Olivia

3.1K 129 14
                                        

Luisita y Amelia van en el tren camino de Zaragoza. Luisita consiguió hablar con la tía de Amelia un par de días antes y esta le prometió que haría todo lo posible para que Amelia y su madre se encontraran. Luisita lee un poco durante el viaje, mientras Amelia mira por la ventana del tren, distraída. De vez en cuando le cuenta algo a Luisita, pero lleva un buen rato callada y parece preocupada, así que la rubia le da un golpecito en la rodilla. Amelia da un pequeño saltito en el asiento y la mira.

— Me has asustado. — Dice casi sin voz. Luisita se ríe.

— Perdóname, no quería asustarte, pero te he visto demasiado seria mirando por la ventana. ¿Te pasa algo?

Amelia mira hacia el suelo un momento y vuelve a mirar a Luisita.

— ¿Qué me va a pasar? Que estamos llegando a Zaragoza. Y todo esto me da mal rollo, no sé.

Luisita levanta el reposabrazos que separa los dos asientos y se acerca todo lo que puede a Amelia para pasarle el brazo por los hombros y acercarla a ella.

— Te he dicho que todo va a salir bien. Confía en mí.

— Pero si yo confío en ti. En quien no confío es en mi padre.

— Olvídate de él. No nos va a molestar.

Luisita le da un beso en la frente. Amelia inclina un poco la cabeza y le da un beso en los labios mientras sonríe. De pronto, escuchan una vocecita diciendo "Hola" y se separan para ver de dónde procede. Justo delante de ellas, en los asientos de enfrente, en los que no hay nadie sentado, se acaba de colocar una niña de pelo largo y flequillo que las mira sonriente. No debe tener más de 7 años.

— Uy, ¡hola! — Dice Luisita. — Perdónanos, eh, es que nos has asustado un poco. — Amelia no puede evitar reírse.

— ¿Sois novias?

Amelia y Luisita se miran extrañadas, pero aguantándose la risa. No saben de dónde ha salido esa niña ni dónde pueden estar sus padres, pero la situación es de lo más divertida. Es Amelia la que le responde.

— Pues sí, has acertado. Eres muy lista, ¿eh? — acerca su mano derecha al costado de la niña para hacerle cosquillas. Esta se ríe.

— A mí me gusta Claudia, me parece superguapa y muy inteligente, pero mi hermano dice que yo no puedo tener novia y él sí. — Añade la pequeña.

Las chicas vuelven a intercambiar miradas. Ahora es Luisita la que le responde.

— A ver, ¿cómo te llamas?

— Olivia.

— ¿Y está tu hermano aquí?

— No, él se ha quedado con papá en Madrid y yo vengo con mamá.

— Bueno, pues cuando vuelvas le dices que has conocido en el tren a dos chicas que eran novias y que claro que tú puedes tener novia también si quieres.

— ¡Vale! — Grita la niña emocionada con una sonrisa de oreja a oreja. Por el pasillo se acerca una mujer morena con el mismo corte de pelo que Olivia y cara desencajada.

— ¡Olivia, por Dios! Que llevo un rato buscándote. Menos mal que he reconocido esa vocecita que tienes tan intensa. — Luisita y Amelia se ríen.

— No se preocupe, que no nos estaba molestando. — Dice Amelia.

— Es que son novias, mamá. — Olivia hace una pausa para sonreír antes de seguir hablando. — ¿Nos puedes hacer una foto a las tres para enseñársela a Marco cuando volvamos? Es que no se cree que las novias existen.

Modern Love - LuimeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora