¿Como se siente?

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Llegaron luego de una agitada carrera a la sala común de Griffindor, estaban exaustos.
Se tiraron a los sillones a descansar por un par de minutos cuando de repente...

—Oh, veo que se despertaron temprano, bien hecho, casi siempre se despiertan a la hora del almuerzo en fin de semana.

—Ah, hola Rem, si supongo que nos levantamos un poco más temprano de lo normal, bueno, a algunos nos arrastraron ¿no Sirius?

—¿Huh? Si, claro —se había quedado embobado mirando a Remus.

Pov James:

—Ah, hola Rem, si supongo que nos levantamos un poco más temprano de lo normal, bueno, a algunos nos arrastraron ¿no Sirius? -lo pregunté de modo irónico, obviamente, pero cuando me volteé hacia Canuto estaba con los ojos clavados en el culo de Remus que estaba de espaldas llendo al baño de la sala común.

—¿Huh? Si, claro.

—No seas tan obvio, Canuto — murmuré por lo bajo

—¿Qué? No soy obvio, solo lo notas más porque ya te lo dije.

—Sabes que no es cierto.

—Sé que no es cierto —Sirius podia ser muchas cosas, pero no imbécil. Talvez no siempre sepa porqué hace lo que hace, pero sabe que lo está haciendo.

• • •

Llegada la hora, es más, con unos minutos de retraso, los que antes eran cuatro, y ya hace unos días habían pasado a ser tres integrantes de Los merodeadores emprendieron una caminata hacía el gran salón.

—Estoy hambriento.

—Todos lo estamos Rem.

—Amigo —le susurró James a Sirius— comimos hace no más de veinte minutos.

—Ya tendrías que saber, llegado este punto del partido, Cornamenta, que siempre tengo hambre.

Al llegar a su destino, se sentaron en sus sitios habituales.

—Ey ¿qué pasó con la rata traicionera? no lo veo desde hace días

—¿No estás siendo un poco duro con él, Canuto? Tal vez tendríamos que dejar de ignorarlo.

—¿Qué? Claro que no, no se tu, pero yo creo que el empieza por delatar tu sexualidad, a sabiendas de que no quieres, puede manchar tu imagen, puedes perder a tus amigos, es desleal y cinco no tiene derecho, y termina por entregarte al siguiente Grindelwald.

—¡Ok! Ok, Canuto ¿Que locuras dices? Claro que no, él... él simplemente no podría ¿que es esa comparación siquiera? recuerda que el fue nuestro amigo por cinco años, cinco largos años en los que no solo compartíamos habitación con él, también compartimos secretos, anécdotas, recuerdos que forman parte de los más felices de nuestras vidas, él, en este loco caso hipotético, recordaría las cosas que compartimos, los sentimientos que creamos en el, por favor, el no tiene un corazón de piedra, Sirius, nadie lo tiene, tampoco tú, no puedes decirme que no te duele ni un poco haberlo dejado solo.

—Me duele más la traición, Cornamenta, no se traiciona a los amigos, ellos son tu familia, los amigos los eliges, puedes tener cientos y todos podrían ser una de las mejores personas que conociste en tu vida, y disculpame por ser así, pero si sé que no puedo confiar en alguien, entonces tan amigos no éramos y prefiero, no se tú, tener personas que quiero y me quieren a mi alrededor en vez de traicioneros —masculló Sirius en un tono que dejaría helado a cualquiera, que a pesar de no haber lavantando su voz había llamado la atención de todos en el comedor dejándolo casi en silencio, luego de terminar de hablar despegó sus manos, firmemente apoyadas en la mesa y salió del comedor tranquilamente, como si no supiera que todas las miradas se posaban en el eran su culpa. Remus salió a buscarlo, y en cuanto éste pasó el umbral, los murmullos se hicieron presentes llegando rápidamente al volúmen normal de nuevo, un par de minutos después ya todo el castillo estaba hablando de Los merodeadores, claro que eso ya pasaba antes a causa de el exilio de Peter de la habitación de este grupo, pero esa noticia ya no era furor, no como hace unos días atrás.

Sirius estaba satisfecho con su trabajo, había creado drama, había hecho un monólogo improvisado bastante bueno, sabía que su Lunático había salido detrás de el y que no estaba peleado con James, porque ese "argumento" si así se lo podía llamar no era ni un octavo de lo que Sirius sabía era lo necesario para enojar a Potter. Por cierto y para finalizar, le había entantado la manera en la que salió caminando del comedor, no por nada en especial, pero se sentía increíble.

¡Peter, no! - WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora