Vaya, vaya, vaya. Miren quien apareció después de mucho tiempo (¿3 años?) sin actualizar.
Están en todo su derecho de odiarme, me lo merezco.
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Pero... háganlo después de esto:
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La puerta chirrió un poco al abrirla, el chico se apresuró a entrar evitando hacer más ruido del necesario. Notó un ligero olor a humo en el lugar, no había nada incendiándose así que no le dio mayor importancia. Había salido muy tarde del bar casi en el límite del amanecer, estaba agotado y solo quería verle, estar junto a él.
Camino por el pasillo dirigiéndose a la recámara, no tenía necesidad de luz para guiarse conocía perfectamente el lugar. Al ingresar a la habitación no tuvo tiempo de decir nada un cuerpo chocó contra el suyo al tiempo que unos brazos le envolvían y era besado con intensidad.
Él sólo se dejó hacer mientras la ropa le era retirada y el otro pasaba sus manos acariciando cada centímetro de piel expuesta. La respiración se le agitó aún más cuando el otro hombre dejó de besar su boca para dirigirse a su cuello donde se entretuvo lamiendo y mordisqueando la piel sensible.
La cabeza se le embotó y los pensamientos se le diluyeron como agua entre las manos, no había noción alguna en su mente más que el inmenso placer y excitación que estaba experimentando. Aún no estaba completamente desnudo y ya se sentía desfallecer, cada lamida, mordida o besó le despertaban un cúmulo de placer.
Del cuello, la voraz boca se movió al pecho donde dejó unas traviesas mordidas y los pezones endurecidos y rojos. Continuó su descenso hacia el abdomen para repartir con devoción y ternura besos a lo largo de la pálida piel, bordeando el elástico del bóxer el otro chico detuvo su labor para dirigirle una mirada inquietantemente depredadora a la que no tuvo tiempo de responder cuando una cálida humedad le envolvió ahí abajo. Su miembro se tenso y no pudo reprimir un quejido mitad placer, mitad sorpresa que reverberó en el silencio de la habitación. Avergonzado el muchacho se cubrió el rostro con las manos mientras su compañero comenzaba a succionar y lamer.
Sentía el corazón trabajar el doble de rápido, los pulmones exhalando más aire del que inhalaban justo cuando pensó que no podría soportar más un espasmo le recorrió el cuerpo entero y se corrió durante el más placentero orgasmo que hubiera experimentando.
Aún no se había recuperado del todo cuando sintió una respiración a un lado del rostro.
— Necesitamos hablar— dijo el mayor al tiempo que se recostaba en el pecho del más joven.
Soltó un gruñido como respuesta sabía qué tema quería tratar el mayor pero Alec tenía otras prioridades, como disfrutar de Magnus y sus atenciones por ejemplo. Rodeo con un brazo la cadera de su novio y trato de evadir la charla. —¿Podemos hacerlo después? Tengo todo el día sin verte.
—Alexander, se que la abstención de mi cuerpo causa en ti un gran dolor, pero es preciso resolver un pequeño problema que involucra a un par de vampiros dementes— dijo dramáticamente el brujo — Raphael casi incendia el departamento con sus mensajes de fuego.
Alec enarco una ceja con escepticismo así que Magnus tuvo que relatar la pequeña traición hacia Raphael cuando le pidió ayuda a Lily y como después de eso empezaron a aparecer varias notas en el apartamento, pequeños trozos de pergaminos en llamas con frases como traidor, nunca volveré a confiar en ti o púdrete, Bane y demás mensajes que Magnus no fue capaz de atrapar generando que flotaran a la deriva en el lobby ocasionando que una cortina comenzara a arder al ser alcanzada por el fuego.
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Saphael: Más humano, menos monstruo
RomansaLa vida como vampiro no era como lo retrataban las películas de horror, los días eran agónicamente largos y solitarios, las noches no eran mejores. Su única compañía parecía ser su guitarra... y la insistente mirada de Raphael.