12

13.3K 1.3K 378
                                    

Harry dejó a Adhara en la camilla mientras que Pansy y Draco fueron a buscar a Madame Pomfrey

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Harry dejó a Adhara en la camilla mientras que Pansy y Draco fueron a buscar a Madame Pomfrey. Tomó la mano de la morocha y besó sus dedos. La chica seguía quejándose del dolor, pero para ese momento ya estaba casi inconsciente, así que ni siquiera llegaba a notar que era Harry el que estaba a su lado.

—Ads, por favor, necesito que te recuperes —murmuró Harry. Adhara lo miró mientras las lágrimas salían de sus ojos. El dolor era insoportable—. Por favor, recupérate. Sea lo que sea, tú eres mucho más fuerte. Te necesito bien, Adhara.

—Harry... —lloriqueó ella.

El morocho apretó su mano. Podía sentir la desesperación que corría por el cuerpo de la chica.

—¿Recuerdas cuándo te dije que Cho Chang me había roto el corazón cuando apareció con Diggory? —Adhara frunció el ceño. Apenas lograba comprender lo que le decía—. Era mentira. Ella no me rompió el corazón. Sentí que mi corazón se rompía cuando me di cuenta que tú lo querías a él. Me gustas, Adhara. Al principio no quise aceptarlo pero me di cuenta que negarlo no sirve de nada. Me gustas desde que comenzamos a llevarnos bien, tal vez desde antes. No puedo perderte, ¿sí? Tienes que recuperarte.

—Harry, y-yo...

—No, cariño, no te fuerces. Vas a estar bien. Pomfrey está en camino.

Eso fue lo último que Adhara escuchó. A pesar de que tenía mucho que decirle a Potter, terminó dejando que la oscuridad la consuma pues no se sentía con ganas de pelear contra ella.

🌺🌺🌺🌺🌺

Adhara tenía la mirada baja, mientras que el director Dumbledore, el profesor Snape y Madame Pomfrey esperaban una respuesta.

Después de hacerle diferentes hechizos para saber qué le sucedía y por qué estaba tan débil, Pomfrey descubrió que Adhara le había mentido y que sí estaba embarazada así que llamó a su jefe de casa y al director para que decidan qué hacer.

Hacía alrededor de veinte minutos que se lo habían dicho a la Black, quien solo pudo bajar la mirada avergonzada y aguantarse el llanto mientras escuchaba a los adultos discutir. Snape insistía en que debían decirle a la madre, pero joder, él no entendía que Katia Rosier era capaz de hacerle perder el bebé a base de crucios. Dumbledore solo dijo que lo mejor sería preguntarle a Adhara qué quería hacer ella, pero en ese momento no estaba en condición de hablar.

Respiró hondo algunas veces para asegurarse que su voz no fallaría y llamó la atención de su jefe de casa, el director y la enfermera.

—No pueden decirle a mi mamá. Profesor Dumbledore, si ella se entera... me asesina. Déjenme hablar con mi tío. Puedo ir este fin de semana a su casa y volveré el lunes. Él se hará cargo de mí —casi rogó.

Dumbledore la miró inseguro unos momentos, pero luego asintió. No lograba comprender del todo el porqué Adhara le tenía tanto temor a su mamá, pero creía que probablemente era algo parecido a lo que su padre sufría de chico con su madre. Recordaba que muchas veces se asustaba cuando McGonagall le decía que debía avisarle a su madre de sus travesuras con los Merodeadores; le temía a su madre por más que intentara negarlo. Tampoco entendía la insistencia de Snape en llamar a Katia, pero de eso se ocuparía más tarde.

—Está bien, señorita Black —aceptó finalmente—. El fin de semana irá a la casa de su tío Regulus. ¿Irá sola o quiere que alguien la acompañe?

Adhara lo pensó durante unos segundos. La única persona en la que confiaba lo suficiente para contarle aquello, era Pansy, pero a veces ella junto a las Greengrass eran un poco boca sueltas y temía que se le escapara la noticia. Su primo no era una opción puesto que sabía que asesinaría a Diggory sin dudarlo. Harry le había confesado que la quería, así que decirle que estaba embarazada de otro iba a romperle aún más el corazón, por lo que no podía decírselo. Zabini y Nott tampoco eran una opción, pues aunque se había hecho muy amiga de ellos no quería cargarles el peso de tal secreto.

Tal vez debía contarle a Diggory y decidir juntos.

—¿Puedo pensarlo y responderle luego? —preguntó tímida.

Dumbledore asintió.

—Por supuesto, señorita Black. Si se siente mejor, puede irse a su habitación o pasar la noche aquí, como prefiera. Mañana puede tomarse el día libre de clases si necesita descansar.

Ella asintió, se despidió de los tres adultos y salió de la enfermería, no sin antes agradecerle a Dumbledore por permitirle ir a Grimmauld Place y disculparse con Pomfrey por mentirle.

Caminó por los pasillos desolados. El toque de queda había sido hacía un rato largo, pues había estado inconsciente unas cuantas horas por lo que le habían llevado la cena a la enfermería. No había nadie merodeando por el pasillo, solo ella y probablemente algún prefecto.

Como la suerte nunca estaba de su lado y a pesar de sus intentos de evitarlos, terminó cruzándose con un prefecto. El prefecto que menos quería ver.

—¿Ronda nocturna? —preguntó jugando con sus dedos.

Él alzó una ceja.

—Sabes que no puedes andar a esta hora por aquí, Adhara. Debo restarte puntos —dijo.

—Lo sé, pero recién salgo de la enfermería.

—¿Estás bien? —preguntó Cedric acercándose. Parecía algo preocupado.

Ella suspiró. Era ahora o nunca.

—De hecho no. Tengo que hablar contigo, Ced. Es importante.

Él frunció el ceño y tomó a Adhara del brazo con suavidad. La condujo a un salón vacío que estaba cerca y se sentaron en dos sillos, uno enfrente del otro. Ella lo miró nerviosa, y, armándose de valor, tomó aire para hablar.

—Cedric, sé que dijiste que no querías verme más pero yo no planeé que esto sucediera... yo...

Cedric tomó sus manos para tranquilizarla, pero eso sólo la alteró más. El tacto del chico ya no causaba el mismo efecto en Adhara.

—Tranquila, Adhara. Respira hondo y cuéntame.

Ella respiró hondo dos veces y luego miró al chico directo a los ojos.

—Muy bien, si soy directa duele menos —murmuró. Él la miró sin entender—. Cedric, estoy embarazada. De ti. Me enteré hace poco, sé que debí habértelo dicho antes pero...

—¿Estás segura que es mío? —la interrumpió de manera brusca.

Adhara lo miró casi ofendida.

—Por supuesto que sí. Sólo me acosté contigo —gruñó.

Durante unos segundos esperó una respuesta, pero esta sólo llegó cuando Cedric se levantó y se alejó de ella. Se quedó confundida un instante, hasta que reaccionó y fue a buscarlo. Lo hizo frenar antes de llegar a la puerta.

—¿A dónde diablos vas? Acabo de decirte que vamos a tener un hijo.

Cedric se frenó de golpe.

—No. Tú vas a tener un hijo —le dijo él acercándose a ella—. No esperes que me haga cargo de eso, Adhara. Tú y tus amigos empezaron con esta estupidez del reto, ahora hazte cargo de tu problema. Yo estoy bien, soy feliz con Cho y estoy seguro que ganaré el Torneo, ¿por qué quieres arruinarlo?

Aún cuando Cedric ya se había ido, Adhara seguía sin entender cómo había sido capaz de decirle aquellas palabras hirientes y dejarla sola.

Sabía que había hecho mal al ocultarle algo tan importante como eso, y que había sido una perra por solo acercarse a él por un reto, pero estaba segura que no se merecía que la trate así. Sí, todo el mundo creía que Adhara Black era una perra sin sentimientos, pero la realidad era que sí los tenía y ese idiota acababa de herirlos.

Se dirigió a su habitación maldiciendo a todos los dioses que existían y arrepintiéndose de haberle contado.

Si se lo hubiera guardado para ella, aquello no habría pasado. Cedric nunca se tendría que haber enterado que ella estaba embarazada.

Pregnant Witch [Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora