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Jungkook dejó salir un suspiro aliviado y cruzó la habitación para sujetar la mano de su compañero. Respiró hondo varias veces para que su frecuencia cardiaca volviera a lo normal. No podía creer que ambos hubieran estado a punto de morir.
No podía creer que casi había perdido a la persona más importante de su vida. Cuando Jin lo llamó a gritos, mientras salía de la ducha, pensó que su corazón se detenía dentro de su pecho. Había sido el más agonizante sonido que había escuchado alguna vez.
El hombre que había entrado en sus habitaciones privadas había muerto antes incluso, de que Jungkook supiera lo que estaba pasando. Su única preocupación había sido llegar hasta su compañero.
Entrar en la habitación y encontrarse a Jin luchando por su vida, lo había enviado de cabeza hacia la ira pura. No importaba nada excepto llegar hasta su compañero y mantenerlo a salvo, ni siquiera su propia vida. La habría dado con mucho gusto con tal de mantenerlo a salvo.
Jungkook se puso de cuclillas y ahuecó las manos alrededor de la cara de su hombre. Se inclinó y le dio un pequeño beso antes de apartarse para mirarlo de nuevo. Sintió las lágrimas acumulándose en sus ojos.
―Te amo, Jin.
Los ojos del Principe se agrandaron. Por un momento, Jungkook pensó que rechazaría su declaración. Hasta que una amplia sonrisa se extendió por su cara, y lágrimas gotearon de sus ojos.
―Yo también te amo. ―Jungkook escuchó un débil sollozo al lado de Jin. Fue sólo entonces que recordó que tenían audiencia.
Miró a Yeonjun y le dio una palmadita en la pierna―. Gracias, estaré siempre en deuda contigo.
―Puede que no quieras decir eso en cuanto descubras que fue Yeonjun el que me envenenó ―comentó Jin.
―¿Qué?― preguntó Jungkook y se preparó para otra pelea, hasta que recordó a quién había nombrado Jin exactamente.
No conocía a Yeonjun desde hacía mucho, pero dudaba que el vampiro tuviera un solo hueso de maldad en el cuerpo.
―¿Quieres decir que funcionó?― preguntó Yeonjun con tono sorprendido.
Jungkook lo miró horrorizado.
―Yeonjun, tu Príncipe casi muere.
Los ojos del hombre se agrandaron y su rostro palideció.
―¡Oh! Pero no se suponía que él saliera herido. Sólo pretendía matar a Jungkook.
―Así que ¿Estás hablando de matarme?― preguntó Jungkook.
El rostro de Yeonjun se sonrojó. Se encogió de hombros y bajó la vista al suelo. ―Bueno, realmente eso fue antes de conocerte.
―Yeonjun, ¿Por qué intentaste matarme? ―Jungkook no podía recordar haberle hecho algo como para que le odiara tanto.
