Mo Dao Zu Shi no me pertenece, es de propiedad exclusiva de Moxiang Tongxiu
.
.
La noción de la inmensidad solía abrumar a la gran mayoría de los seres humanos, mucho más cuando observan a lo largo del horizonte la profundidad de un espacio como lo era el océano.
Wei Ying sonrió con complacencia, mientras dejaba que el aroma salobre lo envolviera. El sonido calmante de las olas golpeando contra las rocas, mientras su corazón latía con furia queriendo saber cómo se sentiría zambullirse en esa aguas profundas e insondables. Su alma salvaje y curiosa exigía respuesta, pero como un humano consciente no era tan estúpido como para lanzarse en medio del mar embravecido solo para saciar su curiosidad. También tenía sus límites.
—¡Wei Ying! —soltó Lan Zhan en un tono más alto de lo habitual.
Wei Wuxian se encontraba absortó mirando al horizonte parado sobre un acantilado donde su mirada se perdía en la inmensidad del océano.
Lan WangJi miró con desesperación velada en sus ojos a su esposo, los casi cuatro años que llevaban casados retumbaba en su corazón con dicha, recordando los momentos felices a su lado, pero la duda de que este algún día quisiera marcharse para nunca más volver persistía. Justo como en ese momento. Wei Ying se veía como un alma salvaje y libre, con su hanfu oscuro, mecido por la brisa del océano en dirección hacia las olas con el cabello recogido en una media coleta justo como cuando era el patriarca Yiling. Lan WangJi estiró su brazo hacia Wei Wuxian con la esperanza de poder alcanzarlo.
Wei Wuxian volteó al mismo instante sonriendo con dulzura y travesura a su esposo, saltó de un brinco a brazos del Lan, aferrándose al pecho de este.
—Lan Zhan, quiero seguir viajando contigo.
Lan WangJi sintió temblar su corazón mientras sus brazos se aferraban a su esposo. Wei Ying era alguien impredecible, y aquel viaje hacia el sureste cerca de las costas del mar oriental le hizo abrir los ojos, el alma de su esposo siempre sería la de un viajero errante, y él en el fondo de su corazón, esperaba seguir siendo el ancla del bello ser del que se enamoró.
Afianzó el agarré en un abrazo férreo, no podía soportar volver a perderle.
YOU ARE READING
Los 30 de Wei Wuxian y Lan WangJi
Fanfiction30 drabbles acerca de la vida de Wei Ying y Lan Zhan algunos años después de que se volvieron esposos.