#10. la lluvia

1.8K 243 75
                                    


No pudo conciliar el sueño después de lo ocurrido, los recuerdos de la escena que había montado en la cafetería lo atormentaban, ¿qué habrá pensado su hermano de él? ¿ya le habrá contado México sobre su oscuro pasado? El apartamento estaba en completo silencio, por eso fue fácil reconocer el sonido de las gotas de lluvia que caían y de deslizaban en la ventana. Se sentó apoyándose en el espaldar de la cama, pensó en su hermano, lo conocía, quién sabe cómo reaccionaría cuando se diera cuenta de la historia que compartía con su actual novio. Si por su culpa se destruyera la relación de su hermano, nunca se lo perdonaría. Tenía que aclarar las cosas, lo haría lo más pronto posible, pero para eso tendría que esperar hasta el día siguiente.

A Perú nunca le gustó la lluvia, podría decirse que era por el hecho de que le recordaba malos momentos, pero ni aun antes, le encontraba belleza a las nubes grises y a los truenos. La lluvia era tan triste, tan plana, todo lo que él no quería ser, lo que no debía ser. Una vez su madre le dijo que la lluvia traía consigo una refrescante brisa, que gracias a ella las flores mostraban su color, que limpiaba la tierra. Pero su madre se fue, nunca volvió, y la lluvia perdió cualquier rastro de hermosura que pudiera poseer. En un día lluvioso su padre lo abandonó, en un día lluvioso su madre murió, en un día lluvioso su hermano lo traicionó. Odiaba los días lluviosos, no, temía los días lluviosos, ¿a quién arrastraría con ella la lluvia esta vez? Cuando escuchó las gotas caer, impactar contra la ventana, dio un salto y se sentó rápidamente, respirando agitado.

-oh no Perú... cálmate ¿sí? - puso sus dos manos en sus oídos, intentando, sin resultado, alejar el sonido- N-no pasa nada, t-todo está bien, v-vuelve a d-dormir.

Su cuerpo no respondía, comenzó a temblar y a abrazarse a sí mismo con la esperanza de calmarse y volver a dormir.

-y-ya -se secó las lágrimas que empezaban a caer de su rostro y se levantó, sin soltar la cobija- una infusión t-te calmará, te ay-ayudará a d-dormir, todo v-va a estar bien...

Abrió la puerta con sumo cuidado y caminó hasta la cocina. Abrió una de las estanterías y sacó una bolsita con hierbas y manzanilla. Esperó nervioso y asustado a que el agua calentara y luego, se sentó en el mueble con la taza en sus manos.

La lluvia se volvió más ruidosa, y pudo escuchar el estruendo de los rayos impactando contra el suelo, la lluvia relajaba sus sentidos, lo ayudaba a meditar sobre su siguiente movida. Sin embargo, a pesar del ruido provocado por el diluvio, para el norteamericano no pasó desapercibido el sonido de la puerta de su compañero abriéndose. Pensó que tal vez solo quería tomar algo, pero se alarmó cuando el silbido de la lluvia se acompañó de leves sollozos provenientes del salón. Se levantó rápidamente y abrió la puerta de su habitación. Contuvo una exhalación cuando vio el estado del peruano.

El latino se encontraba casi cubierto por completo con una manta a excepción de su rostro, evidentemente estaba temblando, y su rostro poseía una expresión de pánico y desesperación. El mayor se acercó lentamente y puso una mano en el hombro del contrario. Perú no había notado la presencia de alguien más y se puso a la defensiva apartándose bruscamente con el toque. Cuando su vista se aclaró, notó que era Usa quién estaba parado al lado del sillón, llevaba una camisa negra y un pantalón de pijama corto, cuando lo reconoció se sintió avergonzado y limpió sus lágrimas casi al instante.

-y-yo, l-lo siento U-usa, no sabía que eras t-tu- la expresión confusa del mayor lo hizo sonrojarse. Al instante un trueno resonó por toda la habitación y, con un chillido cubrió su rostro con la cobija, temblando por el sonido del mismo.

El estadounidense se sentó al lado del menor, sobándose su cabello y suspirando con pesadez.

-Perú ¿what happened? (Perú ¿Qué pasó?)- miró al menor que descubrió un poco su rostro y volvió a sollozar.

Tú me cambiasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora