Unas Cuantas Copas

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Narra Nath.

Lo que había ocurrido era la confirmación de los sentimientos que sentía por Simón y al parecer, los que el sentía por mí, estaba ansiosa por verlo de nuevo, aunque ya nos habíamos visto muchas veces, y ya nos habíamos besado unas cuantas más, no podía evitar seguir sintiendo las típicas mariposas en el estómago cuando estaba con el.

8:07 pm

Ví la hora y noté que Simón decía estar por llegar, por lo que me dispuse a retocar mi maquillaje un poco, no sabía que haríamos esa noche, pero tampoco necesitaba saberlo.

Mientras me estaba en el baño sonó el toquido de la puerta así que me dispuse a abrirla.

-Simón: Hola preciosa, que bien te ves.

-Nath: Gracias, pasa - dije sin quitarle la mirada de encima.

-Simón: ¿Qué plan tienes para esta noche?

-Nath: La verdad, no tengo nada planeado, pero se me ocurre que podemos ir a un antro que queda muy cerca de aquí, ya sabes, para divertirnos un rato.

-Simón: Maravilloso, no he podido gozar de una buena fiesta en la ciudad de México.

-Nath: Bien. Esta decidido, déjame cambiarme, supongo que no puedo llegar al antro con estos jeans - dije riendo mientras me adentraba en mi habitación, me puse un vestido negro que tenía, una chaqueta de jean blanca y unos botines con algo de tacon, retoqué mi maquillaje y salí de la habitación.

Al salir, vi a Simón en el sofá viendo su teléfono.

-Nath: Simón, estoy lista. - Simón levanto la vista.

-Simón: wow, Nath... Nathalia, te ves espectacular.

-Nath: Gracias, que adulador - le sonreí con picardía- ¿vamos? - asintió con la cabeza y nos dispusimos a abandonar el lugar.

Llegamos al antro, donde Bebimos, bailamos y reímos toda la noche, no la pasamos genial y despues de una o dos decenas de shots los dos estábamos algo entonados, a eso de las 3 de la mañana nos pidieron que saliéramos del lugar ya que iban a cerrar así que pedimos un uber y nos devolvimos al departamento.

-Simón: Me la pasé genial.

-Nath: Yo también, quien diría que eres tan buen bailarín - reí.

-Simón: Y eso que no saqué a relucir mis mejores pasos.

-Nath: ¿A sí?, eso tiene solución - coloqué música y terminamos cantando y bailando en la sala del departamento.

-Simón: ¿Puedo decirte algo?

-Nath: Claro.

-Simón: - Dejó de bailar y se sentó en el sofá arrastrandome hacía el mientras me tomaba de la mano- Nathalia, eres una persona increíble y se que hay algo entre nosotros, algo que quiero explorar, quiero aprender a quererte Nathalia, no te digo que seamos novios, pero si que nos abramos a la posibilidad de conocernos como algo más que amigos.

-Nath: - Me acerqué al bajista y lo besé
Primero lenta pero apasionadamente- Hagamoslo - Lo seguí besando y de un momento a otro me encontraba sobre sus piernas, con sus manos al rededor de mi cintura y con un deseo de él incontrolable.

Sus labios fueron bajando hasta mi cuello y sus manos temerosas hasta mi cintura, desabroché los botones de su camisa y procedí a quitársela, de pronto, se sentía un ambiente de pasión incontenible y nuestras manos se desplazaban por todos nuestros cuerpos como si tratáramos de escapar de un laberinto.

Ayudé a Simón a bajar el cierre de mi vestido y el procedió a quitármelo, sentí como sus manos temerosas se desplazaban a mi cuello y las tomé entre las mías llevándolas a mis caderas mientras sonreía para que el supera que podía seguir, entonces, sentí como subía sus manos hasta mi sostén, desabrochandolo, sentí como mi ropa interior se deslizaba por mis piernas y entonces, la ropa no era un impedimento.

Simón avanzó suave y su ritmo se iba acelerando con cada envestida, un aire de placer llenaba la habitación y nuestros cuerpos se hicieron uno.

Simón aceleraba el ritmo y yo solo me dejaba llevar, me cargó entre sus brazos y me llevó hasta la ensimera de la cocina, sentí el frío del mármol en mis muslos y el calor de Simón apoderandose de mi ser, le dedique cada suspiro, sentía como se apoderaba de mi piel, grité su nombre como si mi vida dependiera de ello, los besos apasionados de Simón fueron bajando hasta mi ombligo, recorrimos cada rincón del departamento sumidos en nuestra ola de placer interminable, desde la cocina, la habitación hasta la puerta de entrada, todo el lugar tenía la marca de nuestro incontenible deseo y de lo que era para mí, la firma de entrega a Simón, quería todo de ese bajista, un rato después, nos quedamos acostados en el sillón, yo sobre su pecho y el aferrado a mi cintura, la ropa seguía sobrando y solo éramos un par de locos apasionados, solo éramos nosotros.




A tu lado es mejor🌌🌅❤️NathmonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora