55 | Culpa

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Me quito la sueta y después la camisa lo más rápido que puedo y me tumbo en el piso sin importar que mi ropa se manche de sangre.
La rompo con mis dientes y manos. Envuelvo sus dos muñecas con los trozos de camisa y las amarro al rededor tratando de parar la sangre.

—No, no, ¿Que hiciste? —respiro agitado y sostengo su rostro, su mirada perdida sobre mi, sus pupilas se movían débilmente —¡Dejen de mirar y llamen a una ambulancia, carajo! Vas a estar bien, ¿si? Kiara, mírame, mírame por favor... No te vallas, mírame, que no podría vivir con esto...

Era tanta la sangre que había, que llegaba a dudar si podría salvarse o no.

Son unos minutos los que pasan para que la ambulancia llegase y los paramédicos invadiesen el baño de mujeres. Mucha gente miraba la escena.

—¿Estará bien? —observo como la suben a la camilla.

—No sabemos por ahora, tiene el pulso muy bajo, perdió demasiada sangre.

Trago secamente. Me paso una mano por el pelo.

—¿Es usted familiar?

—No, no, soy un viejo amigo... pero me encargaré de ella en lo que necesite.

El asiente, entran en la ambulancia y sin más arrancan.

Hago una llamada.

—¿Hola?

—¡Clara, clara! Mira necesito un súper favor tuyo, por favor.

Sorbo mi nariz.

—Claro, ¿Pasa algo? ¿Estás bien?

—Necesito que mandes a alguien al hospital del centro por favor, que busquen a Kiara... —cierro los ojos y chasqueo mis dedos —...Olivares y porfa que la ayuden en lo que necesite y que carguen todo a mi cuenta, por favor...

—Muy bien, mandaré a Mario ya mismo... ¿Estás bien, Christopher? ¿Mando a un chofer por tí?

—No, déjalo así, yo... necesito estar solo, pero gracias, de todas formas.

—Sin locuras Christopher.

—Lo se, lo se... adiós.

Cuelgo.

Seco el sudor de mi frente con mi brazo, ahora en vez de sudor tenía sangre en la frente. Genial.

La gente seguía sorprendida y cuchicheando. El dueño del lugar, desde el micrófono pide una disculpa por el inconveniente, dijo que el baño estaría cerrado mientras limpiaban, y no hace falta que diga algo más para que todos sigan con la fiesta. Tomaron asiento, y como si nada hubiese pasado ponen nuevamente la música.

Camino al baño de hombre, recargó mis manos sobre el lavatorio, tenía algo de sangre en la cara. Me lavo el rostro y suspiro. Lo último que se me pasó por la mente es que el encuentro terminaría así... Ambulancia, sangre... Ahg...

Me seco las manos en la ropa y salgo. Apenas logro sentarme en la barra entrelazando mis manos.

—¿Deseas algo? —me dice limpiando una copita.

Extraña | C.V © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora