Jimin pulsó en el mando de la televisión "apagar" cuando el último de los créditos se deslizó por la pantalla. El documental de la PBS para Counting Crows era demasiado parecido al que visualizó para su propio documental para Utopian Society.
La última semana en el estudio selló sus destinos. Jungkook era un hombre poseído mientras producía sin parar las últimas tres canciones para el estreno.
Por todos sus pecados de vanidad y auto importancia, esta semana, finalmente se ganó el derecho de poseer esos pecados.
Curiosamente, mostró más humildad con su reciente logro, que orgullo, casi como si tuviese un poco que ver con eso, aunque todos lo observaban sobrecogidos mientras creaba y elevaba a los otros a un nivel lejano sobre su norma.
Un relámpago destelló en la distancia mientras Jimin llenaba el decantador de café para la siguiente mañana. Un rayo de relámpago seguido en breve por un bajo y estrepitoso sonido de trueno lo hizo claro, había otra tormenta aproximándose.
Con la cafetera programada para las seis de la mañana, revisó el termostato, apagó todo menos las luces del vestíbulo del baño, y se fue a la cama.
El sueño fue difícil de encontrar. Su mente reprodujo los eventos de la semana y su propio rol en ellos.
La canción de Jungkook se reprodujo en su cabeza, música de fondo para sus fantasías de él tomándolo, tomándolo como un salvaje hambriento, arrancándole la ropa y levantándolo sobre la caja de resonancia para sumergirse en su interior una y otra vez hasta que el gritó en éxtasis. Un repentino ruido lo hizo abrir los ojos.
El aire central hizo efecto y un relámpago destelló a través de la ventana. Cerró los ojos de nuevo, intentando retomar donde se quedó.
El aire en la habitación cambió mientras el rubio sacaba su juguete del cajón de la mesilla de noche y rodaba sobre su espalda.
Se congeló, vibrador en mano, cuando vio la silueta de él contra la semi-oscuridad al extremo de la cama.
Su respiración subió cuando él preguntó:
-¿Puedo ayudarte con eso? -No se le ocurrió preguntar cómo entró, no importaba, Jungkook estaba aquí y él estaba electrificado.
Desde su posición, él movió con cuidado la sábana. La lenta y sensual retirada de la sábana se sentía como sus manos acariciando su piel; sus pezones se deleitaron en la sensación cuando el dobladillo de la manta desapareció entre ellos.
-Mmmm. -Jimin intentó reprimir su gemido. ¿Sabía Jungkook cómo de cerca ya estaba él de venirse? Su mano y el vibrador cayeron a un lado cuando la lengua del pelinegro se encontró con su entrada. Dedos sondearon dentro de él y lo estiraban y su boca se apoderó de su miembro, llevó menos de un minuto de dura succión, lamida y dedos masajeando, y Jimin estaba sollozando por su liberación.
Jungkook se sentó y se quitó la camisa sobre la cabeza.
-Entonces, déjame ver a tu amigo -dijo él, mientras tiraba la camisa al suelo.
Jimin no sabía de lo que estaba hablando hasta que él extendió la mano y sacó al olvidado vibrador de su mano. Estudió el objeto con cuidado, sintiendo su forma al deslizar los dedos por debajo y rodearlo, oliéndolo, pulsando los botones que lo hacían zumbar a la vida.
Le pidió que doblase las rodillas apartadas para hacerle espacio para hacer sus juegos. Cuando Jimin estuvo extendido y abierto, él llevó el juguete por sus pliegues, frotándolo de arriba a abajo a lo largo de su entrada.
Jimin rechinó los dientes contra el placer de las vibraciones enviadas por su cuerpo. En su visión periférica, vio el bulto en los pantalones de Jungkook mientras él se recostaba a un lado. Jimin extendió la mano y desabrochó los botones y la cremallera, liberándolo. Cuando agarró su erección con la mano, él enterró de nuevo el vibrador dentro de él.
Jimin jadeó con sorpresa, pero estallidos de placer se lanzaron a través de su cuerpo e involuntariamente gritó.
-¡Vibrador malo! -Dijo Jungkook, llevándose el zumbante aparato a la cara-. ¡Chico malo! ¡No vayas ahí!
-Se sintió bien -dijo Jimin, riendo y empuñando su vara. ¿Era ese el mensaje que quería darle a él? ¿Permiso para follar su trasero?
-Los vibradores no van ahí. -Repitió él-. Solo Kook puede ir ahí, y solo con permiso. -Devolvió el zumbante falo a su entrada, retomándolo donde lo dejó.
-Quiere saber si estás listo. -Sin esperar respuesta, lo enterró dentro y cambió la velocidad a "fuerte." Sorprendido por el repentino cambio de velocidad, él tiró de su polla, demasiado fuerte porque estaba asustado, pero Jungkook embistió en sus manos al igual que impulsó el vibrador de regreso dentro de Jimin. Un giro rápido de cambio y activó las pulsantes perlas en la base del aparato.
El grito se le atrapó en la garganta mientras sentía los labios y la lengua de vuelta en su sexo. Cuando Jimin encontró su voz, era una mezcla de aullido de deleite y risa.
Cada nervio en su cuerpo gritaba, estaba en un punto de éxtasis que nunca había experimentado. Era casi demasiado para aceptar, y Jungkook tuvo que reforzar el antebrazo a través de su abdomen para evitar que él se fuera en contra.
Su mente era una confusión, el vibrador había tenido que ser lanzado a través de la habitación en la explosión, y Jungkook debió haber sido lastimado porque Jimin lo escuchó gemir. Tan pronto como pudo moverse más allá de sus reverberaciones, se giró sobre su hombro para supervisar el daño. Jungkook miró arriba desde entre sus piernas con una sonrisa petulante y levantó el vibrador sin vida para que Jimin lo viera.
-Mi turno. -Simultáneamente, todo lo que el rubio podía hacer era amasar la cama con los dedos de las manos y de los pies, sus nervios aún demasiado crudos para dar alguna orden sobre su cuerpo.
Su piel sensibilizada se encendió con su toque, cada célula de él se enrojeció, enviando el punzante mensaje de necesidad a su cerebro. Sus inquisitivos pulgares recorrieron sus labios, separándolos en el lento paso, el viaje gradual hasta su torso. ¿Por qué él está yendo tan lento? ¿No sabe que estoy en llamas?
Él le dio un último lametón antes de posicionarse entre sus piernas.
Una mano se deslizó por debajo de su trasero para levantarlo por las caderas. Los dedos de Jimin encontraron su erección y la dirigió hacia su entrada, uno de ellos escoltándolo dentro, a lo alto de su apertura.
-Oh joder, Jimin. -Suspiró él mientras su longitud se deslizaba más allá del alcance de los dedos de Jimin. Él presionó de nuevo por lo que con cada embestida de su pene, presionaba con más fuerza contra el tejido sensitivo.
Él se hinchó bajo sus dedos mientras Jungkook chupaba la carne de su cuello entre sus labios deslizándose arriba y abajo de su vena, chupando, lamiendo, besando, mordisqueando su oreja. Jimin apartó el dedo y le agarró el trasero, sintiendo sus músculos flexionarse, y empujándolo hasta el fondo mientras él golpeaba a la distancia. Sus piernas disfrutaron del asalto, envolviéndose en torno a él y forzándolo más profundo, más fuerte y más rápido.
Jimin empujó la cabeza de él contra la suya, sus frentes la una contra la otra, las narices tocándose, los ojos conectados, robando la respiración del otro, presionando y alejándose el uno del otro hasta que llegó.
Juntos llegaron a la cima, sus sollozos uniéndose en una melódica balada de éxtasis mientras Jimin arqueaba su cuerpo hacia él encerrándolo en sus brazos por primera vez. El sudor los empapó, y cuando Jungkook cayó sobre Jimin con agotamiento, su cuerpo se deslizó a través de sus brazos, hacia un lado. Siguió el impulso hasta que se recostó al lado de él sobre su espalda. Ninguno habló, ambos jadeando para coger aliento.
Después de un rato, Jungkook sacudió la cabeza.
-Oh. Jode. Me.
-Creo que lo hice. -Sonrió Jimin, y dejó su brazo caer sobre el pecho de él.
Él sonrió al techo, y entonces se giró para mirarlo, su expresión más seria.
-No me voy a quedar por la noche.
Rodando lejos, Jimin sonrió y dijo:
-No estabas invitado.
***
🌸Naogguk🌸
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Fighting Jimin °KookMin° COMPLETA
FanfictionLa banda de Jungkook está a punto de hacerlo en grande y la vida es buena. Pero, cuando él es forzado a trabajar con Jimin, un sexy pero odioso videógrafo, la vida en el futuro inmediato podría ser un poco difícil. La tensión entre Jungkook y Jimin...