Me despierto con la claridad que entra por la ventana. Miro la hora, me da tiempo a desayunar tranquilamente antes de coger el tren de vuelta a casa.
Bajo las escaleras y me encuentro a Kyle en la cocina, semi desnudo y con música de fondo preparando el desayuno.
Joder, despertarse así no da pereza ninguna. Me acerco.
一 Buenos días, chef. 一sonríe.
一 Llegas justo a tiempo, espero que te gusten las tortitas.
Nos sentamos. Ayer me ayudó a terminar de hacer la maleta y nos tiramos en cama a dormir como marmotas, hemos llevado unos días intensos y por la noche no nos apetecía nada más que descansar.
一 Gracias por todo, me lo he pasado muy bien.
一 Ven cuando quieras.
Le doy un beso rápido, sin aviso y con mucha vergüenza. Él me lo devuelve con otro intenso y lleno de amor. Se levanta y me mira.
一 Salimos en 20, no pierdas tu maleta. 一pongo los ojos en blanco y me entra la risa tonta al recordarlo 一 Voy a vestirme, bajo ahora.
Saboreo cada parte dulce del desayuno, la miel, las piezas de fruta y la infusión de frutos rojos. El placer divino de comer y disfrutarlo.
***
Kyle me lanza la última mirada antes de subir al tren. Muerdo su labio inferior y acaricio su mejilla, no hacen falta palabras para expresar lo que sentimos. Entre amor y tristeza.
一 Ahora seré yo el que irá a visitarte.
一 ¿Cuándo?
一 Aún no lo sé, pero ¿tendré que conocer la ciudad no? 一río.
一 Claro, cuando quieras, ahora debo irme.
Me roba el último beso. Siento como sus labios me acarician como si fueran una suave canción romántica mientras el tren va parando detrás de nosotros.
Subo los dos escalones con la maleta a cuestas (que pesa tonelada y media) y busco mi sitio. 305. Me siento en la ventana y lo veo ahí, de pie, con sus preciosos ojos grises y su pelo rizado delante de la cara. Puedo apreciar como se le marcan los abdominales sutilmente debajo de la camiseta y me tenso...
Le pongo carita de pena y me la devuelve, después me sonríe y esboza algo así como ''pronto nos veremos''.
Cuando el tren comienza su camino a casa, me despido con la mano. Ya me voy... de vuelta a la realidad.
***

ESTÁS LEYENDO
KYLE
RomansaRecuerdo nuestro primer contacto en la estación. Él trabajaba de guardia y a mi se me había perdido la maleta (y casi el tren de vuelta a casa), me acerqué a ver si podía ayudarme y con gusto lo hizo. Me la había dejado en el baño, un pequeño lapsus...