Ha pasado tiempo

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Ocho años después.

Bakugo Katsuki había egresado de la AU con excelentes calificaciones y una de las habilidades más conocidas en todo el ámbito de superhéroes. Fácilmente fue admitido en una agencia de superhéroes bastante conocida en Tokio y pasó de las patrullas bajo supervisión a encabezar escuadrones de búsqueda y combate.

Aquel carácter suyo tan imprudente y revoltoso se había apaciguado un poco más con los años, pero eso no dejó de relucir cuando combatía; el mismo salvajismo y la misma violencia empleaba con mayor pensamiento crítico y plan de ataque. Rápidamente, se convirtió en el súper número 2, teniendo a Midoriya Izuku por encima.

Maldijo por lo bajo, arrugó el papel que tenía entre las manos y lo arrojó a la basura. Estaba harto de ver siempre a Deku encabezando todo, después de todo, él debía de ser el número 1. Se había preparado para lograrlo, maldita sea.

─Hey, un poco más y vas a quemar toda la oficina ─Comentó su compañera al verlo tan malhumorado.

─No me molestes, cara de mapache ─Refutó molesto Bakugo a Mina.

La que escupe ácido rio por el comentario y fue a ver qué cayó en el receptáculo de basura. Lo desdobló (o al menos hizo un intento, el papel era un desastre), pero comprendió por qué Bakugo estaba tan molesto.

─Así que Deku-kun lo ha hecho de nuevo. Debe de dolerte mucho, ¿no? ─Comentó divertida la de hebras rosas, aumentando la frustración y enfado en Bakugo. Adoraba molestarlo.

─Deja de molestar, no estoy de humor ─Respondió Bakugo.

Estaban en el comedor de su oficina, él sentado en el desayunador con una taza de café vacía, no había dormido mucho la noche anterior, el trabajo no se lo permitía. Su malhumor era en parte por la falta de sueño como volverse a ver como el superhéroe número 2. Maldito Deku.

Mina entró a la sala de descanso para prepararse un té cuando vio a Bakugo, no hacía falta conocerlo mucho para suponer el poco humor que traía consigo. Era divertido molestarlo, entendía por qué Eijiro lo hacía, era un gusto que compartía con su novio.

─¿Sabes por qué Deku es el número 1, no? ─Preguntó Mina, posicionándose frente a él. Bakugo dejó en claro que no necesitaba saberlo, a pesar de eso, Mina siguió hablando─. Él no está preocupado en tomar las misiones más importantes ni las que sabrá que lo dejarán en alto. Sólo quiere ayudar.

Bakugo sacó una risa fingida, hilarante.

─Deku es un idiota, no me interesa la diferencia que existe entre las misiones que tomamos. Ambos sabemos que soy mejor que él ─Respondió de mala gana, tomó su taza vacía y la llevó al fregadero.

─Por cierto, Bakugo-kun ─Habló Mina sin detenerse a mirar a su compañero, éste detuvo la marcha─, hay una nueva misión, pero al parecer nadie quiere tomarla.  ─Se volteó a mirarlo con una sonrisa divertida─. Es de las que tampoco las tomarías por ser poca cosa.

Bakugo bufó y se retiró de la sala de descanso, no necesitaba escuchar más de la cara de mapache, novia del cabello raro de Kirishima. Malditos ambos, saben cómo sacarlo de quicio.

Sus pasos se dirigieron hacia la sala de misiones, allí se administraban las misiones por orden de relevancia, siendo catalogadas por categorías. Él solía distribuirse en misiones tipo A o B, pocas veces tomó misiones menores a esas categorías, quizá en sus años de principiante, pero desde que tomó más protagonismo en las calles, no quería bajar de categoría. A diferencia de Deku, quien no le importaban esas cosas, él tomaba las misiones que podía, ya sean de poca o gran envergadura.

Cuando regresesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora