Capítulo 4: Aron y Sophia

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Ambos niños se alejaron de sus padres y comenzaron a jugar a las escondidas justo como sus padres les habían dicho, el primero en contar fue Aron, y encontrar a Sophia no era nada del otro mundo puesto que la pequeña albina no sabía esconderse tan bien.

Sin darse cuenta los niños comenzaron a alejarse más y más del áera de juegos, y se dieron cuenta hasta el momento en que llegaron a las afueras del parque, la carretera de la calle los recibió de sorpresa, Sophia estaba preocupada porque no conocía aquél parque y tenía miedo de perderse, pero Aron la intentó calmar, toda su infancia era ese parque, lo conocía de memoria, como la palma de su mano. Tomó la mano de Sophia y la guió por el sendero de piedras hasta llegar de nuevo al aéra de juegos, pero no era donde anteriormente habían estado con sus padres, este lugar era diferente, esta vez ambos niños se sentían perdidos, así que decidieron ir a pedirle ayuda a algún adulto, el que fuera, y justo cuando se acercaban con una mujer mesiendo a sus hijos en los columpios, unas gotas de lluvia alertaron a todos, dejando aquél lugar ignorando a los dos pequeños que se habían quedado refugiados debajo de un árbol.

-No te preocupes, regresaremos con nuestros padres, lo prometo-Aron abrazó a Sophia, quien se encontraba llorando.

-No puedo enfermarme, significaría estar por meses en el hospital-La niña comenzó a llorar aún más fuerte.

-Cierto. Tienes huesos de cristal-La mente de Aron comenzó a viajar a la velocidad de la luz, tenía que encontrar alguna forma de llevar a Sophia sana y salva con su padre, fue cuando se dio cuenta de que traía puesto un suéter ligerito, Yuuri siempre había sido precavido, no quería que a su hijo se le quemaran los brazos con los rayos del sol, Aron se quitó el suéter y se lo dió a Sophia, quien inmediatamente se lo puso- No creo que te proteja tanto de la lluvia, aunque, esto es apenas brisna.- Comenzó a mirar a su alrededor, y ahí estaba lo que los salvaría de la lluvia, unas hojas enormes de alcatraces, estas repelían el agua así que les serviría de paraguas- Quédate aquí, iré por aquellas hojas, parecen ser inmunes al agua, nos servirá como un paraguas.

Aron corrió y cortó dos enormes hojas, eran tan grandes que cubrían a Aron por completo, le dió una a Sophia y se dirigieron hacia otro camino que Aron conocía para llegar al área de juegos, cuando en medio del camino se encontraron a un hombre alto caminando como si no tuviese que protegerse de la lluvia, sin pensarlo dos veces ambos niños le pidieron ayuda, y al girarse, las piernas de Aron comenzaron a temblar, aquél hombre era su padre a quien no veía desde hace años, por una parte estaba felíz de volver a verlo, pero por el otro lado tenía miedo, miedo porque su madre siempre le dijo que aquél que estaba frente a él hizo algunas cosas muy malas que con el tiempo le diría, no entendía porqué en su pequeño cuerpo tenía un revoltijo de emociones juntas, en serio, no lo entendía.

-Aron-El rostro del sueco estaba impactado, pero al mismo tiempo con nostalgia, ¿hace cuánto que no veía a su pequeño y amado hijo?

-Pa.... Papá-El niño sonrió y corrió a abrazar al más alto, no importa si lo regañaba su madre, o si el miedo le impidió mover las piernas por un momento, nada en este mundo le impediría que abrace a su padre. El sueco lo recibió con los brazos abiertos, recibiéndolo con un abrazo lleno de amor, por un momento el mundo se detuvo para regalarles ese momento, y por mínimo que haya durado, Christophe y Aron disfrutaron cada segundo que el destino les regalaba justo ahí, pero lamentablemente no todo dura para siempre y el pequeño Aron tuvo que despertar de su momento felíz.- Papá, estamos perdidos, y Sophia no se puede enfermar- el niño señaló a la niña albina que veía atentamente la escena de reencuentro, Chris se quitó el saco que llevaba y se lo puso a la niña, sacó un mini paraguas y se los dió a los niños, pero antes de avanzar, Chris se incó para hablarle a los niños.

-Pase lo que pase, ustedes no me vieron, nunca hablaron conmigo y yo no estoy en Japón ¿de acuerdo? -Ambos niños asintieron y siguieron al sueco hasta unos pasos antes de llegar al área de juegos, fue ahí donde la brisna paró, chris tomó su saco de vuelta y abrazó por última vez a su hijo, quien le suplicó no se fuera, que podía arreglar las cosas con su mamá, pero el sueco sólo le dió un beso en la frente y le pidió que guardara el secreto de que esa vez se vieron, Aron no tuvo otra opción más que asentir, así que comenzó a caminar con Sophia hasta donde se veía que sus padres los buscaban. Antes de llegar con Viktor y Yuuri, Aron volteó para ver a su padre alejarse hasta no poder verlo otra vez, Sophia lo abrazó.

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