Conde del norte

capitulo 44

La batalla ya estaba enfurecida cuando Harry y su grupo llegaron al atrio.  Hasta ahora, las tropas de Voldemort no habían logrado pasar a los defensores en las puertas principales, y cuando Harry cruzó las enormes puertas dobles que marcaban la entrada al Ministerio, pudo ver por qué.  Rotan e Hiscophney habían desplegado hábilmente sus tropas, obligando al ejército de Voldemort a pelear una batalla cuesta arriba mientras subían la gran escalera que conducía a la entrada principal del edificio, todo el tiempo mientras disparaban desde todos los lados.

Los gigantes lideraban la carga, usando sus grandes cuerpos y su constitución demente para ignorar las maldiciones y los maleficios que los defensores les arrojaban y proteger a los humanos, vampiros y hombres lobo detrás de ellos del peso del hechizo.  Llegó un soldado de hielo y le dio a Rotan un breve saludo.  "Las barreras principales afuera se mantienen, pero los magos de Voldemort han comenzado a derribar las barreras que los hechiceros han levantado. Les llevará un tiempo, pero están progresando. El flanco sur está bajo un fuerte ataque, y yo estaba justo  a punto de enviar una empresa para reforzarlos ".

"Adelante", asintió Rotan, mirando hacia el campo de batalla.  Hasta ahora, las dos líneas del frente todavía estaban bien dibujadas, y los defensores tenían una ventaja, escondidos detrás de las barreras y cubiertos de los ataques enemigos como estaban.  Sin embargo, una mirada a la totalidad de las fuerzas de Voldemort causó un escalofrío de miedo en la columna vertebral del anciano.

El mago oscuro había traído a innumerables tropas, que iban desde cientos de gigantes que podían caminar a través de las salas que habían erigido, hasta hordas de hombres lobo y vampiros.  Miles de las criaturas oscuras se extendieron ante el Ministerio, y cuando llegó un rugido desde lo alto, levantaron la vista para ver el cielo oscurecerse cuando el sol estaba bloqueado.  La sangre de Harry se congeló cuando reconoció el frío familiar que se extendía a través de él, amplificado mil veces a medida que suficientes Dementores volaban por encima para bloquear el cielo.

"Que . . ."  Harry miró incrédulo mientras los Dementores gruñían enojados a las salas.

"¿Qué demonios está pasando aquí?"  Preguntó Rotan.  "¡Pensé que estas criaturas viles estaban ligadas a la voluntad de Lord Polairix!"

"Eran ... son," Harry tragó saliva.  "Fui a Azkaban para ver al Capitán Nailoff y nuestras defensas allí ayer. Los dementores todavía están allí".

"Entonces, ¿de dónde vinieron? ¿Y en tales números?"  Murmuró Rotan, con la garganta seca.  Gigantes, magos oscuros, hombres lobo y vampiros que el anciano general podía manejar.  Eran vulnerables a las armas convencionales, y la gente de hielo había traído armas que diezmarían sus filas.  Las criaturas que eran impermeables a cualquier cosa que no fuera magia, por otro lado, eran un asunto diferente ... y no cualquier magia, una marca específica de magia blanca, nada menos.  Eso era algo que no estaban preparados para enfrentar, y ciertamente no por miles.

Hiscophney entrecerró los ojos mientras miraba hacia el cielo.  "¿Qué libros dijiste que faltaban en la biblioteca?"

"Solo nuestra investigación sobre salas y magia extraplana", respondió Harry, confundido.

"Magia extraplana, ¿eh?"  Hiscophney se volvió para mirar a Rotan y Harry.  "Voldemort encontró la manera de acceder a otro avión. Convocó a estos".

"¿Qué?"  Harry lloró incrédulo.  Odiaba a los dementores.  Claro, se había acostumbrado a los de Azkaban, pero nunca había superado por completo su disgusto por las criaturas.  Eran algo tan vil, tan oscuro, tan ... antinatural que no podía evitar sentir que no eran nativos de este mundo.  Tuvo menos problemas con las arañas gigantes y los basiliscos que deambulaban por el campo.  Hablando de basiliscos ...