Capitulo 11

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El sonido de la sangre de Yugi bombeando en sus oídos era ensordecedor. Sus sandalias resbalaron en la arena mientras se deslizaba por otro callejón, tomando turnos al azar, incapaz de pensar más allá del interminable mantra de lejos, lejos, lejos.

Las manos lo agarraron y él luchó, retorciéndose, arañando por la libertad.

-¡Yugi!- Espetó la voz familiar de Set y Yugi se puso rígido. Cayó sin fuerzas en las manos del hombre. Set lo hizo girar, buscando la cara de Yugi, con expresión dura.

-¿Qué pasó?- pregunto, en un tono que prometía graves consecuencias si Yugi no era sincero.

-Yo...- Dios, el ni siquiera podía verbalizarlo, las imágenes del monstruo, el hombre y la sombra colisionaron en su mente y se unieron en un desastre incomprensible. Ellos habían hablado de magia, pero hasta ese momento realmente no lo había golpeado, que ellos no habían estado hablando de ilusión y juegos de manos.

La magia es un arma real y mortal.

La cara de Set estaba a centímetros de la suya, y todo lo que vio en la expresión de Yugi hizo que sus ojos se estrecharan. Mirando a su alrededor, lo arrastro a un callejón. Puso a Yugi de pie y desato el nudo de su bata abriendo la parte delantera y reveló el objeto que todavía colgaba del cuello de Yugi.

Set lo miró fijamente, al objeto, durante un largo rato, y maldijo.

-¿Cómo?- el dijo

Yugi se encogió -Lo siento, no quise ir a hurgar, pero lo encontré y...-

-¿Cómo- dijo Set, su voz mortalmente tranquila -lo resolviste?-

-¿Yo... solo lo hice?- dijo Yugi, estremeciéndose cuando Set comenzó a alcanzarlo, y vaciló, como si se mostrara reacio a ponerle las manos encima. -No había nada más que hacer después de la puesta del sol, pero juro que si hubiera sabido que no querías que lo hiciera, ¡no lo habría tocado!-

Las palabras se sintieron huecas, ansiaba tocar el objeto tan pronto como lo encontró, pero el siguió viéndolo, el cuerpo del hombre y, oh, Dios, había estado tan quieto -Lo siento, lo siento, juro que no sabía...-

Manos sólidas y firmes sobre sus hombros, cortando la corriente de terror.

-Tranquilízate- dijo Set, lento y deliberado -Cálmate y piensa. ¿Qué pasó?-

Yugi tragó saliva -Un hombre. Me agarro, trató de... lastimarme, golpearme. Creo que lo maté-

Set apretó la boca -Entonces usaste el poder del Rompecabezas, el poder de las Sombras. Eso es lo que sentí-

-¿Por qué estás aquí?- pregunto Yugi

Set tiró de algo sobre su hombro, y Yugi de repente se dio cuenta de que tiene una piel sobre su torso, la gacela que había matado -Iba a ver al curtidor- Los ojos de Set se estrecharon -¿Por qué estás aquí?-

-Isis me envió- dijo Yugi, su corazón repentinamente saltó a su boca mientras palmeaba frenéticamente sus bolsillo para asegurarse de que no había dejado caer la bola de hilo en su vuelo. Seguía allí, escondido junto a los cuatro pequeños trozos de dados y Yugi pensó vagamente que la sombra debía haber agarrado al último del suelo -Un recado en los establos-

Set frunció el ceño -Ya veo- Se frotó la cara, luciendo excesivamente cansado -Entonces el hombre te agarró y tu... ¿qué, lo quemaste?-

Los ojos de Yugi se abrieron con horror -¡No! Yo... él, no sé por qué, pero desafió al hombre. Hubo un juego de dados y el hombre hizo trampa, o no hizo trampa, pero su dado fue ponderado y se rompió y... ¡Dios mío, había un monstruo real! ¡Era enorme y había todos esos dientes y se lo comió!-

Lineamiento (blindshipping)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora