Pasará el soplo del viento helado
Entre grises ramas y hojas marchitas,
Caerán flores decrépitas, sin vida
Susurrando el leve eco de tus pasos.
Redimirá el silencio de tus labios
El reflejo de tu silueta; y alivia
El recuerdo de tu dulce sonrisa
Las horas muertas del reloj aciago.
Mas al cubrir mis ojos entre sueños
Brotarán las plumas, las largas alas
De aquel vencejo perdido que a mi alma
Suplica, solloza, ruega, llora y clama
Alcanzar con las puntas de sus dedos
La luz de la oscura noche estrellada.
