Visita guiada.

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Thaira deja su uniforme en una camilla para empezar a cambiarse. Yo la imitó pero no me lo empiezo a poner si no que observo la sala a ver si hay otra salida distinta. Lo único que hay son camillas y una puerta al fondo a cuyo lado hay una gran cristalera que da a una sala con sillas y una gran mesa. Me imagino que será la oficina de la enfermera y dudo mucho que tenga otra salida. Vale, no voy a poder escapar. Al final decido que lo más práctico es que me ponga el mono rayado y la sudadera naranja.
"No me pienso quedar aquí." digo en un susurro medio bufando.
"Yo tampoco tengo intención de pudrirme aquí dentro." responde ella y yo la miro sorprendida porque no me había parecido que intentase escapar alguna vez.
"Primero voy a ver si lo consigo mediante el juicio pero conociendo a los jefes de Arabia ..." resopla ella.
"Yo espero lograrlo pero dudo que lo consigamos. Seguro que nos ponen los peores abogados que haya." digo yo, ella se ríe suavemente.
"En mi país por el simple echo de ser mujeres no tendríamos abogado." responde ella. Menos mal que esto es Estados Unidos, pienso yo.
De repente se escucha un golpe en la puerta, como un puñetazo. Nosotras decidimos callarnos y seguir poniéndonos los uniformes rápidamente. Cuando terminamos abrimos la puerta, volvemos a poner las manos en la espalda. Por enésima vez en el día de hoy, nos sujetan por las muñecas y echamos a andar.
Vamos pasando delante de puertas y ellos nos dicen que esconde cada una de ellas. Visitamos toda la cárcel excepto la tercera planta ya que solo son celdas.
"Esto es enorme." susurro cuando subimos del sótano donde están las duchas y la sala musical. Mi guardia, cuyo nombre todavía no se, me aprieta las muñecas al darse cuenta de que he hablado. Thaira me mira y asiente con la cabeza mientras sonríe. Una sonrisa que se que quiere decir algo aunque todavía no sé qué.
Cuando hemos terminado de ver todas las plantas volvemos a nuestras celdas. Cada una entra en la suya, en silencio como todo el rato. Thaira se tumba y mira al techo, la chica que está en la celda de al lado pinta cuadros. Como no alcanzo a ver más celdas intento mirar por la ventana. Me subo a la cama y observó a través de los barrotes.
Sólo se ve el mar, no está muy agitado pero se ven algunas olas rizando la superficie azul. Me quedo observando un rato añorando la libertad y el meterme en el mar. Me quedo pensando en los buenos ratos que pasaba yo en las playas de Cádiz cuando era pequeña cuando de pronto suena una sirena. Esta me hace dar un bote y salto fuera de la cama.
Me imagino que la sirena será para llamarnos al comedor y espero que así sea porque tengo mucha hambre.
Thaira se sienta en la cama mientras espera a que venga el guardia. Cuando él llega abre primero mi celda, salgo al pasillo y espero a que abran la de la otra reclusa.
Una vez sale nos ponemos a andar juntas hacia el comedor.
"¿Cómo crees que será la comida?" pregunto para romper el silencio.
"A saber, espero que demasiado mal no." me responde ella.
Continuamos andando en silencio y llegamos al comedor donde hay un alarga fila esperando para obtener comida. Nos ponemos a esperar, cuando vemos un puesto de bandejas agarramos una para cada una y así poder llevar nuestra comida.
Aquí se escucha mucho barullo, ya que unas cuantas mesas están ocupadas. No reconozco a la mayoría de las personas que están aquí pero según parece don muy peligrosas. La fila detrás de nosotras se va llenando pero a la vez va avanzando.
Llegamos a al lugar donde dan la comida y Thaira, que está delante de mi, pone la bandeja en el mostrador y la sirven una cucharada repleta de una especie de carne picada, una manzana y un vaso de agua. Cuando está servida, ella aparta la bandeja y yo colocó la mía. Me sirven lo mismo y viéndolo más de cerca la carne parece medio quemada. La chica árabe me espera de pie hasta que terminan de servirme y cuando esto pasa me dice:
"Vamos a sentarnos."
"Vamos a esa de allí." digo señalando una mesa vacía al fondo de la sala. Ella asiente y nos dirigimos hacia allí.
Pasamos delante de varias mesas, una co mujeres musculosas que nos gruñen al pasar, como si fueran auténticas bestias, en otra mesa hay mujeres con pieles amarillentas que están metiendo algo entre la carne, me fijo en la mano de una de ellas y veo que está sujetando una pastilla de éxtasis. Después la mete en la carne y nosotras seguimos andando.
Llegamos a la mesa y nos sentamos en una esquina de espaldas a la puerta.
"¿Qué es está bazofia?" pregunta Thaira con cara asqueada que me saca una carcajada.
"Es lo que vamos a comer espero que como mucho una semana." digo como respuesta. Ella coge el tenedor y lo clava en la "carne". Levanta un poco y lo mira con asco. Yo me vuelvo a reír.
"Las dos a la vez." digo divertida para que no sufra sola. Ella asiente enérgicamente. Esto me hace reír un poco más. Clavo el tenedor en la carne y extraigo una pequeña porción de comida. Levantó el tenedor y ambas lo miramos con asco y levantó tres dedos para hacer la cuenta atrás. Termino y nos metemos el tenedor a la boca. Cierro los ojos y empiezo a masticar. No sabe a nada y la verdad me alegra un poco.
Abro los ojos y veo que Thaira tiene una cara llena de sorpresa.
"No tiene sabor." dice mirándome con cara rara.
"Mejor que sepa así a que sepa a algo malo." digo medio riendo. Seguimos comiendo un poco más cuando de repente aparecen dos sombras detrás nuestro. Las dos que estamos sentadas nos miramos de reojo. Las que están de pies dan la vuelta a la mesa y se siente en frente nuestro.
Justo lo que me temía, son ellas.

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Buena semana a todos (。・ω・。)ノ♡

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