su vida fuera simple y sin problemas. No sabía qué haría sin él.
