Todo está bien

798 100 32
                                    

AVISO: Soft Lemon.

...

Ochako llegó a su departamento una hora después de colgar. Bakugo oyó el timbre y al abrir la puerta, la vio cargando dos bolsas de papel, una pequeña sonrisa en los labios y un "no luces tan mal" que lo hizo rodar los ojos. Trajo ramen instantáneo, colocó agua caliente y dejó que el microondas hiciera lo suyo. La otra bolsa tenía frutas en abundancia que él no supo realmente qué hacían allí.

─Cuando mi tía se enfermaba, los vecinos le traían frutas para ayudarla en su recuperación ─Explicó─, en realidad no sabía qué traerte además del ramen y creí que un poco de cítricos te ayudarían.

─Tengo mal el hombro, no un resfriado.

─Te quejas demasiado.

Ambos sonrieron.

Encendieron el televisor y dejaron en la primera película que parecía interesante. La vieja película de Julia Roberts donde ella era una prostituta que terminó fingiendo ser la novia de un adinerado hombre. Unos minutos después, el ramen los acompañó. Ambos yacían sentados sobre almohadones y apoyados en la mesa ratona que tenía Bakugo en su sala de estar.

─Nunca has hablado de ella ─Dijo Bakugo de repente. Ella lo miró curiosa─. Tú tía.

─Oh, eso ─Lucía pensativa─. Ella es la hermana de mi mamá aunque no se parecen en casi nada. Mi mamá era más dulce y empalagosa, ya sabes, como yo ─Sonrió─, en cambio mi tía Yuko es un poco más distante. Cuando vivíamos juntas en su departamento, casi no la veía, trabajaba demasiado, hasta ahora lo hace.

─¿Ella enseñaba en tu anterior academia?

Ochako negó.

─Ella es investigadora, pero colaboraba con la Academia con sus avances. Sacaba artículos y revistas para la comunidad científica, en verdad es muy brillante. Trabaja actualmente aquí, seguro la conoces. Tanaka Yuko.

Bakugo pareció sorprendido al escuchar el nombre, tomó su teléfono entonces.

─Escuché de ella. Trabaja en el Centro de Tecnología e Investigación de Tokyo ─Ella asintió─. Eres sobrina de una celebridad, Cara Rendonda.

─Por ese motivo, fue un poco abrumador mi vida en Nueva York. ─Él la miró con duda─. Cuando tienes a alguien tan reconocido como pariente, las personas esperan más cosas de ti. En la Academia fácilmente me identificaban y algunas veces, solían ser un poco crueles porque mi quirk no es "interesante".

─Tonterías ─Respondió él, llamando su atención─. Siempre has sido fuerte, tienes un quirk que... ─Bakugo se dio cuenta de sus palabras y sus mejillas se sonrojaron un poco. Ella sonrió.

─Igual les pateé el trasero cuando comencé a tomar misiones de categoría de rescate ─Dijo ella.

─No me esperaba menos.

Su relación era extraña, ambos lo sabían. Podían estar horas hablando de sandeces, películas o sucesos y luego volcarse en un silencio que, en realidad, no era incómodo. Seguía siendo una conversación para ellos. Uraraka observó a Bakugo de soslayo y vio cómo los vendajes del lado izquierdo sobresalían de su remera negra. Aún no hablaron del asunto que a ella le preocupaba. No quería presionarlo sólo para alejarlo nuevamente.

Al parecer, el modo de observarlo la delató porque Bakugo levantó una ceja para mirarla. Ella se sonrojó y regresó su atención a su ramen.

─¿No te has acabado el pie? ─Preguntó Uraraka para hacer pasar la tensión.

Cuando regresesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora