VI- Luego de la tormenta

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-Podrías parar? Estás haciendo que todos nos miren raro- Suplicó impaciente la muchacha a su lado, tragando nerviosa.

Luna sabía con exactitud que nadie la estaba mirando en realidad, ni a ella ni a Sam, pero de todos modos, sus uñas dejaron de golpear impacientemente la mesa en la que estaban almorzando.

Era un martes ese día, y para fortuna de muchos, la humilde cafetería de la escuela estaba sirviendo comida decente por una vez como pocas otras ocasiones. Claro que esto no le interesó a la castaña, ni a su pareja, quien a pesar de mantenerse reacia a mostrar nervios, estaba casi tan paranoica como la chica sentada frente a ella. Sus ojos se movían de un lado a otro, como si tratará de encontrar algo que claramente no estaba allí.

-Por favor, Luna, intenta relajarte un momento, estoy segura de que se encuentran bien- Sam hizo un nulo intento por ayudar sus preocupaciones, ganando una mirada vacía como respuesta.
Suspiró cansada, dejando que la tensión saliera de sus pulmones cuando Luna empezó de nuevo con el golpe continuo a la mesa, esta vez sus uñas golpearon más fuerte. La irritación creció en Sam.

-... Además...no creo que un s-

-Sam...mí hermana casi muere anoche...-susurró, por fin mirando a la rubia a los ojos, pero en lugar de encontrar calidez y diversión como era común, la rabia y la frustración se hicieron presentes.
Sam no supo cómo reaccionar bajo sus ojos penetrantes, pero una pizca de culpa también creció en su interior, sintiéndose impotente por haber intentado hacer que Luna se concentrara en otra cosa que no fuera su hermana.

Ambas permanecieron en silencio luego de que la castaña hablara.  Sam por miedo a que la próxima respuesta fuera peor y Luna por el hecho de que sus nervios empeoraban con cada segundo que pasaba. El ambiente era tenso y la comida no parecía importar en ese momento.

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-Lynn...

-¿Qué ocurre, Lucy?

-¿Por que lo hizo?- La pregunta tomo por sorpresa a la muchacha de cabello marrón, casi haciendo que dejara de concentrarse en la revista que tenía en manos, lo cual era sencillo, dado que ni siquiera estaba haciendo un esfuerzo para leerla con todos los pensamientos que estaba teniendo. No sabía cómo responderle a Lucy, porque tampoco entendía bien la idea de que Luan casi había dejado este mundo la noche anterior, sin haber dicho una palabra a nadie.
Sus ojos recorrieron los dibujos en la revista en sus manos, colores opacos y secos que de repente habían llamado su atención ¿Los cómics siempre habían tenido esos colores tan feos?¿Por que alguien los leería?
El silencio de pronto las inundó a ambas, Lucy, sin embargo, no negaría una respuesta a su hermana por la pregunta que había soltado segundos atrás. Se quedaron atrapadas en sus mundos, sin entender realmente como había ocurrido todo, como su familia se había desmoronado de un día para el otro.

Lynn tomo aliento antes de cambiar la página de su revista, la frustración de no poder concentrarse la abrumaba, pero también quería encontrar alguna forma de dejar de pensar en su hermana y como casi había muerto sin que nadie lo notara. Fue, gracias a Dios, Luna quien apareció para rescatarla, pero tampoco podrían darle mucho el crédito, su ausencia había permitido que Luan intentará suicidarse en primer lugar.
Arrojando la revista a ciegas lejos de ella, se frotó las muñecas que habían comenzado a picar, algo común cuando estaba nerviosa o no quería decir algo. Fue el suspiró de Lucy lo que motivó que encontrara las palabras correctas.

-Ella...ella solo...- su oración se cortó cuando no encontró la forma de continuarla, una extraña sensación de culpa en su estómago. Se sentía necia por no poder haber estado ahí para su hermana, y se sentía aún peor cuando su mamá había impedido que fuera a la escuela. "Los niños no pueden ir, todavía están asustados". No era verdad, ella no tenía miedo.
-Ojalá nunca te rompan el corazón, Luce-

"ERES MI MAYOR CONSUELO''-[Luan x Luna]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora