Besos mortales

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Otra víctima más encargada. Conozco el verdadero nombre de este cliente y el de mi nueva víctima. Es un joven llamado Fabrice, tenía una pequeña empresa en la zona que parecía tener un buen futuro. Repaso un poco el papel que tiene su información.
28 años, sin pareja, esto solía ser una cosa muy útil cuando se trataba en el tema de hombres. Miro la foto un poco más, sonrío y asiento. Ya tengo todo lo que necesito, me sé su cara, ahora solo queda que llegue esta noche.
Con mis guantes puestos tomo una hoja y empiezo a hacer la mariposa tan conocida, esas que tanto desconciertan a la policía y qué contienen pequeñas pistas sobre quién es mi jefe en cada ocasión. Normalmente pongo de alguna forma la relación de la víctima y quién me había mandado el trabajo. En este caso era el otro propietario de la empresa, cegado por el dinero que podría ganar en un futuro.
Empieza a atardecer, según me dijo el otro hombre, Fabrice sale a las 8 del trabajo y todos los viernes suele ir a cenar a un pequeño restaurante cercano al tío. Antes de salir tomo mis guantes, guardo la mariposa dentro de mi bolso y mi pequeña pero letal arma.
Me encamino al restaurante haciendo como si fuese turista.
Empiezo a pasear y cuando le veo andando a lo lejos sonrío para mí misma. Me acerco a él como si estuviese distraída mirando los escaparates. Al final me doy contra él.
"Oh, perdone señor." me disculpo y él me sonríe.
"Oiga, podría decirme dónde encontrar un buen sitio para cenar, no soy de aquí." digo con inocencia.
"Claro, venga conmigo." dice con amabilidad. Me lleva hasta el restaurante que me había dicho su compañero.
"Siéntate, después te puedo enseñar la ciudad como es durante la noche." me ofrece
"Muchas gracias, eso sería genial." digo con una amplia sonrisa.
Empezamos a cenar, él me hace preguntas sobre mi lugar de procedencia y yo se las hago sobre la ciudad. Yo siempre digo que vengo de París y que me llamo Lya Giroud. Estamos charlando mientras cenamos juntos, yo le coqueteo de vez en cuando. Al terminar decidimos ir a dar un paseo, me muestra los lugares más importantes y bonitos, después decidimos ir a tomar unas bebidas, yo tomo algunos tragos de cerveza sin alcohol pero el sí que bebe, sin parar, jarra tras jarra. Cuando está muy borracho decido sacarle de allí. En este estado será más fácil matarle, le costará darse cuenta de lo que le pasa.
Él va tambaleándose pero con una gran sonrisa.
"Estas preciosa." me dice de vez en cuando. Yo sonrío y me acerco a él.
"Vamos a tu casa." le susurro al oído. Él asiente y me lleva hacia allí. Mientras avanzamos compruebo que no hay nadie en la calle, al final llegamos a un edificio de tres plantas que no tiene ningún sistema de seguridad.
Saca las llaves y abre la puerta, los dos juntos y solos subimos un par de escalones que dan a la planta baja, donde abre una puerta.
Una vez entramos me toma por la cintura y aprieta mis labios contra los suyos. Al principio me sorprende un poco pero le sigo el juego, todavía tengo el bolso colgado así que aprovecho mi oportunidad, me separo de él y meto la mano en mi bolso, de él saco una pequeña jeringuilla con una aguja.
Disimulo esto tirando el bolso hacia un lado como si me molestará.
Él me vuelve a tomar y me acerca de nuevo a sus labios y yo le correspondo al que será el último beso de su corta vida. Paso mi brazo por encima de su cuello como si le fuese a abrazar pero en el guante de mi mano derecha reposa la jeringuilla que contiene una pequeña pero letal dosis de cianuro.
Aprovecho que mi mano está en su cuello para clavar la aguja en su cuello y vaciar el contenido de el pequeño recipiente en sus venas.
Apenas se la he clavado intenta separarse, le mantengo sujeto del cuello y logró que todo el veneno entre a su cuerpo. Él se debate conmigo, pero los efectos del alcohol y de la sustancia que ahora destruye todo su sistema nervioso hacen que no necesite fuerza para vencerle.
Pasan unos pocos segundos más y su cuerpo está a punto de caer al suelo sin vida pero lo mantengo en pie. Le llevo hasta su sofá y le tumbó sobre este. Cierro su boca una vez está tumbado y coloco sobre sus labios gruesos la delicada mariposa. Miro la sala que daría sensación de acogedora si no hubiese un cadáver en el sofá.
Bajo sus párpados, pongo sus brazos en cruz sobre su pecho, le revuelvo un poco el pelo y por último le coloco la mariposa para que este recta.
Después tomo mi bolso que está en el suelo. No me preocupo mucho más y me pongo a buscar una forma de salir que no sea la puerta principal. Me asomo por las ventanas y veo hasta el suelo tienen una altura de apenas dos metros. Abro una de ellas y vuelvo a la sala para comprobar que no me he dejado nada.
Echo un último vistazo y salgo de esta a través de la ventana. Me aliso un poco la ropa como si no hubiese ocurrido nada y gaurdo mis guantes, echo a andar de nuevo hacia el centro de la ciudad y me dirijo busco un taxi. Cuando llega me monto y doy instrucciones al hombre de dónde debe ir.
"Muchas gracias amable señor." digo mientras le termino de dar el dinero.
"Gracias a usted señorita, y ande con cuidado, últimamente la ciudad es bastante peligrosa." yo asiento y le sonrío agradecida.
Entro en mi apartamento y me voy a duchar. Una vez allí lo normal sería que la culpa atacase mi conciencia pero este no es el primer asesinato que cometo y al final el tiempo ha hecho que mi corazón se cierre al mundo y no sienta nada por mis víctimas.
Me tumbo en mi cama y vuelvo a tener pesadillas sobre mi infancia. Al final no puedo dormir, salgo de mi habitación y con un vaso de leche caliente voy a el sillón. Enciendo la televisión y empiezo a a ver una película. Al hacerse de día decido salir a un bar cercano a desayunar. Allí tienen las noticias puestas.
"Un croissant y un café por favor." pido al camarero. Me lo empiezo a tomar cuando aparece en la pantalla la periodista con el lugar en el que había estado yo la noche anterior.
"Esta noche le papillon tueur ha atacado de nuevo. Esta vez el muerto es Fabrice Lassarre, creador de una nueva empresa de aquí, de Burdeos. Se le ha encontrado muerto en su apartamento hoy a las 8:30 de la mañana con una mariposa de papel en la boca." cuando lo escucho me hago la sorprendida y asustada a pesar de que lo sabía todo. Cuando veo a las personas de fondo inmediatamente se quién es la persona que me contrató y que ahora mismo me debe dinero.
Pasan unas pocas horas y recibo un mensaje.
"Tendrás tu dinero en una bolsa tras la parada de tranvía del Palacio de Congresos a las 12 en punto."
Perfecto, cuando recibiese el dinero ya habría terminado con este trabajo.
A la hora indicada voy al lugar con un pañuelo tapándome la cara. Veo la bolsa y la tomo pero antes compruebo que no haya nadie.
La abro y veo que está todo el dinero, lo guardo en mi bolso y como si fuese un día normal vuelvo a mi casa. Guardo el dinero en la caja fuerte y me preparo la comida satisfecha.
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Hola de nuevo. Este capítulo es por el cumpleaños de Mèlanie. En los otros capítulos especiales les he hecho sobre su infancia pero este quería hacerlo sobre uno de sus asesinatos.
Espero que os haya gustado.
Un abrazo y gracias por leer. (◍•ᴗ•◍)❤

AlcatrázDonde viven las historias. Descúbrelo ahora