P.d.V Blue
Cuando llegue a la puerta del castillo la noche ya había caído, envolviendo mi cuerpo tembloroso con su oscuro velo.
Mi respiración era agitada por correr, aunque hubiese realizado la aparición a mitad de camino eso no evitó que mis pulmones pidiesen oxígeno. Necesitaba hacer mas ejercicio.
Mi espalda se encontraba encorvada, mis párpados cerrados con fuerza y mis manos en puño hasta tal punto de provocarme sangre por culpa de mis largas uñas pintadas de verde, aunque ahora eran algo rojas.
-¿Cómo pudo seguirme hasta aquí? ¿¡Cómo!?
Sentía como estaba a punto de darme un infarto. ¿Por qué la escritora era tan mala gente? ¿No ve que ese tipo me lastimó mucho? Pff claro que lo sabía, lo escribió ella.
Dejando la cuarta pared aparte.
Sentí pasos a mi espalda, lentos y elegantes, rompiendo la hierba a sus pies y pateando pequeñas piedras conforme caminaba. Reconocía esos pasos. Era él.
-Vaya, aquí estas mi linda princesa. - Me giré al escuchar su voz, esa que me provocaba escalofríos. Noté que su boca se torcía en una sonrisa burlesca y como su ojo visible brillaba...¿Con arrepentimiento? Nah, cosas mías.- Oh, ¿estabas llorando? ¿Acaso estas triste y asustada? Que pena más grande.
Fruncí el ceño con enfado, puede que me provocase miedo pero este no se iba a burlar de mi, no señor. Sin embargo, antes de poder abrir la boca volvió a hablar.
-Deja ya de fingir, tú no sientes nada emocionalmente y lo sabes.- La sonrisa de Phoenix fue cambiada por una fina línea recta y su postura cambió a una más relajada con los brazos cruzados, tipo chico malo sexy. La verdad es que los años le hicieron bastante bien.
-En ese caso, tú también deja de fingir que estas obsesionado conmigo.- Me paré con la espalda recta y eliminé cualquier rastro de las lágrimas de cocodrilo de mi ahora inexpresivo rostro.- ¿A que has venido después de tanto tiempo y en estas circunstancias?
-A tomar un té, escuché que en esta parte perdida del mundo son bastante buenos.- El sarcasmo era palpable en cada letra y no pude evitar no poner los ojos en blanco como acto reflejo.
-Si, te recomiendo "Deja las tonterías" es muy refrescante. -Ahora era su turno de poner los ojos en blanco.- ¿Vas a devolverme el anillo?
-¿Te refieres a este?- De su bolsillo sacó un hermoso y puede que algo caro anillo plateado. Tenia forma de serpiente y en la cabeza de esta, justo entre sus colmillos, había una piedra luna semi trasparente que si te fijabas bien en el interior había una bruma de colores cósmicos.- Por encima de mi cadáver. Solo quería asegurarme de que llegaste bien y no te suicidaste por el camino, digo, por la reacción de antes.
-Te tomo la palabra y si no quieres nada más deja de molestarme.- Le dediqué una amplia sonrisa de ojos cerrados que trasmitía alegría e inocencia. No hace falta decir que era mas falsa que el amor de ella.
-El numerito de antes te lo podías haber ahorrado, ahora me verán como el malo de la historia.
-¿Y acaso no lo eres?
- Has cambiado demasiado.- Escondió el anillo en su mano izquierda (cabe decir que era una mano varonil, de dedos largos y delicados) y dio media vuelta para irse por donde había venido.- Volveremos a vernos, Selene.
Observé como se marchaba sin la sonrisa falsa de antes, en mi rostro solo había una inexpresividad que podía competir con una estatua. No. Una estatua tiene más expresiones que yo, dejémoslo en una roca.-¿De quién crees que es la culpa, Helios?
Sin darle más vueltas al asunto me giré para abrir la puerta y poder entrar, sin embargo, antes de hacerlo y con la mano en el pomo, respiré hondo y sonreí como solía hacerlo antes. Sin pruebas de ser una cáscara vacía a la que le arrebataron aquello a lo que llaman "emociones".
Nada más entrar pude ver a una linda, pero que da algo de miedo, ancianita durmiendo en una silla frente a la chimenea y a una llama verde haciéndole compañía igual de dormida.
-Si se queda así puede resfriarse.- Si bien Sophie ya llevaba una especie de manta o lo que sea que sea eso, no estaba segura de que fuese lo suficientemente calentita para esta fría noche. Así que le puse sobre los hombros una manta, que esperaba estuviese limpia.
Asegurada de que no se despertaría fui hasta la mesa donde había un cráneo y lo agarré entre mis manos con aire pensativo.
-¿Ahora es cuando digo "ser o no ser"?- Me dediqué a observar esa parte de la anatomía humana lo que restaba de noche, recostada en un viejo sillón en un rincón de la casa.
Flashback
-Te amo, en el sentido romántico.
-¡Eres como mi hermano! No puedes, además ¿y Selene?
-Descubrí que te amo a tí, Eos.
-Esto está mal.
-La dejaré y estaré contigo.
-Helios, recuerda que ella es mi hermana. No puedo hacerle esto. No a ella.
Lo que no sabían es que yo estaba ahí, escondida detrás de la puerta que estaba a punto de abrir, para darles la gran noticia que cambiaría nuestras vidas.
Fin Flashback
El sonido de alguien quejándose me sacó de mis pensamientos.
Resulta que era Sophie que recién se despertaba y se quedaba mirando a todas partes, parece ser que aún no se creía que estaba aquí.
Espera un momento. ¿He estado toda la noche despierta?
-¡Ay! -exclamó la anciana.- ¡Me duele todo!
Su voz sonaba débil y pude observar como se llevó la mano nudosa a su cara y palpó las arrugas. Para después de un segundo a otro mostrarse muy enfadada por algo, terriblemente furiosa.
-¿Qué es eso de entrar en las tiendas y volver vieja a la gente?Ya verás tú lo que le voy a hacer yo a ella.- Volvió a hablar con resentimiento por lo bajo, como si quisiese ahorcar con sus propias manos a alguien. No pude entender bien lo que decía.
Suspiré con cansancio llamando la atención de la anciana y de Michael que llegaba del piso de arriba.
-Buenos días, compañeros.- Sonreí mientras sacudía la mano con la que no ocupaba el cráneo con efusividad.
Ellos me respondieron de igual manera y empezaron a hablar entre ellos sobre el desayuno y sobre como Howl era el único que podía cocinar o algo así.
Aunque siendo Sophie como es logró inclinar a Calcifer para poder hacer huevos con beicon.
Y hablando del rey de Roma.
El teñido acababa de entrar por la puerta con sus aires de diva con un traje azul y plateado, aunque pude notar que estaba algo cansado.
Iba a dejar una guitarra en la esquina contraria a la que me encontraba pero se detuvo a observar a Sophie con perplejidad. Ahora se viene lo chido.
-¿Quién diablos eres?
ESTÁS LEYENDO
•||La bailarina ambulante||• El Castillo Ambulante
FanfictionBlue, una chica misteriosa que llega a Ingary como la mejor bailarina del reino, se encuentra cara a cara con el mago mas teñido...quiero decir, mas temido del lugar. También se encuentra con una enérgica señora, que antes era joven, limpiando el ca...